MEMORIAS DEL BARÇA

SISU: LA LEYENDA (3)

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La llegada de Buckingham es poco menos que una bendición tanto para Sisu como para Charly Rexach, aunque la grada del Nou Camp siga mostrando su animadversión hacia los dos jugadores, en especial para el primero, cuya bronca iba con el suplemento adicional del flamear de pañuelos.

La cuestión es que el Barça realiza una 2ª vuelta mínimamente digna exceptuando los dos últimos partidos en los que facilita la salvación tanto a la UD Las Palmas como al Elche y finalmente acaba en 4ª posición. De esos dos partidos, es especialmente lamentable la imagen dada ante los canarios. En la crónica de El Noticiero Universal del 13/4/1970, Guillermo Sánchez es muy explícito: “El partido, en conjunto, fue una enorme tomadura de pelo”. Y añade: “… y no solo por la malísima actuación, sino por la forma en la que se emplearon, apenas sin gastar energías, andando en vez de correr y con manifiesto desinterés por el resultado”. Sugiere que “… deben tomarse medidas para evitar la repetición de un espectáculo semejante”. El míster, Vic Buckingham, tampoco se anda por las ramas. “Resultado injusto, el castigo debió ser completo”. El encuentro, que despide la Liga en el Nou Camp se desarrolla entre protestas que subirán de tono al final. Jugaron, Reina; Rifé, Gallego, Eladio, Torres, Zabalza, Rexach, Fusté, Martí Filosía, Marcial y Alfonseda.

En la jornada final -la 30-, el Barça va de comparsa a Elche. Un gol de Juan Manuel Asensi, que meses después se convertiría en jugador barcelonista, es suficiente para liquidar el partido. El equipo finalizará la competición empatado a 35 puntos con el Sevilla, Valencia y Madrid. El campeón será el Atlético de Madrid con 42 seguido del Athletic de Bilbao con 41.

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Sisu ha disputado 11 partidos de Liga y anotado 4 goles. Buckingham seguirá contando con él en la Copa, en las eliminatorias contra el Español (entonces en 2ª) y Celta de Vigo. Y como seguiría siendo la actitud en general del equipo, que en la crónica de la vuelta de la primera ronda contra los españolistas en el Nou Camp (10/5/1970), José Antonio Loren escribía en El Noticiero Universal : “¿Pero es que a ninguno de los dos les interesaba ganar?”. Sisu consigue el segundo gol. El Barça se impondrá 3-1.

Sisu es alineado en el Bernabeu, en la ida de los cuartos de final ante el Madrid, el 30/5/1970. El Barça no está y Sisu, menos. Derrota 2-0. En la vuelta no participa. Buckingham prefiere al cántabro Juan Carlos. Por lo tanto, no vivirá en primer plano el escándalo Guruceta: ya saben, penalty inexistente señalado en la 2ª parte favorable al Madrid, alboroto mayúsculo, invasión de campo, suspensión del partido, cargas policiales … y por supuesto, eliminación del torneo.

Antes de esos lamentables sucesos que pondrían fin a la temporada y también a la década más gris en la historia del FCB, en el nº 270 de la Revista Barcelonista del 2/6/1970, se produjo un careo/entrevista entre el socio nº 29.368 del Barça, Rafael Rivas Grau y Sisu y el buen hombre le comenta directamente a Sisu la sensación que hay en las gradas de que "usted se ríe del público".


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Con Victor Frederick Buckingham en el convulso universo barcelonista, la suerte de Sisu parece cambiar. “Usted, en Inglaterra, sería internacional”, le dijo.
Buckingham acabó fascinado por Sisu … y por Charly Rexach, mira por donde. Y estamos hablando del responsable directo de que un Johan Cruyff con 17 años debutara con el Ajax el 15/11/1964 en un partido contra el FC Groningen (*).

Y arrancará la temporada en mayúsculas de Sisu. La 1970-71 en la cual batirá registros. Pero ciertas cosas no cambiaban: “ … ahora lo recuerdo con humor, pero la verdad, era duro. Cuando la megafonía daba la alineación, el público aclamaba cada nombre: Sadurní, Rifé, Gallego … así con todos hasta llegar al 8, Juan Carlos, por ejemplo. A ese ya no le jaleaban, porque guardaban aire para mí. Y cuando decían mi nombre, la pitada era descomunal”.

(*) Buckingham entrenó al Ajax en la temporada 1964-65. Lo sucedió Marinus Michels.

El 12/9/1971, el Barça abre la Liga en San Mamés: 1-1. Sadurní; Rifé, Gallego, Romero, Torres, Zabalza, Rexach, Juan Carlos, Martí Filosía, Marcial y Pujol.

Corrigiendo la tendencia natural de Sisu de retrasarse hacia la posición de interior, el míster lo fija en el centro del ataque y lo convierte en el referente, para devolver paredes o descolgar balones. No es la ubicación donde más disfruta el futbolista pero intenta acomodarse. En el tramo final de la temporada, volvería a ejercer de interior al ejercer Dueñas de “9”. Además, se convierte en el lanzador de penaltis hasta la noche en que el Valencia visita el Nou Camp (*).

Ya en Altabix, en la jornada 5, Sisu manda un penalti por encima del larguero en la primera parte. El lance no tuvo consecuencias graves porque el Barça acabó ganando al Elche 0-1 gracias a un gol de Luis Pujol. El que a la larga iba a acarrear funestas consecuencias para el barcelonismo es el que falló tres jornadas después, la noche del 31/10/1970 contra el Valencia en el Nou Camp. Es el primer golpe duro que recibe el equipo y provoca perder el average con los levantinos. Y el título se escapó por ahí. En el minuto 8 de la 2ª parte y con 0-1 en el marcador, su lanzamiento -no demasiado colocado- a la derecha de Abelardo, es repelido por el portero valencianista. El Barça acabó desquiciado y el Valencia anotaría el 0-2 a poco del final.

En el MD, Martí Farreras: “… ante el fallo, que no es el primero, resulta inevitable el pensar si desde el banquillo no se habrá dado una actitud de tozudez ciertamente inadmisible. Todo el mundo puede fallar penaltis y los más geniales jugadores los han fallado en alguna ocasión. Sin embargo, el Barça tiene hombres que parecen más indicados para resolver tan comprometida papeleta”.

(*) Sisu llegó a ser muy seguro en esas circunstancias. En el verano de 1969, la final entre el Bayern de Munich y el FC Barcelona del Trofeo Mohamed V, en Casablanca, debió decidirse a los penaltis porque el partido había terminado con empate a dos. No estaba todavía muy clara en aquella época la reglamentación al respecto. Sisu completó él solito la tanda del Barça con una efectividad pasmosa. Los lanzamientos del Bayern los efectuaron Gerd Müller –que convirtió tres de cuatro- y Olhaussen, que manda el suyo al larguero. El portero del Bayern, Sepp Maier, no pudo detener ninguno de los cuatro de Sisu que acabaron dándole el trofeo al Barça.

SISU: LA LEYENDA (4)

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El penalty que repelió Abelardo.


A Buckingham le da igual la reacción de la grada y alinea al futbolista en 29 partidos de los 30 de competición contra viento y marea. Tan solo no participa en el encuentro contra el Granada en el Nou Camp (22/11/1970). Sus números en aquella Liga 1970-71 fueron excelentes. Marca 7 goles (*). El último de ellos –conseguido en el entonces Estadio del Manzanares- pudo darle el título al Barça. Algunas fuentes le adjudican ese gol a Teófilo Dueñas, pero Sisu se encarga de dejarlo bien claro en el post partido de aquella tarde del 18/4/1971: “He sido yo el autor del gol. Ha rebotado luego en varios jugadores, pero el cabezazo es mío”.

En realidad, las imágenes del NO-DO no aclaran nada. Ni la fotografía. El cabezazo bombeado de Sisu supera al meta Rodri y en el segundo palo, Dueñas y el defensa atlético Melo, pugnan, pero la pelota no rebota en varios jugadores como dice Sisu. Es más, tras mucho ver la jugada, parece que el que desvía mínimamente la trayectoria del balón, es Melo.

En cualquier caso, el gol no sirvió para nada. El Atlético empató cuatro minutos después por mediación de Luis y aunque el Valencia perdió en Sarriá por 1-0 fue el campeón por mejor gol average con el Barça.

(*) Hablamos de una época en que el gol se había convertido en un artículo de lujo. En aquella temporada, el equipo más goleador fue el Atlético de Madrid con 51 goles. El Valencia fue campeón marcando 41. El Español se salvó del descenso con la ridícula cifra de 18 goles conseguidos en 30 partidos. Gárate (Atlético de Madrid) y Charly Rexach, fueron los máximos goleadores con 14 goles cada uno.

La relación amor-odio entre que envolvía a Sisu, no se limitaba únicamente a los aficionados. También en la prensa. Carlos Pardo escribe la crónica del encuentro Real Sociedad-FC Barcelona en Atocha (30/11/1970). El Barça pierde 1-0 ofreciendo una pésima imagen en global a excepción del portero Reina, pero el periodista lo centraliza en Sisu y Marcial. Del primero dice que “… estuvo estático, sin ideas, de espaldas a la portería, no pasó ni una sola vez a la zona peligrosa con el balón en los pies. Estropeó todo el juego. Desesperante”.

En el MD del 10/12/1970, el jugador declara tras un amistoso contra el Feyenoord, vigente campeón de Europa en aquellos momentos: “Ahora que el público me respalda, no quiero acordarme de los malos tragos”. En realidad, fue un extraño y efímero cambio de orientación del público que, en clara contradicción con jornadas recientes, mostró una insólita simpatía y adhesión con Sisu. Un espejismo, en suma.

El futbolista no pudo culminar su temporada más completa en la Copa. Sus ligamentos quedan dañados en los octavos de final, en San Mamés, la tarde del 16/5/1971. Es sustituido en el minuto 65 de partido y por mucho que el doctor Altisench diagnostique que “… 3 semanas de escayola y a jugar”, la temporada ha finalizado para Sisu. Otra vez, como en 1969, se quedará sin disputar una final (*). No estará en la expedición de los 17 que viajarán a Madrid.

(*) A la final llegaron el FC Barcelona y el Valencia (4/7/1971). El Barça levantó un 0-2 y conseguiría el triunfo en la prórroga por 4-3 gracias a un gol de Alfonseda.

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El gol de Sisu que pudo valer un título.

A todo esto, Victor Frederick Buckingham se va. Es una pésima noticia para Sisu y para más de uno (*), pero especialmente para Sisu. La marcha de su principal valedor, el entrenador que mejor supo interpretar sus peculiares características prescindiendo de la reacción del público, lo deja indefenso ante la llegada de Marinus Michels, el forjador del gran Ajax, la apuesta del presidente Agustín Montal.

(*) Sisu, Charly, Marcial …

Bien, los problemas de Sisu con Michels estaban cantados. El holandés, de mente absolutamente rígida, pretende implantar el estilo de juego del Ajax, una empresa harto difícil de llevar a cabo: el Barça no dispone ni en sueños de los jugadores con las características que el fútbol total mínimamente requiere.

Unicamente disputará 11 partidos oficiales con el FCB, la mayoría de ellos, saliendo desde el banquillo. 10 de Liga y 1 de Recopa de Europa. Ni un solo gol. Completa casi cuatro meses sin contar para nada: desde un empate sin goles en Sabadell el 31/10/1971 hasta otro empate a uno en el Manzanares contra el Atlético el 20/2/1972.

El 5/2/1972 se queja en el MD: “Michels dice que no encajo en el equipo, que juego a otro ritmo y que no podré ser titular hasta que no me adapte a ese ritmo. Pero está equivocado. Lo demostré el año pasado. Estoy convencido de que tengo un sitio en el equipo”.

Sisu, con 26 años, acaba contrato en Junio de 1972. De hecho, lleva desde 1968 renovando por una temporada. Además, entonces existía el derecho de retención. Está harto.

El equipo, tras un inicio que solo podría calificarse de caótico (*), recupera el tono a partir de un empate en el Bernabeu (28/11/1971) e inicia una tozuda persecución del Madrid y Valencia con los que llega a tener una diferencia de 9 puntos. Enlaza un racha de 18 partidos sin conocer la derrota y la gran oportunidad llega el 7/5/1972 en el Arcángel a una jornada del final y frente a un Córdoba ya virtualmente descendido. El Madrid -que ha encadenado una serie de tropiezos en la recta final del campeonato y alguno de ellos, absurdo-, es goleado en el Manzanares por el Atlético de Madrid: 4-1, pero el Barça pierde en Córdoba 1-0.

(*) Al perder 1-0 en Valencia en la jornada 10, el Barça ocupa zona de descenso directo con solo 7 puntos. Hay que remontarse a la Liga 1941-42 para encontrar algo parecido. En aquella temporada, la 1ª división se había ampliado de 16 a 18 equipos, por lo que el número de partidos pasaba de 30 a 34.

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Barça-Madrid en el Nou Camp: 14/2/1971. Benito, Marcial, Sisu, Gallego y Pirri.


En esta derrota absolutamente ridícula se da especialmente un factor que enciende al barcelonismo: la apatía con que los jugadores se toman el partido. Aunque el gol del Córdoba llegara en un penalty que se inventa el colegiado Pascual Tejerina. Aunque los cordobeses estuvieran primados hasta las cejas por el Madrid (*). Aunque el amigo Tejerina ignorara un claro derribo a Asensi dentro del área y también se inhibiera en otra posible falta máxima a Charly.

(*) Reconocido por el jugador del Córdoba, Fermín, sin ninguna vergüenza y con un punto de cachondeo.

Web Córdoba Deporte 29/4/2015:

“ Como suele ocurrir en estos casos, los jugadores y cuerpo técnico del Córdoba, que nada se jugaban en el terreno estrictamente deportivo, tenían prometida una suculenta prima por derrotar al conjunto culé, que el propio Fermín reconoce. "Es algo que pasó y así se publicó en los medios de comunicación". El premio por cabeza ascendía a unas cien mil pesetas de la época. Al descanso del encuentro, el resultado era de empate a cero, mientras el Real Madrid perdía por 2-1 en el Vicente Calderón. El mediocentro madrileño afirma que "en el campo todos sabíamos también cómo iba el partido del Madrid".

“Y entonces llegó el minuto 54. Una caída en el área visitante de Manolín Cuesta acabó con un penalty señalado por el colegiado Pascual Tejerina. "Fue dudoso... pero estábamos jugando un partido muy bueno que no merecíamos perder. Le jugamos de tú a tú a todo un Barcelona", recuerda. "Yo era el encargado de lanzar los penaltis. Tenía la opción de chutar a romper o de esperar a si el portero rival, Miguel Reina, se vencía hacia un sitio. Opté por colocar el balón a mi lado de derecho, y entró entre el poste y Miguel, que adivinó el lugar". El gol y posterior triunfo de los de Vavá dejaban la Liga tal cual estaba, con el Barcelona a dos puntos de su eterno rival”.

"Me llamaron muchos amigos y compañeros de Madrid, ya que yo había formado parte del primer equipo del Real Madrid antes de venir a Córdoba. También recibí la felicitación de Antonio Calderón y Raimundo Saporta”.

En fin ... Sisu participa en esta debacle. Justo después de que el delantero cordobesista, Fermín, cedido por el Madrid, transformara la pena máxima. Michels lo hace saltar al terreno de juego, junto con Charly Rexach para sustituir a Marcial y Juanito. Hablamos del minuto 58 o sea, con más de media hora por delante para reaccionar.

El caso es que el Madrid golea al Sevilla en el Bernabeu en la última jornada y se proclama campeón mientras que un Barça sin alma, cae en el Nou Camp ante el Málaga (14/5/1972) perdiendo incluso el subcampeonato que se adjudica el Valencia.

SISU: LA LEYENDA (5)

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El ambiente está caldeado y Sisu no se hace ilusiones con su situación. Junto con Luis Pujol, Ramón Alfonseda y Bartolomé Paredes, está retenido. Son cosas de la época: “Si Michels no cuenta conmigo, que me cedan”.

Antes, básicamente a través del probablemente único medio afín del que dispone, la Revista Barcelonista, lanza sus quejas y proclamas:

11/4/1972: “No quiero perder el tiempo y menos, cobrar sin jugar. El entrenador me recomienda que juegue con menos técnica; de acuerdo con esa teoría, si me voy pensaré que es por saber jugar demasiado”.

18/4/1972: “He pedido la baja a través de una carta que le entregué personalmente al señor Montal. El motivo de mi decisión es simple y sencillo: llevo siete años en la plantilla y pienso que estoy perdiendo el tiempo, cosa que a mis 27 años, no me puedo permitir. Cuando jugué asiduamente, me di cuenta de que podía serle útil al Barcelona y por tanto, a cualquier otro equipo”.

Pero Sisu, sorprendentemente, acabará renovando por otro año e increíblemente, contará para Michels en la temporada 1972-73. Va a disputar 25 de los 34 partidos de Liga y conseguirá 5 goles. Pero seguirá siendo combatido desde la grada; eso era innegociable. Participará en la primera eliminatoria de la ya Copa de la UEFA ante el Oporto –una ronda que desgraciadamente volvía a ratificar la desaparición del FCB del mapa futbolístico europeo- y en tres encuentros de la Copa de SE el Generalísimo. Globalmente, 30 partidos oficiales y 6 goles. Los mejores registros después de la campaña 1970-71.

Regresa a la posición de interior ya que el eje del ataque lo ocupa Barrios, procedente del Granada donde recaló Teófilo Dueñas. Un cambio de cromos. Una de las escasas novedades de aquella temporada.

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En Balaídos (12/11/1972): Reina; Rifé, Gallego, Juan Carlos, De la Cruz, Zabalza, Marcial, Martí Filosía, Barrios, Asensi y Pérez.

El equipo base de Michels en atención a los partidos jugados, fue: Reina (34), Rifé (33), Gallego (26), De la Cruz (29), Torres (30), Juan Carlos (33), Rexach (27), Marcial (27), Barrios (27), Martí Filosía (25) y Asensi (29).

Por tercer año consecutivo, el Barça se queda a las mismas puertas del título. Cuando todo parece encarrilado, en el edifico empiezan a aparecer grietas de todo tipo. Hablamos del último tercio, donde las limitaciones del equipo, las limitaciones tácticas de Michels (*) y las lesiones, acaban con la condición de máximo favorito del FCB. Hay episodios casi tan sangrantes como el de la tarde de Córdoba, un año atrás.

(*) Limitaciones tácticas o algo peor. A 6 jornadas del final, el Barça que aún es líder, visita el viejo Castalia, el feudo del CD Castellón (8/4/1973). Y no lo hace solo. La autopista se convierte en una riada impresionante de seguidores barcelonistas. Y en un recinto donde la capacidad era de 4.000 espectadores sentados y 5.150 de pie (según el anuario Dinámico de 1973), se vuelcan no menos de 6.000 fans del Barça cuya llegada obliga días antes, a construir unas gradas provisionales detrás de una de las porterías con unas condiciones de seguridad que a día de hoy, no superarían una mínima revisión. Si sumamos los barcelonistas de la zona de Levante y Murcia presentes en Castalia, la proporción en los graderíos era escandalosamente favorable al FCB. Bueno, el CD Castellón ganó 4-0. Marinus Michels se descuelga con un incalificable once lleno de elementos defensivos y de contención que, al parecer, solo tiene el objetivo del empate a cero. Un fiasco. Un fraude.

Guillermo Sánchez lo reflejaba en El Noticiero Universal (9/4/1973):

“Con una alineación super-defensiva, integrada por la totalidad de los defensas de la plantilla -o por lo menos, de los disponibles-, el Barcelona perdió por 4-0 un partido en el que era favorito para ganar o, en el peor de los casos, para conseguir un empate. Un partido que si bien se jugó en el Estadio de Castalia, en la práctica el ambiente no podía ser más propicio para el equipo azulgrana cuya salida al terreno de juego fue saludada con un grado de fervor que, salvando todas las distancias, raramente se habría producido en el mismo Nou Camp”.

“El Barcelona perdió el partido en los vestuarios cuando Michels trastocó por completo todas las líneas del equipo. Tanto estupor causó, al alinearse por los altavoces, la alineación, que incluso se llegó a expresar en voz alta el desacuerdo con la acumulación de defensas”.

“Se privó de toda posibilidad de conseguir la victoria. Luego, la eficacia del Castellón hizo el resto de cara al marcador”.

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Sisu, por cierto, vaya salto, intentando incordiar al meta del Castellón, Corral.

Sisu vive sus últimos momentos importantes en el FC Barcelona en esta temporada. Es protagonista principal en la victoria ante el Athletic de Bilbao en el Nou Camp la tarde del 22/10/1972. Y por partida doble: su disparo desde fuera del área a falta de solo 5 minutos para el final, bate a Iríbar y acaba con la resistencia del equipo vasco. 3 minutos después sería expulsado junto con el bilbaíno Lasa por agresión mutua. Es la segunda expulsión de Sisu en su carrera. La primera fue también en el Nou Camp y ante el Pontevedra el 11/1/1970.

Y un cabezazo suyo en la jornada 25 significa la victoria frente a la Real Sociedad igualmente por 1-0. Adviértase lo exiguo de los marcadores. En aquella temporada, el Barça solo conseguiría 41 goles en 34 partidos.

La noche del 28/4/1973 pudo ser la noche de Sisu. Es la jornada 31. En la 30, el Barça ha cedido el liderato al Atlético de Madrid tras perder en Las Palmas por 2-1(*). El equipo está roto en todos los frentes empezando por los efectivos: dos elementos imprescindibles como son Gallego y Asensi se han despedido de la temporada lesionados de larga duración. Además, hace muchas jornadas que el grupo no sabe a lo que juega y Michels, en su peor versión, duda incluso en alinear a Charly. El Atlético llega con dos puntos de ventaja y con un average muy favorable: en la 1ª vuelta había ganado 2-0 en su estadio.

(*) Tres desplazamientos consecutivos se convirtieron en tres derrotas: Málaga, Castellón y Las Palmas.

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Pues el Barça merece ganar y por más de un gol. Por juego, dominio, ocasiones y actitud. Esa actitud que falló tantas veces a lo largo de la temporada. El público, asimismo, prescinde por una hora y media de cosas muy difíciles de olvidar (*) e intenta lanzar al equipo hacia el triunfo apoyándolo en todo momento.

(*) Tras el ridículo de Castellón, el Barça recibe en el Nou Camp al Sporting de Gijón (15/4/1973) al que gana de milagro. La cosa está que arde. Al término del partido y cuando los jugadores del blaugranas se retiran a los vestuarios, se producen incidentes con el público, especialmente con el delantero centro, Barrios y tiene que intervenir incluso la fuerza pública.

En la noche del Atlético, Sisu, en los minutos 5 y 19 de la 2ª parte proyecta dos remates al larguero. Un disparo lejano de terrible dureza y un cabezazo. En ambos, la grada prácticamente cantó un gol que nunca llegó. El Atlético, que en muchas fases del partido se defendió como pudo, salió del Nou Camp como virtual campeón. Acabó sumando 48 puntos. El Barça, 46.

Párrafo de Martí Farreras en el MD:

“… el fútbol es loco y el final liguero podría brindarnos locuras, pero es improbable. Visto en azulgrana, el actual Campeonato de Liga no parece posible que se redima de inscribirse en una ya larguísima lista de decepciones.

Muy pocas veces, un equipo ha tenido tan bien planteado un torneo como el Barça. Hubo un momento en que a la vista del calendario pendiente, se pudo pensar que con solo mantener el ritmo sostenido hasta entonces, el equipo acabaría la Liga con una sustanciosa ventaja sobre su más inmediato seguidor.

Luego, jornada tras jornada, se despilfarró todo lo conseguido hasta llegar a esta última fase con un dramatismo difícil de soportar. Si el Barça hubiese jugado sus últimos diez partidos con la ilusión de ayer, todo habría sido de un tono bien distinto. Pero ha sido preciso que la cosa se plantease ya con el patetismo de lo irreparable para que el equipo reaccionara. Y todo indica que la reacción ha llegado demasiado tarde”.

El final de temporada es convulso. El Sevilla -en 2ª división-, elimina al Barça en la Copa. En el Sánchez Pizjuán, el espectáculo para el barcelonismo es patético: los andaluces se imponen 3-1. La actitud del equipo es bochornosa con todas las letras. Después del partido y ya en el hotel se produce el episodio del champán (En Memorias del Barça se relata en la pag.8 como Charly y el champán).

Un grupo de jugadores –entre los que se encuentra Sisu- requieren al servicio de habitaciones la citada bebida a altas horas de la madrugada para acompañar una partida de cartas. Y el que se presenta con la bandeja es Marinus Michels que estrella el material contra el suelo. El escándalo fue mayúsculo e imposible de ocultar.

La multa fue de 100.000 pesetas: Reina, Juan Carlos, Pérez, Sadurní, Sisu, Charly Rexach y Marcial. A Miguel Reina se le dio la baja.

Para Sisu, la primavera/verano de 1973 trajo otra vez los malos augurios de años anteriores, solo que esta vez, se confirmaron en toda su crudeza. Cuando por fin en España se dio luz verde a la contratación de extranjeros -aunque fuera con restricciones de dos por equipo- y el Barça se hace con el cholo Sotil y se lanza a por Johan Cruyff, el de Palafrugell sabe que su etapa en el FC Barcelona tiene fecha de caducidad.

SISU: LA LEYENDA (y 6)

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Charly y Sisu despidiendo a Lluis Pujol que se nos vá al Castellón.

El 17 de Julio de 1973 se presenta el Barça. Aún sin Johan Cruyff, cuyas gestiones para su fichaje, extraordinariamente complejas, van a mantener en vilo al barcelonismo hasta el 13 de Agosto y con Asensi, Charly Rexach, Pujol, Mora y Sisu, sin renovar. Se han ido Miguel Reina al Atlético de Madrid víctima de la famosa noche del champán de Sevilla y Alfonseda al Elche. Finalmente, Pujol, recalaría en el Castellón, de donde vendría el delantero Manolo Clares en la primavera de 1974 para debutar en la Copa. El Barça ya tiene al cholo Sotil y a un jovencísimo Migueli, procedente del Cádiz, en cuyo fichaje tuvo muchísimo que ver el ex secretario técnico del FCB, Domingo Balmanya que en aquella época entrenaba al equipo andaluz.

Para Sisu, retenido un año más, las cosas pintan mal. Incluso en la etapa en que Cruyff no podía ser alineado porque el transfer de la federación holandesa se demoraba inquietantemente, no era ni siquiera una opción para Michels aunque el inicio liguero fuera un confuso desastre. En la 2ª jornada, en el Nou Camp, aparece a falta de 15 minutos para el final sustituyendo a Costas. El Barça empata a cero frente al Racing de Santander. Va a ser toda la aportación de Sisu en el Campeonato de Liga 1973-74.

Cuando en la jornada 10 (Barça 2, Athletic 0), Michels da con el once ideal, la puerta se cierra para varios futbolistas y entre ellos, está él, claro. Salvo lesión o muerte, la alineación invariable será: Sadurní; Rifé, Torres, De la Cruz, Costas, Juan Carlos, Rexach, Asensi, Cruyff, Sotíl y Marcial. Este equipo conseguiría romper por fin la serie de 14 años en blanco y alcanzar el título de Liga, un título que se había rozado en las últimas tres temporadas. Y lo hizo nada menos que a cinco jornadas del final venciendo al Sporting en El Molinón por 2-4 la tarde del 7/4/1974. Le sacó al Atlético de Madrid 8 puntos.

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Marcial, Charly y Sisu, con la Liga 1974.

Sisu participará en otra de las debacles en blaugrana tan abundantes en aquellos años. En la Copa de la UEFA, el poderoso OGC Nice se apunta a la lista de equipos que le sacan los colores al barcelonismo cuando el 19/9/1973 y en el primer cruce, lo funde en una actuación ridícula: 3-0 en el entonces Stade Municipal du Ray.

En la vuelta del Nou Camp (3/10/1973), Sisu disputa 19 minutos. Sustituye a Toni Torres en el ´71 cuando Michels decide quemar las naves: el Barça está cerca de reconducir la situación en un partido mucho más digno que el de Niza. El 2-0 no es suficiente.

En la Copa del Generalísimo -cuya estúpida reglamentación de aquél entonces no permite la participación de jugadores extranjeros aunque los falsos oriundos hayan invadido el fútbol español-, Sisu contribuye en la semifinal y en la final.

El 24/6/1974 sustituye a Tomé en el minuto 72 de partido para y disputa asimismo la prórroga en la que el Barça -gracias a un gol de Juanito- consigue eliminar al Atlético de Madrid en su propio feudo: 1-2. La final también se juega en el Estadio del Manzanares (29/6/1974) y el Madrid, mucho más fresco, se deshace con demasiada facilidad de un Barça exprimido (4-0). Otra vez sale desde el banquillo, ahora para sustituir a Asensi en el minuto 55.

Sisu fue peculiar hasta en el tema de los títulos y las finales. En su palmarés particular se encuentra la Liga de 1974 cuya contribución fue de un cuarto de hora en la 2ª jornada. La Copa de 1968, en la que únicamente disputa la primera ronda frente al Sporting y posiblemente acaba con la paciencia de Artigas y la de 1971 en la cual completa también la primera ronda ante el Villarreal, pero cae lesionado en la siguiente en San Mamés.

Seguro habría jugado la final de la Recopa de 1969, pero se lesionó en la muñeca en un amistoso pocos días antes en el Nou Camp, como ya se explicó. Y en la única final que disputa -poco más de media hora-, el equipo es maltratado.

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El 12 de Agosto de 1974, la pluma un tanto alucinada del redactor de El Mundo Deportivo, J. Díez Serrat, advirtiendo una falta de consistencia de la defensa azulgrana para simultanear dos competiciones tan difíciles como la Liga y la Copa de Europa, lanza la sugerencia de convertir a Sisu en líbero (*). El de Palafrugell, encantado de la vida: “Creo que puedo adaptarme bien al puesto y siempre es más interesante jugar de lo que sea, que estar en el banquillo como me pasó la última temporada”. Cuando el periodista le pregunta que si por sus características podría triunfar en esa demarcación, Sisu responde: “Creo que sí. Para todo jugador que ha actuado de delantero, hacerlo en posiciones más atrasadas no resulta muy difícil (?). No es necesario una gran rapidez y sí una buena visión de la jugada, un buen toque de balón y saber salir en el momento oportuno”.

(*) La posición de líbero, la inventó y aplicó Helenio Herrera en la grande Inter. Adelantó al central o en el caso del Inter, los dos centrales, y colocó detrás un futbolista libre de obligaciones de marcaje. Eso se conocía en España como el defensa escoba. Ese líbero, en el Inter, era el inteligente Armando Picchi y actuaba detrás de Tagnin y Guarneri. Los laterales eran ni más ni menos que Burgnich y Facchetti, este último el primer lateral utilizado como rampa de lanzamiento, otro invento del mago. Pero en 1974, la posición de líbero ya había muerto devorada entre otras cosas, por el fútbol total. Y el significado de líbero empezó a degenerar cuando se refería al futbolista que se manejaba por delante del central/centrales. Lo que es hoy el pivote defensivo, vaya.

Que es lo que J. Díez Serrat y Sisu, interpretan.

Finalmente, se le pregunta por su ideal de líbero:
“Debe ser un jugador que complemente el aspecto defensivo con el atacante, en mi opinión, con especial en este último. Beckenbauer es en la actualidad el hombre que cumple estas condiciones”.

Obviamente, Marinus Michels no estaba para inventos.

La 1974-75 será la última temporada de Sisu en el Barça. La última retención. Los últimos partidos. Los últimos números. La novena.
Solo jugará 4 partidos oficiales, todos ellos, del campeonato de Liga. El primero es en Sarriá, casualmente la tarde en la que todo el equipo se viene abajo, empezando por la defensa y más concretamente, por los gravísimos errores del guardameta Mora, que sufrirá junto con Joaquín Rifé y Toni Torres, las represalias posteriores de Michels. Hablamos de la jornada 9 (24/11/1974).

El Español golea al FCB por 5-2. El partido es un absurdo con el Barça dominando territorialmente y siendo cazado a la contra hasta cinco veces. Sisu sustituye a Torres en el minuto 65 cuando el resultado es ya de 4-2.

Nuestro protagonista tiene que esperar a la jornada 22 (1/3/1975) para disputar 22 minutos más, ahora en el Nou Camp, sustituyendo a Asensi una noche de sábado contra el Hércules sin goles cuando ya el Barça hace muchas semanas que se ha despedido de la posibilidad de renovar el título.

En sus dos últimos partidos con el FC Barcelona si va a completar los 90 minutos. Ambos coinciden con inminentes compromisos en la Copa de Europa, la gran ilusión del barcelonismo. Descanso masivo y todo eso. Aunque el primero de ellos -contra el Salamanca en El Helmántico (9/3/1975)-, preceda a un intrascendente partido de vuelta de cuartos de final contra los suecos del Atvidabergs FF los cuales, por motivos climatológicos, accedieron a jugar los dos partidos en el Nou Camp a cambio de una compensación económica, claro. El partido de ida se jugó el 4/3/1975 y ganó el Barça por 2-0. En el teórico partido de vuelta (11/3/1975) se repitió victoria: 0-3. En Salamanca se perdió por 1-0.

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El último partido oficial de Sisu con la camiseta del FC Barcelona se produce en Balaídos, el 6/4/1975, tres días antes de la ida de la semifinal de la Copa de Europa en Ellan Road ante el Leeds United. El Celta gana también por 1-0, un resultado al que el Barça se abonó en aquella desgraciada temporada en la que el equipo perdió toda la cohesión que mostró en la anterior. 8 de las 12 derrotas sufridas en campo contrario, mostraron ese marcador.

Sisu ya no aparecerá más. Ni en la Liga, tras la depresión que significó la eliminación europea a manos de los ingleses. Ni en la Copa todavía del Generalísimo, en la que el Barça disputaría dos rondas antes de caer eliminado ante el Zaragoza, la primera de ellas ante el Sant Andreu.

El 19 de Junio de 1975, el FCB concede la baja al futbolista en base a su trayectoria e historial, así como su deportividad y disciplina en sus años de permanencia en el club para que de esta forma pueda negociar su ficha de la manera que considere más conveniente para sus intereses personales.

Según MD, en los últimos días había sostenido varias entrevistas con directivos del FCB y con el presidente, Agustín Montal en las que se insinuaba la posibilidad de que el futbolista recibiera la baja. Es por eso que Sisu acepta la noticia con su habitual calma y se encuentra con la carta de libertad con aún 29 años. Su ficha en aquellos momentos era de 1.500.000 pesetas por temporada, una cifra notable en la España de 1975.

¿Sisu ajustando cuentas?: “Mi marcha tiene algo de liberación” y lanza un reproche a la directiva: “Podía haber pensado esto hace algunos años cuando decidieron no contar conmigo y no ahora, que llevo tanto tiempo sin jugar como titular”. Y bueno, sus ángeles y demonios: “Mi mejor entrenador ha sido Buckingham y a Michels le ha faltado sensibilidad futbolística”.

El periodista le pregunta sobre que si tanto banquillo ha malogrado un gran jugador. La respuesta es … extraña: “Menos Pelé, que ha sido el mejor as de la historia, todos los jugadores tienen la impresión de que si las cosas les hubiesen rodado de otra forma, su estrella hubiera brillado más. Yo soy uno de ellos”.

Se habla del Valencia, Salamanca, Hércules y Sevilla, pero Sisu firma un contrato de dos años con el Sant Andreu, en 2ª división. Es el 15 de Agosto de 1975. Por lo visto, rechaza una oferta superior de un club andaluz porque prefiere quedarse en Barcelona. Dos millones y medio para Sisu. “He firmado por dos temporadas pero espero jugar más. Mi problema era de entrenador y con Balmanya no lo habrá”.

El Sant Andreu fue el último equipo que entrenaría Domingo Balmanya. Fue destituido en la jornada 22 después de una derrota en Coruña. Lo sustituyó una leyenda viva del barcelonismo también en su última experiencia en los banquillos: César Rodríguez Alvarez.

Sisu jugó mucho en las dos temporadas. Y además lo hizo en su posición favorita; la de interior. Pero el Sant Andreu es un equipo en declive y su ciclo en la 2ª división se acaba. En la Liga 1975-76 se salva del descenso directo en la última jornada goleando al Murcia en el Narcís Sala y asegura la permanencia en una ronda de promoción contra el Huesca. En esa promoción, Sisu muestra su peor cara: harto de recibir coces, manda un hachazo al futbolista del Huesca, José Luis, que le desgracia la tibia y el peroné (MD 28/6/1976). Solo recibe la tarjeta blanca (aún no eran amarillas).

El balance es de 41 partidos jugados (34 de Liga, 5 de Copa y 2 de promoción). 9 goles. En la siguiente temporada, la 1976-77, disputará 32 partidos de Liga y marcará 6 goles (4 de penalti). Pero el Sant Andreu -que sigue recurriendo a dinosaurios para salvar lo insalvable: ahora es el turno de Ferdinand Daucik-, no podrá evitar el descenso a la recién creada 2ªB. Mucho antes, Sisu ya ha mostrado su deseo de colgar las botas. Hay problemas de liquidez y una serie de jugadores denuncian a la entidad, entre ellos, el propio Sisu. El nuevo presidente del Sant Andreu, Narciso Busquets, reacciona diciendo que si quieren denunciar, que denuncien y considera la actitud del futbolista ampurdanés de absurda, porque ha cobrado anticipadamente 700.000 pesetas.

En cualquier caso, Sisu lo deja correr. Y lo hará en todo el amplio significado de la frase. Con 31 años. Regresa a su Palafrugell natal a ocuparse del negocio familiar (antigüedades) y se desvinculará por completo del mundo del fútbol por el que nunca estuvo loco, no nos engañemos. Sus apariciones hasta el día de hoy son escasas y se limitan a algún homenaje de la Agrupación de Veteranos del FCB, como el que recibió en Palafrugell en el 2006. No más. Sus 12 años como barcelonista -incluyendo al CD Condal- no fueron despedidos en su momento ni siquiera con una placa. Una salida un tanto amarga y atípica, como lo fue él en campo. Como lo fue su carrera.

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El 2/7/2016 y en una de sus escasísimas apariciones en los medios, le comenta al periodista David Salinas del MD varias cosas:

“Colgué las botas en 1977 y tenía en proyecto ser anticuario. Me ha dado muchas satisfacciones. Ahora, estoy jubilado y vivo bien”.

“Nunca fui de ir a actos, cenas, banquetes y homenajes”.

“Cerebral, lento, frío … era mi forma de jugar. Ya en el Palafrugell, la gente creía que podía hacer mucho más de lo que hacía. Parecía que estaba tranquilo y relajado pero en realidad, pasaba muchos nervios. No lo soportaba ni mi familia”.

“Una vez, en el Nou Camp hice una butifarra (*) en un Barça-Lleida de la Copa Presidente. Habían cuatro gatos y encima, se metieron conmigo. Fue delirante. El entrenador, Olsen, me retiró el saludo”.

(*) Corte de mangas, peineta …

“Me enteré por la prensa que me habían dado la baja. Al día siguiente, recibí la carta”.

“¿Buenos recuerdos? Con el doctor García Cugat. Siempre tuvo una fe ciega en mí. Me dio mucha confianza. Decía: “Con una pierna atada eres mejor que los demás”. Después de charlar con él me iba flotando”.

Extracto de un artículo de Sergi Pamiès en La Vanguardia el 4/10/2010, después de un empate a uno en el Nou Camp contra el Mallorca:

“En algunos momentos, recordé una escena que, por vergüenza propia (y ajena), nunca he contado. Poco antes de que Cruyff fichara como jugador, recuerdo que el Camp Nou sufrió uno de esos partidos desagradables tan típicos de la época. Para mantener la costumbre, se despotricó en general y en particular (contra Rexach, que solía estimular la crueldad colectiva). En un momento dado, uno de mis vecinos de asiento se levantó y se puso a gritar como un energúmeno: “La culpa es del Martí Filosia. Este hombre no puede jugar con el Barcelona!”. Mi tío y yo no detectamos ninguna ironía en su airada reclamación. El socio estaba rojo de rabia y grana de indignación”.

“Hasta que, con buen criterio, mi tío le dijo: "¿Se ha fijado que Martí Filosía no juega?". En efecto, aquel incomprendido gran jugador no jugaba pero, aun así, servía de blanco de las iras. ¿Qué ocurrió ayer? Que, pese a querer y poder, el equipo no supo ganar. Pero si de lo que se trata es de buscar culpables y de flagelarnos, propongo que le echemos la culpa a Martí Filosia”.

Fuentes:

Blogs El Punt. Sota la Buguenvíl-lia. Pentagrama de vampiros, cinco décadas después de 1963 (7/4/2014).
Martí Filosía, un futbolista polémico. Fernando Cuesta Fernández. CIHEFE. 2013.
Martí Filosía, el primer falso 9. Francesc Aguilar 16/11/2014. El Mundo Deportivo.
Web Marti Filosía Fans club band.
Hemeroteca El Mundo Deportivo.
El incomprendido Martí Filosía. EL PAIS. 22/1/2017.
RB Revista Barcelonista.
AHISCAS (Amigos de la Historia del Castellón).
El Noticiero Universal.
Diario deportivo “Dícen …”
Barça Eterno. Antoni Closa y David Salinas (2012)

Casi todos los jugadores de la cantera, de antes... fueron cuestionados, silbados, criticaros y culpados aunque no jugaran. Es algo incompresible. Que recuerde se ha silbado a "Charly", Pep, Xavi e Iniesta (no podían jugar juntos dos pequeños)... Somos como somos y lo debemos aceptar.. Y a Messi se le debía traspasar, se lesionaba cada temporada

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Somos unicos

Citar:

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Originalmente publicado por Thonys II [Only registered and activated users can see links. Click Here To Register...]

Casi todos los jugadores de la cantera, de antes... fueron cuestionados, silbados, criticaros y culpados aunque no jugaran. Es algo incompresible. Que recuerde se ha silbado a "Charly", Pep, Xavi e Iniesta (no podían jugar juntos dos pequeños)... Somos como somos y lo debemos aceptar.. Y a Messi se le debía traspasar, se lesionaba cada temporada

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Somos unicos

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Y el lobito Carrasco, que cuando la grada la tomaba con él, daba hasta vergüenza estar en el Nou Camp.

Tengo una siniestra teoría y es que si somos capaces de abroncar a Luisito Suárez y a Charly, hay barra libre para el resto sean o no de la cantera.

“… tú te has ido antes, Laszy ”.

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El gitano.

Gustavo Biosca Pagès (Barcelona 29/2/1928), el defensa central del Barça de las Cinco Copas. Gran físico y mucha calidad. Duro. Su mejor época coincidió con las cuatro temporadas de Fernando Daucik dirigiendo al equipo (1950-51 a la 1953-54) en la que además, fue 11 veces internacional.

Iba para convertirse en el mejor central de la historia del FCB pero una serie de factores adversos lo evitaron. Entre ellos, una gravísima lesión de ligamentos producida en Atocha frente a la Real Sociedad (2/6/1957) de la que nunca se recuperaría, provoca su retirada prematura dos años después. Fue uno de los primeros futbolistas mediáticos fuera del terreno de juego y su romance con Lola Flores, especialmente sonado.

Esto último, no le ayudó mucho. Especialmente con Sandro Puppo, un rígido entrenador italiano que tomó el relevo de Daucik en la temporada 1954-55 y que margina implacablemente a Biosca, sustituyéndolo por el joven Joaquín Brugué ante el pasmo general. Ya nada será igual.

Vuelve a recuperar la titularidad en la campaña 1955-56 ya desaparecido Puppo y con el ex portero de los años 20, Franz Plattko en el banquillo, pero en 1956-57, Domingo Balmanya -que ahora es el que manda-, prefiere a Brugué (*). En realidad, cuando llega la desgraciada tarde de Atocha, Biosca hace mucho tiempo que ya no es el mismo y su influencia en el equipo, tampoco.

(*) Hay un oscuro paralelismo entre los dos centrales. Brugué padeció en Sevilla (5/10/1958) otra gravísima lesión que precipitó su adiós al fútbol. Tenía 27 años. Se retiró un año después.

En sus mejores tiempos, en el vestuario formó parte de un trío muy especial junto con Kubala y César. “La amistad es lo más sagrado y trabajar juntos, defender los mismos colores jugándote la pierna, que vinieran a ayudarte cuando lo necesitabas o te dijeran las frases adecuadas, eso, nos unía muchísimo”, relataba el central, famoso por su contundencia y fuerza física, pero al mismo tiempo poseedor de una técnica exquisita, algo raro en aquellos tiempos. Extrovertido y bromista, obligaba al masajista, Angel Mur, a que le aplicara un aparatoso esparadrapo en la ceja para que todo el mundo viera que se había lesionado.

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Kubala atacando la portería del Sevilla ya en el Nou Camp (10/10/1957). El Barça ganó 3-1.

Angel Mur Navarro, Selgua (Huesca) 31/7/1907, sabía mucho de los guerreros que tenía metidos en el vestuario. Fue el masajista del FC Barcelona desde 1942 hasta 1973. Colega y protector de Laszy.

En cierta ocasión, el húngaro se presenta dos horas antes del partido en un estado absolutamente lamentable y el entrenador, Ferdinand Daucik, que además, es su cuñado, lo envía a casa sin contemplaciones. Pero Laszy se fue a ver a Angel Mur.

Y Mur le pegaba una reprimenda, pero en un tono de padre severo, le preparaba un baño caliente y le daba un buen masaje.

Aunque no se había recuperado completamente de la resaca, Kubala se disculpó ante su cuñado y entrenador y este le incluyó en la alineación.

El periodista Lluis Permanyer, recordaba que su padre, delegado del Barça en aquellos momentos, comentó el correr bamboleante de Kubala.

Pese a su estructura fornida, su estampa de atleta musculado y su pasado de boxeador, se sentía desamparado si no estaba con alguien de confianza.

Tenía como confidentes y consejeros, a los que recurría siempre en momentos de decaimiento o desconcierto a Lina Ribes Jordá y a Alejandro Fernández, trabajadores del Hotel Splendit de la calle Pelayo, en el que se alojó el futbolista húngaro la primera vez que llegó a Barcelona. En especial, Lina, que era como una hermana mayor para Laszy.

Otra persona de su máxima confianza fue Pepe Samitier, el que gestionó su fichaje por el FCB. Si Lina fue una especie de hermana, Samitier era un segundo padre para él, dicho textualmente por un afligido Laszy (*) cuando falleció (4/5/1972). Samitier lo bautizó como Olegario, una especie de clave para referirse a él sin nombrarlo directamente, enmascarar sus ausencias ante la prensa y evitar explicaciones.

Cuando Laszy regresaba de un viaje siempre lo visitaba; hallaba calor paternal, aliento y buenos consejos. El cariño era mutuo: en el día del padre, siempre le hacía un regalo.

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Laszy, Pepe Samitier y Ferenc Puskas.

(*) Laszy se quedó sin padre a los 15 años.


Por supuesto, el Gitano -Gustavo Biosca-, que dijo en cierta ocasión: “Normalmente, los hermanos te los dan. A este lo he escogido yo”.

Y la quinta persona, era indiscutiblemente Angel Mur. Varias veces, debió salir de madrugada de su domicilio en la calle Vallespir para rescatarlo de algún antro donde el whisky manaba sin cesar y una banda de aduladores/aduladoras lo estaban desplumando. De hecho, Angel sabía de sobras adonde dirigirse para transportar a Laszy y aplicarle el ritual: ducha fría, un rato para dormir la cogorza, masaje a tope y un café bien cargado con una aspirina.

Angel Mur Navarro se fue a la tumba (12/9/2000, con 93 años) sin desvelar jamás secretos comprometedores. Los admitía implícitamente pero de forma genérica.

Cuando el periodista Manuel Del Arco le preguntó en una entrevista sobre si los futbolistas pensaban en el día de mañana, Angel respondió: “Salvo raras excepciones, no. Yo les digo a la mayoría de ellos, que proceden de clases económicamente débiles, que si han tenido la suerte de defender los colores del Barcelona, que piensen que la vida activa de futbolista es corta y si se dedican exclusivamente al deporte, la prolongarán más tiempo. El que no siga esa norma, termina, por regla general, sin salud, sin dinero y aquellos que lo aplaudieron le vuelven la espalda”.

Esa idea, la repetía en forma de consejo, día tras día a los jugadores en la camilla del masajista. Laszy era el más vulnerable a ese tipo de tentaciones. El dinero se le fundía de entre las manos y además, lo daba todo, con lo cual se convertía en presa fácil. Siempre iba rodeado de gorrones. Cuando el FC Barcelona llegaba a alguna ciudad y el equipo salía a dar un paseo, Angel Mur le decía: “Anda, dame la cartera, el reloj y el anillo, que ya te los guardo yo”. Y se los daba a Olivella, Biosca o a otro compañero para que no volviera desplumado al hotel como le había sucedido varias veces.

Mur tenía una debilidad especial por Laszy. Angel Mur Ferrer, su hijo, que le sucedió como masajista del Barça, declaró en una ocasión que “… le daba mucha seguridad. Kubala era tímido, apocado, cuando no estaba en el campo. Mi padre incluso le reñía, pero se tenían un afecto entrañable”.

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Reproducción de una carta escrita con el corazón, por Gustavo Biosca, horas después de la muerte de Kubala (17/5/2002). Una carta sincera, auténtica y verdadera en la que no se esconde de nada. La escribió en el diario El País.


“Leí una vez una frase que decía: nadie muere mientras no se le olvida. Y eso me reconforta, porque sé que Kubala seguirá en mi pensamiento y en el de muchas personas a lo largo de los años. Sí, es cierto, se ha marchado. Pero morir, no morirá nunca. Los recuerdos del pasado se hacen ahora más lúcidos que nunca. No olvidaré el día que le vi por primera vez, ni el momento en que llegó al Barcelona; sus primeros pasos en nuestro equipo, las veces que comió y durmió en mi casa y la sincera amistad que nació entre nosotros y que permaneció el resto de nuestras vidas.

Era un hombre fuerte, excesivo a veces y lleno de contradicciones. Fue un niño que se hizo mayor, que precisó de protección por su timidez, por su excesiva generosidad, por su brutalidad en ocasiones. Pero todo lo bueno de él surgía de pronto cuando alguien le ponía un balón en los pies. Entonces se le veía feliz. Parecía un niño al que le acababan de dar un caramelo. Y comenzaba a jugar, a hacer cosas que los demás no podíamos ni imaginar. A sus pies, el balón cogía efectos especiales, pegaba por dentro y por fuera, sorprendía al portero cuando lanzaba las faltas con parábolas desconocidas hasta entonces.

Cuando estaba en el campo, a todos los jugadores nos daba la impresión de que no podíamos perder. Era un auténtico líder. Dominaba el juego y la técnica y eso le daba un ascendente sobre los demás. Creaba un ambiente de optimismo y ganador porque sabíamos que en cualquier momento podía plantarse ante el portero y marcar un gol. Era rapidísimo. Aunque pesaba 78 u 80 kilos, nadie en el club le superaba en velocidad. Sólo Manchón, pequeño y ágil, le vencía en los 25 metros. Pero a partir de ahí era intratable. Transformó e inventó el fútbol. Nos enseñó muchas cosas. Sólo con verle entrenarse y jugar ya aprendíamos.

A veces, al final del entrenamiento, me decía: "Gitano (así me llamaba), quédate un rato conmigo ". El seguía entrenándose, pero a mí eso no me gustaba. Y luego proseguía por las tardes en el césped de su casa, tocando el balón tres o cuatro horas más. No sabía hacer nada más. Era su vida. Salía siempre en defensa de sus compañeros. Si alguien abusaba de Moreno, un interior zurdo de poca estatura que jugaba con nosotros, Kubala amenazaba al defensa. Pero, sin el balón de por medio, sólo una vez agredió a un rival (*).

(*) Aguirre, del Español. En Sarriá. (27/5/1961).

Sin embargo, se convertía en una persona muy peligrosa cuando alguien le provocaba a él o a alguno de sus compañeros. Salíamos los dos muchas veces con César, un hermano para mí, y a los tres nos gustaba la vida nocturna. Eramos guerreros. Y Kubala resultaba duro y sangriento en las peleas. Había sido boxeador de jóven, en Hungria, y lo dejó porque tenía los brazos demasiado cortos para su peso. Recuerdo que una noche estábamos con Paco Rabal (el actor de cine) y cuando él y yo nos levantamos Kubala ya había tumbado a tres personas. Daba miedo.

Se ha comentado muchas veces que bebía mucho y que jugó partidos sin haber dormido. Y es verdad, aunque lo hizo en contadas ocasiones. Bebía porque comía mucho. Pero lo quemaba todo en los entrenamientos. A veces, cuando no llegaba a una sesión, Samitier me decía: " ¿Dónde está Olegario? ". Iba a buscarle. Sabía dónde encontrarle. Y entonces era el más sacrificado. No se le notaba nada porque físicamente era un superdotado.

Su mayor contradicción era que, pese a su fortaleza física, se convertía en un ser muy vulnerable cuando topaba con personas necesitadas o con seres desgraciados. Tal vez porque él pasó una infancia muy dura y difícil, entonces lo daba todo. A veces tuvimos que ir tras él para recuperar objetos íntimos, como algún reloj y otras joyas. Una vez se encontró a una familia durmiendo en la calle. Les llevó a una pensión y les pagó tres días de estancia completa. Sabía lo que era la miseria.

En los últimos años ya no estaba muy fino. El Alzheimer se estaba apoderando de él y agudizó su carácter infantil. Pero entonces se mostraba mucho más inofensivo. Tenía miedo de todo. La última vez que le vi fue cuando estaba ingresado ya en el hospital. Joan Gaspar vino a buscarme y me llevó, casi a hurtadillas, a su lado. El ni siquiera me reconoció. Le di un beso y me despedí. Recordé que en nuestras salidas nocturnas frente a dos copas, solíamos apostar. " Tu te morirás primero, gitano ", me decía, "porque yo soy más fuerte" .

Tú te has ido antes, Laszy. El whisky lo pago yo”.

Kubala se fue a un mes de cumplir los 75. Gustavo Biosca doce años después, el 1/11/2014, a los 86. Hacía tres, que como Laszy, padecía también el maldito Alzheimer.

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Fuentes:

El blog de Diego Valor.
El Noticiero Universal. (5/5/1972).
Revista “Barça ”.
Los Mur, masajistas del Barça. Enric Bañeres 2008.
Barça eterno (1899-2012) Toni Closa y David Salinas.
Història del futbol català. Joan García Castell. 1968.
75 años en blau i grana. Alex Botines y Alfonso Soteras. 1974.
Web BDFutbol.com
Hemeroteca de El Mundo Deportivo.

EL CUÑADO

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Los cuñados, en Las Corts, recién llegados.

Ferdinand Daucik (30/5/1910, Sahy, República Checa), llega al Barça en Junio de 1950 con su cuñado Laszy Kubala, casado con su hermana, Ana Viola Daucik. Huidos ambos del infierno rojo, su destino es el FC Barcelona (*).

(*) Ha llegado a escribirse que si Kubala no acabó en el Madrid fue porque en el lote iba incluido Daucik y que por allí, no transigieron.

La carrera futbolística de Daucik arranca en Eslovaquia. En 1928 se incorpora al CSSK Bratislava que posteriormente tomaría el nombre de Slovan Bratislava -de siniestro recuerdo para el FC Barcelona-, donde jugó cinco temporadas. En 1933 ficha por el Slavia de Praga y allí completa nueve temporadas para finalizar su carrera como jugador a los 32 años (1942).

En 15 ocasiones defiende a la selección de Checoslovaquia participando en dos Mundiales: Italia 1934 (donde los checos son subcampeones) y Francia 1938. En 1942 y durante el breve período en que Eslovaquia fue independiente, defendió la camiseta de la Selección eslovaca una vez. En ese año y pese a que Checoslovaquia está implicada de lleno en la II Guerra Mundial, Daucik se las arregla para entrenar al Slovan Bratislava y ocupar el cargo de seleccionador eslovaco. Una función que repetirá en 1948 cuando dirige a la Selección checa.

En 1949 entrena al Hungaria, un club formado por exiliados cuyos componentes ponen tierra de por medio entre ellos y el comunismo y que disputan partidos amistosos en varios países europeos. Kubala forma parte de ese equipo. Un año después, están en el Barça.

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1951 a 1953: el Barça al copo de triunfos.

Daucik (en España, rápidamente bautizado como Fernando, al igual que Kubala lo fue como Ladislao) sería un innovador en su época al perfeccionar la famosa táctica de los años 40, la WM. Talante serio, personalidad acusada y severidad en todas sus declaraciones. El problema de Fernando es que en ocasiones, sus experimentos, se descontrolaban y se convertían en algo caótico y véase ejemplo: el 15/4/1951 en Sarriá ensaya la táctica del fuera de juego con un defensa -Calvet-, en la posición de delantero centro. Las consecuencias son devastadoras: el Español gana por 6-0.

La incorporación de su cuñado, Kubala, en la competición copera y sus asombrosas exhibiciones, atajan el malestar y hacen que posteriormente, Daucik pase a la historia como el entrenador del Barça de las Cinco Copas. Porque Ferdinand Daucik, dirigió a un colectivo que ganó todo lo que se le puso por delante y que sin ninguna duda habría levantado la Copa de Europa o la Intercontinental si en aquellos primeros años cincuenta estas competiciones hubieran existido.

Fernando entrenó al Barça desde la temporada 1950-51 a la 1953-54. Consiguió dos Ligas (1952 y 1953), tres Copas (1951, 1952 y 1953) y una Copa Latina (1952). Su ciclo concluye bruscamente en 1954 cuando el Madrid de Di Stéfano gana su primera Liga en 21 años y el Valencia supera al Barça en una final de Copa que significa el final de la etapa del eslovaco en el banquillo blaugrana. La prensa deja entrever un boicot de los jugadores hacia el entrenador en aquella tarde del 20/6/1954, en cualquier caso, la historia de Fernando con el Barça había terminado.

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Un Barça 1951-52, en plena etapa de las Cinco Copas. En pié: Modesto, Ramallets, Gonzalvo III, Bosch, Martín, Daucik, Biosca, Seguer y el portero suplente, Amorós. Agachados: Basora, César, Vila, Kubala, Manchón y Angel Mur.

La carrera de Daucik no se detiene: entrena al Athletic de Bilbao desde 1954 a 1957 y lo lleva en 1956 al título de Liga 13 años después y al de Copa en 1955 y 1956.

El 22/5/1955, Daucik regresa a Las Corts con el Athletic de Bilbao, su cuñado Kubala falla el primer penalty en España y parte del público aplaude a Fernando que saluda quitándose el sombrero.

Tras el Athletic, la carrera de Daucik nunca volvió a generar éxitos de magnitud, si se exceptúa una Copa con el Real Zaragoza de los magníficos en 1966. Atlético de Madrid (1957 a 1959), Oporto (1959-60), Betis (1960 a 1963), Murcia (1963-64), Sevilla (1964-65), Indauchu (1965-66) Zaragoza (1965 a 1967), Elche (1967-68), UE Sant Andreu (1969-70, 1973-74 y 1976-77), Español (1970-71), Cádiz (1971-72) y Levante (1974-75).

Su largo periplo acaba entrenando al Sant Andreu al que no puede salvar del descenso en la temporada 1976-77 de la misma forma que lo hizo en la 1969-70, cuando cogió a un equipo desahuciado y consiguió mantenerlo en 2ª contra todos los pronósticos humanos y divinos.

Según la web BDFútbol, 614 partidos como entrenador en España desde 1950 a 1977.

Ferdinand Daucik falleció en Alcalá de Henares el 14 de Noviembre de 1986 a los 76 años.

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El Mundo Deportivo, 15/11/1986.

Fuentes:
Historia del Campeonato Nacional de Copa (1902-1970) EPSA.
Historia del CF Barcelona (1971) LGEV.
História del FC Barcelona (1993) J.Sobrequès.
Hemeroteca Mundo Deportivo.
Web BDFútbol.
Web CIHEFE.
Cròniques del Barça 1899-1992 G&A.
El Libro de Oro de Barça 1899-1995. El Periodico.
75 años en Blau i Grana. Alex Botines / Alfonso Soteras (1974).

LAS SOMBRAS DE PEPE SAMITIER

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José Samitier Vilalta nace en Barcelona el 2 de Febrero de 1902, en el nº 198 de la calle Urgel, en pleno Ensanche, muy cerca del Hospital Clínico y también de uno de los terrenos de juego en el que desarrollaría sus actividades el Barça: el de la calle Muntaner (1905-1909) antes de establecerse en Las Corts.

Samitier derivó en una de las grandes figuras mediáticas en su época y hablamos de los años veinte. Era un futbolista genial, único. Rompió todos los moldes. Su fútbol era completamente diferente de todo lo conocido hasta entonces: anárquico, desconcertante, temperamental y con capacidad de liderazgo.

Ocupó varias demarcaciones en el campo pero donde se encontraba en su salsa era dentro del área. Allí se mostraba valiente, elástico y espectacular. Era hábil en el regate y gran rematador tanto con los pies como con la cabeza.

Ingresó en el Barça en 1918 con solo 16 años. Recibió a cambio un traje completo y la ilusión de su vida: un reloj de pulsera de esfera luminosa. Vivió como protagonista principal una de las épocas más triunfales de la historia de la entidad. Ganó la primera edición del Campeonato de Liga (1929), 5 Copas de España (1920, 1922, 1925, 1926 y 1928) y 12 Campeonatos de Cataluña (1919, 1920, 1921, 1922, 1924, 1925, 1926, 1927, 1928, 1930, 1931 y 1932)

21 veces internacional, fue subcampeón olímpico con la selección española en los Juegos de Amberes en 1920.

Con el Barça disputó 454 partidos y marcó 326 goles.

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Entra en serio conflicto con la directiva blaugrana en el verano de 1932. Concretamente, con el presidente Juan Coma. En realidad, jamás se soportaron. No solo fue Samitier el damnificado; también lo fueron los restos de la vieja guardia entre los que se incluían figuras como Más y Piera, a causa, según palabras textuales de Coma “del nulo rendimiento que estos producen”. El presidente, obsesionado por la cuestión disciplinaria, llegó a enviar un mensaje a los aficionados barcelonistas que decía entre otras cosas: “… los mismos socios deben denunciar a los jugadores que ven en viernes o sábado, más allá de las doce de la noche”.

Coma, además, se cubre de gloria cuando declara que “a sus 34 años, ningún equipo importante lo querrá”, con lo cual añadía a su estupidez, una mentira, porque Samitier cuando abandona el FCB tiene 30 años, ni uno más ni uno menos.

Recibe la baja en Diciembre de 1932 y a principios de Enero de 1933 ficha por el Madrid, causando una gran conmoción entre el barcelonismo y eso que las relaciones entre los dos equipos, sin ser buenas, no eran tan incendiarias como lo serían con posterioridad. En aquél entonces, el emisario que hizo cristalizar el fichaje fue el secretario del Madrid, Santiago Bernabeu el cual, a partir de esa gestión, se convertiría en un gran amigo de Samitier. La vida.

Pero el motivo principal de que Samitier escogiera al Madrid se llama Ricardo Zamora, el Guardameta Nacional y su amigo del alma desde siempre. Como se puede leer en Historia del CF Barcelona de la Editorial LGEV de 1971: Zamora, quiérase o no, pertenece a la historia del Barça.

Ricardo Zamora Martínez nació en Barcelona el 21 de Enero de 1901. En elnº 189 de la calle Diputación, entre Villarroel y Casanova. También en elEnsanche y no demasiado lejos de donde lo haría Samitier un año más tarde. En1916 ingresa en el Real Club Deportivo Español pero en 1919, abandona el fútbol para dedicarse a la carrera de medicina.

“Les había prometido a mis padres que dejaría el fútbol para terminar mis estudios. Pero seguía reuniéndome con amigos para jugar y la directiva del Barcelona vino a hablar conmigo. Poco les costó convencerme de que volviese a tomar los botines y los guantes”.

En el Barça jugó 111 partidos desde 1919 a 1922. Dos veces campeón de Copa (1920 y 1922).

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Ricardo Zamora y Pepe Samitier.

El caso es que Zamora, al finalizar la temporada 1921-22, reclama un aumento de sueldo, petición que es denegada. El Guardameta Nacional se incomoda y acepta una oferta del Español. Vuelve a casa. En 1930 llega el Madrid talonario en mano y eso se traduce en 100.000 pesetas de la época que son una locura, y el Español acepta encantado de la vida y Ricardo, también.


El 7 de Enero de 1933, José Samitier partía en avión hacia Madrid acompañado por Zamora, que había permanecido en Barcelona durante el breve espacio de tiempo que duraron las gestiones para su fichaje. Posiblemente también para que su llegada al aeropuerto de la capital adquiriera más notoriedad.

Como en la etapa de Zamora en el FCB, otra vez estaban juntos. Mantuvieron su amistad hasta el final por encima de diferencias de todo tipo, deportivas y políticas. Inseparables. A pesar del eterno sarampión antibarcelonista que padeció Ricardo a partir de la negativa de la directiva del Barça a mejorar su contrato en 1922 y que se demostró en numerosas ocasiones.

En todo caso, un Samitier ya instalado en un evidente declive -dicho sea de paso y cualquier consulta lo confirma en cuanto a participaciones y goles-, pertenece al club blanco hasta Junio de 1934. Es campeón de Liga en 1933 y de Copa en 1934, cuando el Madrid derrota al Valencia por 2-1 en final disputada en el estadio de Montjuich.



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Firmando su contrato como jugador del Madrid. Detrás de él, Santiago Bernabeu, que aún no es presidente, pero tanto da. Al teléfono, parece hay un niño.

En la temporada 1935-36 estrena cargo como entrenador en el Atlético de Madrid sin suerte. Debuta en la jornada 7ª pero no puede evitar que los rojiblancos desciendan a 2ª división.

Cuando llega el tsunami en forma de Guerra Civil, huye a Francia donde vuelve a ejercer como jugador en el OGC Nice. Justamente, allí vuelve a encontrarse con Ricardo Zamora -huido también- que se encuentra apurando sus últimas temporadas en activo. Una vez terminada la contienda y sorteando los filtros, depuraciones y purgas varias de rigor debido a sus conocidas simpatías republicanas (*), regresa al Barça en 1944 como entrenador y lleva al equipo al título liguero dieciséis años después (20/5/1945).

(*) En algunas fuentes, se habla de un Samitier afecto al Régimen cuando en realidad era todo lo contrario e incluso se le sitúa como muy cercano a Franco. Si es verdad que el general sentía simpatía por ambos. Ricardo Zamora, que más que afecto era afectísimo, salvó la piel de milagro -incluso circuló la noticia de que había sido asesinado por los rojos-, cruzando la frontera y regresando en 1938 con el único antecedente oscuro de haber aceptado de Niceto Alcalá Zamora, la Orden de La República en un homenaje que se le dispensó en Diciembre de 1934. Evitó represalias en 1940 fundamentalmente por su cargo como entrenador del Atlético Aviación, el club que resultó de la fusión entre el Atlético de Madrid y el Aviación Nacional. Franco le otorgó años después la Gran Cruz de la Orden de Cisneros y fuera problemas.

Samitier, como entrenador del FCB, en cierto modo es un innovador. Instituyó las concentraciones previas a los partidos y reguló drásticamente el consumo de vino y licor en las comidas. Su trato a los jugadores oscilaba entre la seriedad y las bromas. “Conocía a la perfección la manera de ser y de pensar de cada jugador”, afirma César Rodríguez en Cròniques del Barça 1899-1992. “Llegó a formar un equipo que sin grandes figuras, con jóvenes y veteranos actuaba con ilusión y alegría”.

La suerte no acompaña a Samitier en las dos temporadas siguientes a su logro. En la temporada 1945-46, el Sevilla consigue su única Liga empatando a uno en Las Corts en la última jornada en partido decisivo en el que al Barça solo le valía la victoria. En la siguiente (1946-47) es derrotado en la penúltima en Gijón, perdiendo todas sus opciones que eran muchas. En la jornada de clausura, el gran favorito es el Athletic, pero empató 3-3 en Riazor ante un descendido Deportivo y el Valencia se convirtió en campeón aún y cuando no era líder desde la jornada 4ª. El Atlético de Madrid, al que un hipotético triple empate con los vascos y valencianos lo hubiera proclamado campeón, perdió en el Metropolitano ante el Madrid por 2-3. El Barça solo hubiera dependido del resultado del Athletic.

Samitier deja el cargo ocupando a partir de aquél momento la secretaría técnica del club, un cargo en el que permanecerá hasta Junio de 1959.

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Samitier participa directamente en el fichaje de Laszy Kubala, consigue traer a Di Stéfano aunque por motivos de todos conocidos, el argentino tomaría otros rumbos (*), y contrata a Villaverde, Eulogio Martínez y Evaristo además de cerrar el trato para que un jovencísimo Luisito Suárez acabe vistiendo de azulgrana.

(*) De hecho, desde algún medio surgieron unas teorías recién concluido el affaire, y con Di Stéfano ya oficialmente jugador del Madrid, que acusaban directamente a Samitier de jugar con dos barajas. Para nada descabelladas, aunque el culpable real de que el futbolista argentino acabara en el equipo blanco no fuera Samitier.

Parece eterno e infalible en su cargo en el Barça, pero ya se sabe que en esta vida nada dura siempre y menos en el FC Barcelona y los problemas para él empiezan con la llegada de Helenio Herrera en la primavera de 1958. HH saca su lado más áspero, reclamando todo el protagonismo sin admitir ninguna interferencia, no se anda por las ramas y de entrada, declara que “yo no trabajo con secretarios técnicos". Samitier es implacablemente marginado y acaba convirtiéndose en poco menos que un cero a la izquierda, una situación contra la que finalmente se rebela, golpeando donde más duele: el 18/6/1959 se convierte en secretario técnico del Madrid, atendiendo a la llamada de su amigo Santiago Bernabeu (*). La historia se repetía 26 años después.

(*) En el momento en que Herrera declara que no tolerará ningún tipo de intromisión en su trabajo, la junta de Miró Sans, tras una ajustada votación, decide relevar a Samitier de la secretaría técnica y darle un cargo secundario. Los resultados de aquella temporada 1958-59 reforzaron la posición de HH: el Barça hizo el doble Liga-Copa y se preparaba para el inminente asalto a la Copa de Europa con una de las mejores plantillas de su historia. Samitier, en el momento de su marcha, dedicó una carta a la afición barcelonista en la que decía entre otras cosas: “… mi situación se ha hecho insostenible, ya que ni mi dignidad profesional, ni sobre todo, el afecto indestructible que le tengo al club, podían resistir ni un momento más el trato que recibía de ciertos directivos”. Ese afecto indestructible incluye irse al Madrid. Dos veces entre otras cosas.

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Helenio Herrera y Samitier.

Samitier ocupa la secretaría técnica del Madrid hasta 1962 formando un extraño tándem con Emil Osterreicher, otro húngaro exiliado junto con Ferenc Puskas, Sandor Kocsis y Zoltan Czibor desde el momento en que los tanques soviéticos aplastan la revolución húngara en 1956. No se le conocen en sus casi tres temporadas en la casa blanca hechos relevantes por mucho que el mítico periodista Justo Conde, afectado por el mismo virus que Ricardo Zamora, insinúe que la marcha de los jugadores barcelonistas, Justo Tejada en 1961 y Evaristo de Macedo en 1962, al Madrid se debiera a supuestas gestiones de un resentido Pepe Samitier (*). Poco después de acceder a la presidencia del Barça, Enrique Llaudet lo recupera para el club pero nunca volverá a tener la influencia y los contactos de los que dispuso antes de la llegada de Herrera. Según Santiago Bernabeu, “Quiere demasiado a Barcelona y al Barcelona para obligarle a que se quede en Madrid. La nostalgia acabaría con él y yo lo quiero mucho, un hombre leal, sincero y honrado. Unas cualidades por las que ha hecho despertar muchísimas envidias”. Bueno.


(*) Lo escribe y se queda tan ancho, en su trabajo de 1991 “La guerra que nunca cesa”.

De hecho, Llaudet lo utilizará más como símbolo, como hombre carismático, dado que el periodo dulce que Samitier disfruta en una curiosa asociación de secretario técnico/ojeador/agente libre (*), se remonta ya a demasiados años atrás. Y el fútbol ha cambiado. Eso sí, participa en numerosas conferencias, especialmente en peñas del Barça -fue activo miembro desde siempre de la Peña Solera- y en muchos otros coloquios lo hacía acompañado de su amigo, Ricardo Zamora.

(*) Por mucho que Pepe Samitier estuviera en la nómina del FCB, es obvio que se llevaba una comisión por cada fichaje. De Laszy Kubala, de Eulogio Martínez e incluso el de Alfredo Di Stéfano. Cuesta creer lo contrario.

Posteriormente (1967), esa secretaría técnica de nuestros pecados pasaría a desempeñarla Domingo Balmanya: se habla de 7 millones de pesetas de la época por temporada.

En Febrero de 1966 contrae matrimonio en Niza con Valentina Soler, a la que conoció 10 años antes y que era bastante más joven que él.

Pepe Samitier falleció en Barcelona el 4 de Mayo de 1972 a los 70 años: su corazón le había dado en los últimos tiempos varios avisos e incluso su médico le había prohibido el asistir al Nou Camp. Al final, el Destino acabó jugándole una mala pasada que el hombre langosta (*) no pudo eludir.

(*) Apodo por el que le conocía en su mejor época por sus inverosímiles movimientos y su forma de manejarse ante los adversarios.

La muerte de Samitier, según Julián García Candau en Historia de un desamor, sirvió al menos, en palabras de Raimundo Saporta, vicepresidente del Madrid, para quebrar momentáneamente la notable animadversión de los círculos barcelonistas e incluso en otros, hacía la figura de Bernabeu, que hizo acto de presencia tanto en la capilla ardiente que se instaló en el Nou Camp, como en las exequias, acompañado del gerente, Antonio Calderón.

Y posteriormente se leen cosas como que fue el último servicio de Samitier en favor de la paz entre dos clubes a los que perteneció y volcó sus quereres.

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Fuentes:
Barça - Madrid: Historia de un desamor. J.García Candau (1996)
Cròniques del Barça 1899-1992 Editorial G&A
Història del F.C. Barcelona. J.Sobrequès (1993)
75 años en Blau i Grana. Alfonso Soteras/Alex Botines (1974)
Història del futbol català. J.García Castell (1968)
Revista Barça
Hemeroteca MD
El Noticiero Universal
Historia del CF Barcelona (1971) LGEV
XUT! 1922-1936 Lluis Solà, Mayo 1971.
Barça, Barça, Barça Joan Josep Artells, 1972.
La guerra que nunca cesa (1991).
Historia de la Liga. Ramón Melcón, 1970.

LAS COSAS DEL SEÑOR MARTÍ (1)

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Don Enrique Martí Carreto, presidente del FC Barcelona desde el 16/7/1952 hasta el 22/9/1953. El principal responsable de que Alfredo Di Stéfano no acabara en el Barça.


Esta historia arranca en 1949 cuando Alfredo Di Stéfano, Nestor Rossi, Adolfo Pedernera y otros notables futbolistas argentinos deciden romper unilateralmente los contratos con sus respectivos clubes para unirse al Millonarios de Bogotá, el cual les ofrecía fichas muy sustanciosas.

La FIFA no tarda en reaccionar y expulsa a Colombia de su seno por lo que clubes y jugadores fueron considerados poco menos que piratas. Y antes de encontrar una solución definitiva al conflicto, opta por descalificar a los futbolistas, lo que conlleva el no poder incorporarse a la disciplina de ningún club sujeto a su autoridad.

Di Stéfano, que es el que nos ocupa, obviamente esta descalificado (*). Pertenecía legalmente a River Plate que toleraba que Millonarios lo mantuviera en sus filas -y en su nómina- hasta el 4/10/1954 en calidad de cedido e intransferible.

(*) La lista de futbolistas descalificados que recibió la Federación Española de Fútbol vía FIFA se componía de 11 nombres: Oscar Gorzo, Manuel Guidice, Adolfo Pedernera, Alfredo Di Stéfano, Mario Fernández, Nestor Rossi, Cayetano Fasciones, Enrique Navarro, Angel Perucca, Jorge Benegas y Heraldo Ferreyro. El problema quedo zanjado posteriormente con el Pacto de Lima mediante el cual, los estamentos deportivos colombianos se comprometieron a devolver a los jugadores a sus equipos de origen en 1954.

Millonarios, en una de sus giras por Europa, había participado en el torneo conmemorativo del Cincuentenario del Madrid en Marzo de 1952 donde llamó la atención especialmente de Bernabeu y de Pepe Samitier, secretario técnico del FC Barcelona.

Samitier, que tiene la convicción -como muchos-, de que con Kubala y Di Stéfano, el Barça se convertiría en un ente poco menos que invencible, negocia con River la baja de Alfredo Di Stéfano y adelanta 2.000.000 de pesetas en una operación que debía irse a los cuatro, unos 80.000 dólares de la época. Domingo Valls Taberner se encargó de sellar la operación financiera y el abogado Ramón Trías Fargas de los trámites inherentes para conseguir la documentación necesaria y en ella se incluía la otra baja, la de Millonarios.

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Alfonso Senior. Según información que recibió Trías Fargas vía primer secretario de la Embajada de Colombia en Londres, un individuo indeseable que está dispuesto a sacar el último dólar a todo.


En realidad, las primeras gestiones del FCB con Millonarios en la figura de su presidente, Alfonso Senior, no andan bien. Lo más cercano a un desastre. Corresponden a Juan Busquets, catalán exiliado tras la Guerra Civil en Bogotá y amigo personal de Samitier, que sin embargo, consigue convencer a Di Stéfano de que desaparezca de la órbita de Millonarios y se desplace a España donde llega el 17 de Mayo de 1953.

A Senior, que ya había rechazado la oferta inicial del Barça, la escapada de su futbolista le sienta como un tiro y Trías Fargas no encuentra un ambiente muy propicio en Bogotá días después cuando intenta arreglar lo que Busquets puso patas arriba.

Por lo visto, Di Stéfano había dejado una deuda en Millonarios cercana a los 5.000 dólares y Senior exigía 27.000 para conceder la baja.

El Barça ofertaba 10.000 dólares + saldar las deudas del jugador + un partido del Millonarios en Barcelona. Pero Senior, que ya sabía el dinero que le había sacado River al FCB y dando por perdido al futbolista, jugó la baza de obtener el mayor rendimiento económico posible de Di Stéfano, consciente de que ya no volvería a Colombia.

A partir de ahí, empiezan a suceder cosas extrañas. Pero no desde fuera, sino desde dentro. Algo que denuncia Ramón Trías Fargas en un detallado informe que entregó posteriormente a la directiva del FC Barcelona indicando que en el club parecía haber alguien que obraba en contra del mismo, perjudicando las gestiones para el fichaje.

La verdad es que Trías Fargas señala directamente al presidente del Barça, Enrique Martí Carreto (*) y lo culpa de que la operación Di Stéfano no acabara felizmente.

(*) Un hooligan tan poco sospechoso como Jaume Sobrequès, en su Història del FC Barcelona de 1993, antes de empezar con sus paranoias y lagunas varias a la hora de relatar el affaire Di Stéfano, lo define como “La desidia inexplicable”.

En el citado informe, hay párrafos que asombran y avergüenzan al mismo tiempo.

Trías Fargas, refiriéndose al amigo personal de Samitier, Juan Busquets Baró al que el primero delegó las gestiones de negociar la baja del futbolista con Senior:

“Fueron un error por la sencilla razón de que este señor es directivo del Independiente de Santa Fe, el otro club de Bogotá que junto con Millonarios se disputa el favor del público. La rivalidad entre las dos entidades es indescriptible, deportiva y económica, y el señor Busquets actuó más como competidor de Millonarios y agente de negocios del Santa Fe que como mandatario del Barcelona”.

Trías Fargas califica la actitud de Busquets de “poco elegante” cuando se dirigió a Millonarios con un ultimátum: o bien el club colombiano acepta una cantidad, no hace falta decir que modesta, o el jugador marcharía de Colombia con el apoyo del Barça. Efectivamente, Di Stéfano protagonizó la huída y en conjunto, todo se convertiría en un obstáculo adicional en el affaire.

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Ramón Trías Fargas. Torpedeado desde dentro. Vete a saber porqué.


Lo de Martí Carreto es de muy difícil comprensión. El Barça, en Julio de 1953 está en Caracas de gira y el presidente declara: “El Barcelona no va a América a hacer turismo, sino a conquistar la “Pequeña Copa del Mundo” y a solucionar el fichaje de Di Stéfano”.

Martí Carreto mintió continuamente durante las negociaciones que llevó a cabo Trías con los delegados de Millonarios entre los que se incluía el ex jugador del Barça, José Castillo. No quiso revelar que contaba con el apoyo y el acuerdo de la directiva para elevar la oferta a 20.000 dólares.

Es de aurora boreal seguir leyendo a Trías:

“No podía entender la sistemática negativa de la directiva del Barcelona a todas las propuestas de arreglo que iba arrancando”.

“Entiendo que en todo negocio hay puntos de vista distintos. Pero cuando el comprador tiene interés en adquirir, se nota que hace un esfuerzo para llegar a un acuerdo. En mi caso, me había encontrado con todo lo contrario. El Barcelona no me dio nunca el menor pie para llegar a una solución”.

Y siguen las sombras sobre el caso Di Stéfano:

“Cuando se trataba de llegar a un acuerdo en el caso de una cantidad, me dieron a entender que nunca pasarían de los 10.000 dólares, incluida la deuda del jugador. Sabían que la cantidad era ridícula. Más tarde supe que estábamos autorizados por el pleno de la Junta a llegar al doble de esa cifra. Y sobre esa cantidad el acuerdo era casi seguro y así se lo comuniqué al señor Martí”.

“¿Por qué no me sugirió el señor Martí, una vez que estuvo claro que por 10.000 dólares no nos arreglábamos, que aumentara la oferta?”.

“¿Por qué cuando renunciando a esta solución, propuse la del partido amistoso en Bogotá, se me contestó sin ni siquiera estudiarlo con la negativa más rotunda?”.

“¿Por qué cuando le dije al señor Martí que iría a Caracas (*) con un directivo de Millonarios –tal y como se me encargó desde Barcelona- se acepta la gestión con una desgana increíble? ¿Es que el clima tropical de Venezuela había embotado el cerebro de nuestros dirigentes? ¿O es que no había ganas de arreglar el asunto Di Stéfano?.

(*) Repetimos que el Barça se encontraba en Caracas para disputar la Pequeña Copa del Mundo.

José Castillo, representando a Millonarios, y advirtiendo la perplejidad en la que se hallaba Trías Fargas y lo absurdo de la situación, le espetó sin ninguna manía al presidente del Barça: “Confiese usted, que por motivos que ni conozco ni me interesan, no quiere arreglar el asunto Di Stéfano”.

Martí, solo pudo replicar: “Es cierto. Es demasiado dinero el que cuesta este asunto. No puedo aceptar la responsabilidad de poner en dificultades financieras al club”. Martí Carreto, por motivos que nunca se sabrán, seguía ocultando que tenía autorización para subir hasta los 20.000 dólares. Castillo -que jugó en el Barça desde 1928 hasta 1932-, todavía insistió: “Pero señor presidente, con nuestra propuesta sale gratis”. La respuesta: “A pesar de todo la cosa es imposible”.

(*) Se refería a un partido del Barça en Venezuela.

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José Carlos Castillo García-Tudela, nacido en Cartagena, ex futbolista del FC Barcelona y directivo de Millonarios. Hizo todo lo posible para solucionar el asunto. No entendía nada.


Trías Fargas comentaría “Se había perdido de la forma más incomprensible la mejor jugada del año. El señor Martí me dijo que ya me podía marchar, que yo había hecho todo lo posible”.

Enrique Martí Carreto estuvo acompañado en todo momento por su directivo, Eusebio Llensá. El sector de la junta que permaneció en Barcelona durante la gira y las negociaciones (*) no recibió nunca ni una sola noticia -Narciso de Carreras incluído-, de la delegación viajera en Caracas.

Trías Fargas anduvo corto en lo de que se había perdido la mejor jugada del año. En realidad, era la jugada de la historia.

(*) Unas negociaciones con Millonarios en las que nunca intervino Pepe Samitier, cuyo contrato como secretario técnico del club, aún no había sido renovado. Es otra de las sombras que este asunto proyecta directamente sobre la figura del presidente del FC Barcelona.

LAS COSAS DEL SEÑOR MARTÍ (2)

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En Las Corts.

Mientras tanto, Di Stéfano lleva ya dos meses con su familia en Barcelona y el ánimo se le va enfriando. Sensación de abandono. El Madrid, a todo esto, sigue con interés el desarrollo de los acontecimientos y cuando la catastrófica gestión del Barça provoca el rebote de Alfonso Senior, empieza a moverse. El club blanco ha pasado de ser un actor secundario, a colocarse como uno de los protagonistas principales en la función.

Algunas teorías sostienen que Enrique Martí estaba ya presionado cuando viajó a Caracas para cerrar el trato. Ello no se tiene en pie: tras el primer compromiso con River, el Madrid no tenía nada que hacer salvo ejercer de mirón. Y además, el asunto aún no se había politizado.

El primer personaje afín al Madrid que contacta con Alfonso Senior, quien ofrece el futbolista al club blanco, es el periodista Manuel Rosón. Posteriormente, entra en acción un Raimundo Saporta con 26 años el cual desarrolla una actividad frenética. Parte hacia Bogotá y consigue la baja del futbolista aflojando sin pestañear los 27.000 dólares que Martí no quiso desembolsar. Viaja hasta Buenos Aires intentando adquirir los derechos de River sobre el jugador pero ahí pincha en hueso: el acuerdo River-Barça ya estaba cerrado. River había recibido dos millones de pesetas y estaba pendiente de recibir los otros dos para completar el pago de la baja. Y se presenta en el domicilio de la familia Di Stéfano en Barcelona.

Recuerdos de Raimundo Saporta:

“Don Santiago me envió a Barcelona a entrevistarme con Alfredo. Pepe Samitier me facilitó la dirección, Balmes 260 (*). Llamé a la puerta y me abrió Sara. Le dije que era Raimundo Saporta y me respondió: “Así que es usted el hijo del directivo”. Le tuve que decir que no había más Saporta que yo. Le recomendé a Alfredo que no firmara nada porque el asunto se iba a resolver. Don Santiago, ya en plena batalla, me dijo que le ofreciera un millón de pesetas. Decía que ante la presión que se iba a producir, el Gobierno no iba a poder soportar la situación”.

(*) Más sombras de Pepe Samitier. No serán las últimas.

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Di Stéfano con Samitier en el monumento a Colón.

De hecho, el asunto ya estaba tomando otras derivas. Julián García Candau en Historia de un desamor cuenta que Alberto Oliart, el que fue ministro de Defensa bajo la presidencia de Leopoldo Calvo Sotelo, en aquella primavera-verano de 1953 cuando estudiaba su carrera, vivía en casa del prestigioso doctor Eusebio Oliver Pascual, ex directivo del Madrid y con una gran posición social y profesional. En un almuerzo declaro: “El Gobierno no consentirá que Di Stéfano y Kubala jueguen en el mismo equipo”. Y vaticinó que “Di Stéfano no será nunca del Barcelona”.

Por lo menos cabría calificar como extraño, que cuando Saporta le comunica al futbolista que no firmara nada porque el asunto se iba a resolver y cuando Bernabeu preveía la presión que el Gobierno no iba a poder soportar, la Delegación Nacional de Deportes ya había emitido un comunicado en el que se acordaba por unanimidad proponer a la superioridad la total suspensión de la contratación de los jugadores profesionales extranjeros.

Los motivos: implicaba un desembolso económico cada vez más cuantioso y no se ha ganado ningún prestigio para el deporte español.

Esto parecía una “solución” para el caso Di Stéfano. Enrique Martí Carreto sigue acumulando esperpentos cuando viaja a Madrid para entrevistarse con Bernabeu al que en su inopia, cree también perjudicado por la decisión de la DND. Martí pretendía vender los derechos del jugador a la Juventus, pero el presidente del Madrid no tiene la menor intención de vender los suyos. De hecho, le comunica que su club no ha renunciado a la contratación de Alfredo Di Stéfano.

En realidad, el Madrid había entrado ya con todo. Curiosamente, la propuesta a la superioridad de la DND queda en nada. Pero lo mejor está por venir.

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Raimundo Saporta.

El 15 de septiembre de 1953, la DND media en el asunto obedeciendo en realidad a una decisión tomada en un Consejo de Ministros. En el documento y entre otros, destaca el delirante siguiente párrafo:

“El jugador Alfredo Di Stéfano, una vez cumplido el requisito reglamentario de su inscripción en la Real Federación Española de Fútbol, podrá ser alineado en el Real Madrid en las temporadas 1953-54 y 1955-56 y en el Barcelona CF en las temporadas 1954-55 y 1956-57”.

Para la 1957-58, ambos clubes deberían decidir, con la conformidad de Alfredo Di Stéfano y siguiendo las disposiciones legales, sobre el futuro del futbolista en España.

El documento está firmado por los dos presidentes y va dirigido al Excelentísimo Sr. teniente general don José Moscardó, conde del Alcázar de Toledo, delegado nacional de deportes, Madrid.

Pero anteriormente a esta insólita resolución, hay muchas sospechas sobre el papel que desempeña Pepe Samitier en este asunto. Es importante volver a recalcar que durante aquél verano, Samitier no ejercía como secretario técnico del Barça porque se encontraba pendiente de renovación, con lo cual, solo intervino en el acuerdo con River.

Momentáneamente desvinculado del FC Barcelona, aprovecha para tomarse unas pequeñas vacaciones en la sierra madrileña. Esta circunstancia es aprovechada por el semanario barcelonés, “Olimpia”, que en fecha de 28/7/1953, lanza a través de su periodista, Enrique Rueda -años después, director de Sport- una serie de insinuaciones que, conviene recordar, nunca obtuvieron desmentido oficial ni por parte del club ni por parte de Samitier.

Bajo el título: El caso Di Stéfano se llama Samitier, deja entrever que para evitar nuevos roces con la FIFA, el Barça había decidido congelar la renovación del secretario técnico hasta que no concluyera el asunto Di Stéfano, para poder demostrar que las gestiones para el fichaje del futbolista argentino, las había realizado Samitier a título meramente personal.

Pero Alfredo Rueda iba más allá: “… sabiendo que Samitier es quien ha traído a España a Di Stéfano, y que ya no depende del Barcelona, nos asalta esa pregunta: ¿Puso Samitier de acuerdo al Barcelona con River y ahora ha hecho lo mismo con el Madrid y Millonarios? Si es así, continúa superando su prestigio, puesto que no cabe la menor duda que realizar tan sensacionales juegos de manos con dos barajas de tanto precio es obra de un verdadero maestro”.

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Samitier y su bipolaridad.

Lo cierto es que si la gestión global de Martí Carreto se tiñó de sombras, la de Pepe Samitier, no se quedó atrás. El amigo Justo Conde, ya saben, corazón blanquiazul y alma blanca, en un trabajo que lleva el aparatoso título de “El tan controvertido y nunca bien explicado caso Di Stéfano” completa 30 páginas de un plomizo y denso relato en el que cuesta Dios y ayuda encontrar algún párrafo que arroje luz sobre algo que no se sepa ya del asunto.

Un relato que podía resumirse directamente en su subtítulo que el propio Conde escribe con mayúsculas y que ataca a la vista: SOLAMENTE LA TACAÑERIA O COBARDIA COMERCIAL DEL SEÑOR MARTI CARRETO PRIVO AL BARCELONA DE DI STEFANO. TODAS LAS OTRAS HISTORIAS QUE SE SIGUEN CONTANDO SON PURAS PATRAÑAS POLITIZADAS.

Ahí acierta. Pero se le ve mucho el plumero en algunas situaciones que relata como si hubiera sido testigo de las mismas y una de ellas contribuye no ya a denostar aún más la figura del presidente del Barça, sino a proyectar una nebulosa sobre Pepe Samitier muy difícil de disipar.

LAS COSAS DEL SEÑOR MARTÍ (3)

Nos encontramos justo en el punto en el que Enrique Martí, quiere sacarse de encima a Di Stéfano, muy posiblemente después de que el futbolista argentino participara en un bolo en El Masnou, localidad costera muy cercana a Barcelona. Hablamos del 18 de Agosto de 1953.

Di Stéfano está fuera de forma a causa de la inactividad y con un exceso de peso evidente. El campo es de tierra. No ve un balón. Además, Martí es testigo de su actuación. Al día siguiente, llama a su despacho profesional a Pepe Samitier y según Justo Conde el secretario técnico barcelonista se queda atónito cuando escucha más o menos estas palabras de boca de su presidente: (*) “Mira, Pepe, este Di Stéfano, además de ser un jugador conflictivo y de difícil contratación, es un paquete; está acabado y no interesa al Barcelona. Deshazte de él lo antes posible. Cuida de buscar un equipo que lo quiera y que nos pague el dinero que hemos anticipado al River Plate, pero dentro de la mayor discreción y sin que trascienda”.

(*) Pag.82 de La guerra que nunca cesa.

Parecía que la única obsesión de Martí era recuperar los dos millones que se anticiparon a River.

Un atribulado Samitier asciende por la calle Balmes y se dirige al domicilio de los Di Stéfano donde al exponer la última resolución del presidente (*) “… la señora Di Stéfano poco menos que le despachaba a cajas destempladas, tildándole de mentiroso, embaucador y tramposo. Afortunadamente, Alfredo supo mantenerse sereno, haciéndola ver que su amigo Pepe no tenía ninguna culpa de lo que estaba sucediendo y que el único culpable de su inestable situación era el club”.

(*) Idem pag.82

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Di Stéfano le pide a Samitier que le busque un nuevo destino en España. Y como sus relaciones con Bernabeu y el Madrid eran excelentes -para el mítico Justo Conde, eran su segundo hogar- no piensa en la Juventus ni en broma: contacta directamente con el presidente del Madrid y le ofrece los derechos de River sobre el futbolista argentino. El 20/8/1953 José Samitier y Alfredo Di Stéfano se desplazan a Madrid, Hotel Emperatriz, nº 4 de la calle López de Hoyos.

Cuando regresaron a Barcelona, Di Stéfano oficiosamente ya era del Madrid.

El relato de Justo Conde se mete en arenas movedizas porque las fechas no cuadran. Cuando supuestamente Martí le dice a Samitier que se deshaga de Di Stéfano estamos a 19/8/1953 y el contacto con Bernabeu es inmediato. La fecha en la que la DND resuelve alternar las temporadas del futbolista entre Madrid y Barcelona es de 15/9/1953. Casi un mes más tarde.

En cualquier caso, Samitier cumple las órdenes de su presidente y pone en su conocimiento que ha colocado a Di Stéfano, sí, pero en el Madrid y además le solicita la opción que anteriormente adquirió el FC Barcelona (2 millones de pesetas) a River para completar la operación algo a lo que Enrique Martí se negaba en redondo, con más miedo al ridículo y descrédito, que a las futuras consecuencias deportivas de su decisión.

Se viven jornadas de mucha tensión en la sede social del Barça, en el Pasaje Méndez Vigo y la situación para Enrique Martí Carreto se convierte en muy complicada. Dimitió el 22 de Septiembre de 1953 machacado por las críticas al haber aceptado el pacto de la DND y con él, todos sus directivos.

Antes de que Samitier facilitara el ingreso del futbolista en el Madrid, el vicepresidente Narciso de Carreras, intenta arreglar el estropicio y la aberrante gestión del que es único culpable su presidente, en una entrevista con Alfonso Senior cuando este ya había cobrado del Madrid el casi millón y medio que Martí se negó a pagar. Se había reunido con Raimundo Saporta y Bernabeu y la cesión de los derechos del futbolista, inicialmente concretada en Bogotá por Saporta, quedaba sellada definitivamente.

De Carreras no tiene ninguna opción y Senior se lo deja claro: “Ya es tarde. Millonarios solo tiene una palabra y estamos dispuestos a que prevalezca nuestro derecho, que es el del Madrid”.

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Samitier salió vivito y coleando de todo el affaire. Acabó renovando su cargo en el FCB y se permitió el lujo de rechazar una oferta de Bernabeu que le ofrecía un puesto de asesor técnico. En realidad, llegó a firmarla. Pero días después se arrepintió. Alejarse de Barcelona, donde tenía su vida, y todo eso. Vaya por Dios. Bernabeu, siempre vía Saporta, le devolvió el contrato no sin antes rogarle que lo guardara pues podía servirle en un futuro: el Madrid siempre tendría las puertas abiertas para él.

(*) Páginas 84 y 85 de La guerra que nunca cesa.

Tan abiertas que seis años después, Samitier volvía a ingresar en la nómina del Madrid.

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Del nº 184 de la revista Barça (25/6/1959). La situación insostenible que él no había contribuido a crear, como se puede leer, arranca cuando Helenio Herrera -al que por cierto, puede verse muy cerca de Samitier en la foto de grupo-, prescinde completamente de él. Lo arrincona. Es curioso que en el texto del Boletín Oficial del Estado (como se conocía a la revista Barça), no se menciona que la "despedida" es porque se va al Madrid por segunda vez. Detalle sin importancia.


Alfredo Relaño cuenta la suya en Lo de Di Stéfano de una vez por todas:

“Martí Carreto y Narciso de Carreras me contaron, por separado, que fueron presionados para aceptar el acuerdo (*). Creo que eso es verdad. La Federación se veía a contrapié ante la FIFA, porque el pleito entre los dos clubes españoles estaba bloqueando a un jugador, justo en el tiempo, y esto es importante, en el que la Federación estaba solicitando insistentemente de la FIFA que obtuviera de la Federación Húngara el tránsfer de Kubala”.

(*) Se refiere al acuerdo de la DND de alternar las temporadas de Di Stéfano en los dos equipos.

“Ninguno me habló de amenazas personales, como he llegado a leer (“Recuerde que tiene familia”). Martí Carreto me dijo que le insinuaron que no tendría las facilidades por parte del Instituto de Moneda Extranjera que venía teniendo para sus negocios con el exterior. Narciso de Carreras me dijo que se sintió espiado cuando estuvo en el Palace. Pudiera ser, pero me figuro que por parte del Madrid”.

Relaño habla en primera persona. Relaño nace en 1951. Cuesta creer que tanto Enrique Martí Carreto -que murió en 1971- como Narciso de Carreras, que ocupó la presidencia del Barça en 1968-1969, hubieran hecho partícipe a un pipiolo Relaño de estas confidencias.

Martí Carreto se encerró en un hermético silencio desde su dimisión y nunca habló del caso Di Stéfano.

Véase revista Barça, nº 339, 24/5/1962. Le preguntan varias veces y lo único que le sacan es: “Dimití por dignidad”.

Relaño, finalmente, insiste en la clave de toda esta película: “Si Martí Carreto hubiera pagado los 27.000 dólares al Millonarios, Di Stéfano hubiera sido jugador del Barça automáticamente”.

LAS COSAS DEL SEÑOR MARTÍ (y 4)

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El caso tiene muchos cabos sueltos según las fuentes que se consulten. Y a más fuentes consultadas, más aparecen. Por ejemplo, para algunas, el Barça le abona a River el segundo plazo de la compra de la baja de Di Stéfano, con lo que el club argentino recibe en total 4 millones de pesetas. Para otras, el FCB solo adelantó el primero. Si hacemos caso a Julián García Candau, el FC Barcelona hizo efectivos los dos plazos a River ya que cuando renuncia a los derechos a favor del Madrid, recibe de este 4.000.000 + 405.000 pesetas, esto último intereses que devengan del pago aplazado.

Para Justo Conde, el Madrid abona 2 millones al Barça y otros dos a River, y completa los dispendios del club blanco en el fichaje añadiendo 400.000 pesetas que corresponden a los viajes y estancias de Raimundo Saporta a Bogotá, Buenos Aires y Barcelona, 1.300.000 pesetas que recibió Di Stéfano en concepto de traspaso más las 650.000 pesetas de ficha, además de otras 16.000 como sueldo mensual.

Conde olvida 1.500.000 de pesetas. Precio de la baja de Di Stéfano de Millonarios. Sobre 8.255.000 costó el futbolista al Madrid.

J.Sobrequés, hace constar en su trabajo todos los puntos del informe del abogado Trías Fargas, el cual afirma que dada la apatía de Martí Carreto para solucionar el asunto Di Stéfano en Bogotá, directivos del Barça, en Barcelona -sin especificar cuales- “ … pasando por encima del presidente, tuvieron que dirigirse al señor Aguilera de Buenos Aires para que concertara en firme el contrato con River, ya que de otra manera, se perdía todo”.

Luego, en esta fuente, se deduce que el Barça acabó pagando los 4 millones a River.

También Relaño asegura que “… el Barça le pagó 4 millones a River en números redondos”.

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El papel de Samitier en el affaire, es destacado notablemente por Justo Conde.

Ni que decir tiene, que Conde -la única de las cuatro fuentes consultadas que desvela que Samitier llevó a Di Stéfano al Madrid- le disculpa cargando todas las tintas contra el presidente del Barça, el único culpable de aquella absurda situación. Insinúa que quizás habría podido buscarle otro equipo fuera de España, pero de ahí no pasa. Y claro, las buenas relaciones que mantiene con Bernabeu, precipitan al futbolista en sus brazos.

Para J.Sobrequés, Samitier solo es protagonista en el acuerdo con River. Para Relaño, lo mismo además de añadir que “era un hombre extraordinario en todo: perspicacia, simpatía, relaciones…”. Julián García Candau se abona a estas últimas dos tesis.

Cuando concluye este lamentable asunto, se entiende para los intereses del FC Barcelona, y una vez Pepe Samitier vuelve a la secretaría técnica, debió hacer frente a un montón de aclaraciones y puntualizaciones. En la Peña Solera, donde se movía como pez en el agua y ante la pregunta “Si hubiese ido a Caracas, ¿habría podido fichar a Di Stéfano? ”, respondió: “La ficha de Di Stéfano la hubiera podido conseguir yo o cualquier otro con poderes suficientes. La cuestión era pagar o no pagar”.

Ya con Martí Carreto dimitido, Manuel del Arco lo entrevista en las páginas de “Dicen …” (*):

-¿Di Stéfano era necesario?
-Sí, y todo aquél que tenga la clase de este hombre.
-Según tengo entendido, venía a Barcelona por tu consejo. ¿Cómo lo dejasteis perder?
-Vino a Barcelona siempre conociendo con toda exactitud todos los pasos que hacía y se hacían para traerlo a nuestras filas, el presidente Martí, el señor Guardiola y Narciso de Carreras y otros. El presidente nunca ignoró nada.
-¿Por qué se os escapó?
-Eso, el presidente Martí podía dar con exactitud una explicación que a mí me es imposible darla.
-¿Era más difícil Di Stéfano que Kubala?
-En modo alguno.
-¿Si tú vas lo traes?
-Si hubiera tenido órdenes para que así fuese, lo traigo sin discusión alguna. A Di Stéfano lo perdimos cuando llegó el momento más fácil de poderlo traer. Y no preguntes más.

(*) Páginas 88 y 89 de La guerra que nunca cesa.

Hay un sector, en el que se encuentra el inefable Relaño, que sostiene que el Barça va a por Di Stéfano porque las garantías de la recuperación de Kubala de su enfermedad pulmonar no eran totales. No es cierto. A Laszy se le detecta la tuberculosis el 25/9/1952 tras la jornada 2 de Liga. No reaparece hasta el 1/3/1953. A Dios gracias, curado y bien curado. Aunque el húngaro solo juega 11 partidos de Liga, el Barça la gana. Y después, la Copa. Cuando Di Stéfano llega a Barcelona en Mayo de 1953, Relaño escribe: “… pero mientras tanto, Kubala se había curado”. Seguro que sí. Hace tres meses que Kubala está más sano que una manzana.

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Este es el friki de la película. Lorenzo López Sancho. No tiene desperdicio.

Ya en la zona de los iluminados, J.Sobrequés -cuando todavía su relato de los hechos no entra en la paranoia pura y dura, lo cual es una lástima porque en cuanto a documentación es un trabajo brutal- transcribe los mejores párrafos de un artículo que corresponde al ABC de fecha 16 de Mayo de 1953.

Lo escribe la pluma alucinada de un tal Lorenzo López Sancho, un día antes de la llegada de Alfredo Di Stéfano a España. Sobrequés lo tilda de especialista en anticatalanismo y antibarcelonismo. Bueno, la verdad es que el artículo es divertido y tiene frases impagables.

Se titulaba Buenos días señor Di Stéfano.

“Hoy llega al aeropuerto de Barajas un profesional del fútbol más conocido por sus frecuentes incumplimientos de contrato, fugas espectaculares, faltas a la palabra empeñada y absoluta ausencia de pudor profesional y moral. Se llama Di Stéfano”.

“Nosotros no vamos a comentar su caso como futbolista avezado en quebrantar contratos, tras embolsarse dinero. Ello es del dominio de las publicaciones que cultivan “la serie negra” y narran con lujo de detalles las peripecias y andanzas de trapisondistas y estafadores”.

“Al fin y al cabo, este sujeto viene a España a quitarle su puesto en el Barcelona a un jugador español, pues no creemos que los directivos catalanes vayan a quitar a Kubala, el irritante niño mimado”.

“Felicitamos nosotros a ese gran caballero que es Don Santiago Bernabeu, presidente de un club de nobleza y señorío que, aún y deseando lo mejor para su Madrid de su alma, jamás recurrirá a enrolar en él a indeseables de la categoría de ese trotamundos contratado por los millones del poderoso club catalán”.

¿Se metería debajo de una piedra el tal López Sancho meses después?

Una quinta fuente consultada -Cròniques del Barça (1899-1992) de Antoni Closa- tiene unas lagunas tan escandalosas y una interpretación tan delirante del affaire que ratifica lo complicado que es sacar la verdadera historia de este episodio. Literalmente, ignora la nefasta gestión de Martí Carreto en Bogotá y los apuros de Trías Fargas y da un salto en el tiempo para reflejar en el relato: “… el Madrid había solicitado de Millonarios los derechos del jugador” y un poco más adelante: “… alguien insinuó a Di Stéfano que fuera a Madrid. Y el futbolista cogió el tren y se entrevisto con Bernabeu”.

Esto no es serio, pero es general. Se interpreta el caso según el barrio de donde provenga y los links son abundantes. Pero con un mínimo de rigurosidad y con documentación medianamente digna, hay muy pocos. No he leído el trabajo de Xavier García Luque (*) y Jordi Finestras sobre el asunto Di Stéfano. Es del 2006. También desconozco los nuevos documentos que han aparecido acerca del tema.

(*) El padre de Xavier García Luque era Juan García Castell, redactor del diario “Dícen…”

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Homenaje a Kubala en el Nou Camp (30/8/1961) Laszy, Di Stéfano y Puskas.

En la Historia del CF Barcelona de 1971 de LGEV, el periodista madrileño, Antonio Valencia -cuentan que tan atlético como Fernando Fuertes de Villavicencio, el Jefe de la Casa Civil de SE el Jefe del Estado-, colabora con un artículo que define lo que era el Barça en aquella época y es muy difícil rebatirlo. Destaco las siguientes frases:

“El Barcelona de las Cinco Copas, el Barcelona de Kubala, fue un gigante con cuerpo de niño. Mientras ganaba trofeo tras trofeo, su esqueleto administrativo era infantil”.

“Fue la época de un Barcelona harto “cassolà” (*) como se dice en aquél idioma, que tuvo en las manos a Di Stéfano y se lo dejó perder”.

“Dormido, en unos laureles que se habían quedado pequeños de repente, el Barcelona se quedó rezagado”.

(*) Cassolà, significa de andar por casa, con batín y zapatillas, poco amigo de los cambios, enemigo de las aventuras, en suma. Julián García Candau lo define como un Barça de botigueta (la tiendecita). Enrique Martí Carreto sería el dueño de la botigueta.

Cuando el Barça renuncia a los derechos sobre Di Stéfano, Enrique Martí Carreto, deja ir la frase “Para ustedes el pollastre” (*), algo que ratifica Raimundo Saporta que fue el receptor de la misma, añadiendo que también estaba presente Nicolau Casaus. No solo el señor Martí se cubría de gloria otra vez en aquellos últimos momentos del affaire, asimismo lo hacía Agustín Montal Galobart, que volvía a la presidencia temporalmente a la espera de las elecciones que iban a convertir a Miró Sans en presidente. Siguen los recuerdos de Saporta:

“Montal y yo, cenamos en el restaurante Horcher y en la conversación me dijo que ellos llenaban el campo con Kubala y que podían prescindir de Di Stéfano. Aquella noche apalabramos la venta del segundo papel que exigía la FIFA, para que toda la propiedad de los derechos federativos del futbolista fueran de una sola entidad”.

(*) En castellano, viene a significar el pollo, el mochuelo, el muerto …

Los 4.405.000 pesetas fueron pagados en cuatro veces según consta en el documento donde el Barça cede al Madrid sus derechos sobre el futbolista (24/10/1953).

1.225.000 al contado.
1.500.000 el 1/7/1954.
750.000 el 31/1/1955.
930.000 el 31/7/1955.

El Barça salió ganando 405.000 pesetas, o sea, los intereses que generaron las tres letras. Uno de los futbolistas más influyentes de la historia del fútbol, fue comprado a plazos. No hace falta recordar las consecuencias que desencadenó su fichaje.

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“Mi club está dispuesto a tener una temporada sin jugar a Di Stéfano si el Millonarios no afloja en sus pretensiones” (Enrique Martí Carreto).

Fuentes:

Historia de un desamor. Julián García Candau. 1995.
El tan controvertido y nunca bien explicado caso Di Stéfano. Justo Conde. 1991.
Història del FC Barcelona volúmen II. J. Sobrequès. 1993.
Lo de Di Stéfano de una vez por todas. Alfredo Relaño. 2014.
Cròniques del Barça 1899-1992. Antoni Closa.
Revista Barça.
Historia del CF Barcelona. 1971.

KUBALA: LA CRONICA NEGRA

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Laszy Kubala, padeció en sus once años como jugador del Barça hasta tres lesiones importantes y una grave enfermedad que llegó a poner en serio peligro su carrera futbolística. Es sin duda, su lado más oscuro. Hablamos de la rotura de ligamentos y menisco en Mayo de 1954, la luxación de clavícula en Febrero de 1955, la lesión en la ingle en Septiembre de 1957 y sobre todo, del proceso tuberculoso del otoño de 1952.

Todos estos contratiempos arrancarían en Diciembre de 1951 con la lesión más absurda, estúpida y ridícula de todas. Y además, en vísperas de un Barça-Español en Las Corts.

Pero antes, el defensa del Español, Argilés, lo lesiona en el tobillo en un amistoso disputado en Las Corts con motivo de las Fiestas de la Merced el 27/9/1951. Nunca debió alinearse tres días después contra el Valencia, también en Las Corts ya en partido de Liga. Es una mera figura decorativa y lo peor -además del resultado: el Valencia gana 1-3- es que a su tobillo le sienta como un tiro. Se perderá cuatro partidos.

El Barça está concentrado en Vallvidrera, al ladito mismo del Tibidabo y el sábado 29/12/1951 a eso de las cuatro y media de la tarde, el sobresalto es general: Kubala tiene una fractura de la base de la primera falange del dedo gordo. Se la hizo jugando al Tenis. Al intentar devolver un servicio de Estanislao Basora, dio contra el muro. En un principio se pensó que solo afectaría a la uña, pero una radiografía confirma la fractura. Daucik, el cuñado, se subía por las paredes mientras Laszy abandonaba la concentración llorando como un crío según El Mundo Deportivo en su nº 8792 en crónica de J.Narbona.

El Barça venció al Español por 2-0, pero la broma del dedo gordo le iba a costar un mes y medio de baja. Se perdió seis partidos de Liga y reapareció el 10/2/1952 ante el Sporting de Gijón en Las Corts marcando ... siete goles !!! El Barça ganó por 9-0 y acabaría proclamándose Campeón de Liga una jornada antes del final.

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Kubala, con el pie inutilizado en el banquillo de Las Corts. A su izquierda, el portero suplente, Jose Zambudio Velasco.

Cuando empieza el Campeonato de Liga 1952-53, Laszy está en baja forma. No se encuentra bien y después de un partido en Oviedo (2ª jornada, 21/9/1952) decidió que lo examinara el doctor Mestres, médico del club, quien descubrió la grave dolencia (25/9/1952).

Desde el primer momento, los pronósticos fueron optimistas en cuanto a la recuperación total del jugador; sin embargo, en lo referente a su futuro futbolístico, se estimaba que "en ningún caso puede esperarse que se dedique a su profesión antes de un año" (Según Història del FC Barcelona (1993) J.Sobrequès y "Cròniques del Barça" 1899-1992 G&A).

Pero ni el doctor Mestres ni Laszy se rindieron. Un colega de Mestres, el doctor Recasens, estaba al día de los últimos avances de la medicina en la erradicación de la tuberculosis al haber estudiado en diversos países y rápidamente se puso en contacto con él.

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El doctor Recasens junto con Kubala, ya recuperado.

Durante bastantes días, los rumores circularon por Barcelona a toda velocidad porque las informaciones no acababan de aclarar el grave problema de Laszy y cuando finalmente el médico del club confirmó el diagnóstico, la conmoción en el mundo blaugrana fue terrible.

MD 5/10/1952

Doctor Raventós, especialista en dolencias de carácter pulmonar:
"... tengo mi impresión sobre su dolencia pero es el propio Kubala o el Barcelona quienes deben darlo a conocer. Yo, por mi parte, no puedo decir nada."

Alberto Maluquer, secretario general del club:
"... se habla de Kubala sobre una dolencia que es la más terrible para un jugador de fútbol."

Jaime Guardiola, vicepresidente del Barça y presidente de la Comisión Deportiva:
"... otros jugadores con su misma dolencia, volvieron a jugar y dieron rendimiento. Kubala es de constitución fuerte y tengo absoluta fe en que pronto volverá a recuperarse".

MD 8/10/1952

Doctor Mestres Rovira, médico del Barça:
"... Kubala padece un proceso infiltrante del glóbulo superior pulmonar derecho".

En lenguaje más claro, Kubala tenía tuberculosis.

Una vez en manos del doctor Recasens y habiendo examinado este el proceso clínico, ante la incredulidad de todo el mundo, declara que "... en tres meses, Laszy ya estará curado y en condiciones de jugar al nivel de siempre."

Acto seguido, lo envió a una masía en Monistrol de Calders, una localidad situada a 53 kilómetros de Barcelona, donde quedó internado. Y allí, en plena naturaleza, llevó a término la recuperación, a base de respirar aire puro, medicación y una alimentación adecuada. Su poderosa constitución física hizo el resto.

Kubala reapareció en Santander el 22 de Febrero de 1953. El doctor Recasens se equivocó en dos meses al pronosticar la vuelta de Laszy a los terrenos de juego, pero no lo hizo cuando aseguró que volvería al mismo nivel anterior a la dolencia.

San Mamés, 23 de Mayo de 1954, en la vuelta de una eliminatoria de cuartos de final de Copa. Fue una entrada durísima de Arieta (El Mundo Deportivo 24/5/1954) a los cinco minutos de juego. Lo cierto es que el futbolista vasco recorre bastantes metros para cazar a Kubala. Y lo consigue. El húngaro es atendido en la banda y cuando vuelve al campo con un aparatoso vendaje en la rodilla derecha que le sujeta una pierna que literalmente está colgando, se coloca de extremo izquierda pero su aportación es nula (en 1954 no hay sustituciones).

Arieta (Eneko-Arieta Araunabeña-Piedra), delantero centro del Athletic de Bilbao dotado de excelentes cualidades físicas, gracias a lo cual ayudaba enormemente en labores defensivas. Denominado "torito" por su poderío físico (Según la Web oficial del Athletic Club).

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El torito.

Ya de vuelta en Barcelona, se espera lo peor y efectivamente, el diagnóstico es terrible: rotura de ligamentos y menisco. El 26/5/1954 es intervenido por el doctor Cabot y en la prensa local se cuestiona la intencionalidad de Arieta.

La operación es un éxito; los ligamentos y el menisco de Laszy quedan soldados pero el húngaro nunca volverá a ser el mismo. Reaparece casi cinco meses después (10/10/1954) en partido liguero frente al Atlético de Madrid y se advierte enseguida que la lesión le ha dejado secuelas que van a ser irremediables: su velocidad, potencia y sobre todo, su elasticidad, no son las de antes. También su posición en el campo se verá alterada: mucho más retrasada.

Laszy, continuará aportando mucho al Barça porque aunque Arieta acabó con el mejor Kubala de la historia no pudo terminar de ninguna forma con su inteligencia, su forma de ver el fútbol y su extraordinaria clase a pesar de su maltrecha rodilla. No hubo ninguna sanción para el torito.

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Santos Magdaleno Collantes, popularmente conocido como Santin. Jugador del Racing de Santander desde 1953 hasta 1956 (Web del Real Racing Club).

El 20 de Febrero de 1955, en los viejos Campos de Sport le propina una entrada a Kubala que provoca en su caída la luxación de la clavícula. Tiempo de baja: casi dos meses. Reaparece en el último partido de Liga en Las Corts (10/4/1955) frente al Hércules cuando el Barça ya no tiene ninguna opción de alcanzar el título.

Según relata el mismo Kubala, “... cuando estaba a cinco o seis metros de la portería y al ver que el portero se mantenía estático, me dispuse a disparar a gol cuando fui empujado y zancadilleado por detrás. Al dar con el cuerpo en el suelo, noté un crujido y dolor “ (MD 23/2/1955).

El bueno de Santín da su versión: “... fue involuntario; yo me crucé para evitar que Kubala marcara y caímos los dos. El tuvo peor suerte “.

Desgracias personales aparte, el clarísimo penalty, fue convertido por el colegiado señor Caballero ... en saque de esquina. En aquellos momentos el resultado era de empate a uno y faltaban cinco minutos para el final. Posteriormente, el Racing conseguía el gol de la victoria en un remate con la mano en el minuto 89 después de un enorme alboroto en el área pequeña de la portería de Ramallets (MD 21/2/1955).

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Santín

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El Barça había perdido a Kubala casi para el resto de la liga y en los dos partidos clave seguidos en Las Corts contra el Athletic de Bilbao (2-3) y el Madrid (2-2) inmediatos al del Racing, echaría por la borda todas las posibilidades de conseguir el campeonato.

El 2 de Septiembre de 1957, Laszy Kubala vuelve a ponerse en manos del inevitable doctor Cabot: ahora es un problema en la ingle, concretamente un arrancamiento óseo en el muslo recto inferior, que Kubala venía arrastrando desde hacía semanas y que lo había tenido apartado de los terrenos de juego desde poco antes del Mundialito de Caracas, en Julio. La intervención quirúrgica es imprescindible (MD 1/9/1957).

La obsesión de Kubala es llegar a tiempo para el primer partido oficial en el Nou Camp pero el doctor Cabot (conocido posteriormente como el hombre de los 10.000 meniscos, en referencia a la cantidad de rodillas operadas) no lo ve nada claro: es difícil, por precipitado, porque la curación total tiene signos de lentitud. Entre la inmovilidad y periodo de recuperación estará dos meses indisponible (MD 4/9/1957).

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Pero nadie vuelve a tener en cuenta que Laszy está hecho de otra pasta. Nunca hubo otro como él. Los plazos de la recuperación se acortan con una rapidez vertiginosa y un mes después de la operación, Angel Mur, el mítico masajista, declara que por lo que a mí respecta, el tono muscular de Kubala está perfectamente (MD 3/10/1957).

Y el húngaro, un mes antes de lo previsto, vuelve al equipo en el primer partido oficial del Barça en un Nou Camp recientemente inaugurado consiguiendo de un disparo desde fuera del área, un maravilloso gol. El Barça ganó al Real Jaén por 6-1 y aunque el rendimiento de Laszy en Liga no fue malo (disputó 21 partidos de 30 y marcó 12 goles), las muchas lesiones eran una factura muy cara de pagar: su estrella empezaba a declinar.

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6/10/1957: Reaparición y golazo. Revista Barça, 8/10/1957

EL ULTIMO TITULO DE KUBALA

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… debió ser la Copa de Europa cuya final se celebró en Berna el 31 de Mayo de 1961, su último partido oficial con el Barça, pero el Destino le jugó esa mala pasada no solo a él, sino a una serie de jugadores con los que compartió vestuario y que se quedaron sin levantar esa ansiada copa que, a partir de aquella desdichada fecha, iba a convertirse en una obsesión. Cuesta asimilar que elementos como Ramallets, Segarra, Kocsis, Evaristo, Eulogio Martínez, Villaverde, Czibor... como el mismo Laszy, se retiraran sin ser campeones de Europa, pero el fútbol está lleno de injusticias: esa fue una de ellas.

En esta relación no se incluye a Luis Suárez que conseguiría ser campeón de Europa con el Inter en 1964 y 1965. Luisito, siempre ha mantenido que la final que él nunca debió perder fue la de 1961 en Berna con el Barça

En realidad, la última vez que Kubala se proclamó campeón con el Barça fue en la II Copa de Ferias (*) cuya final a doble partido iba a enfrentar al FCB con el Birmingham City. Es importante puntualizar que el Barça compaginó durante dos temporadas seguidas (1959-60 y 1960-61) la Copa de Ferias con la Copa de Europa, con lo que el aluvión de partidos fue tan notable como agotador y absurdo. Este que nos ocupa, se juega en el Nou Camp la noche del 4 de Mayo de 1960 y tras la dolorosa eliminación de la Copa de Europa siete días antes en el mismo escenario ante el Madrid, el universo barcelonista es un volcán a punto de estallar por mucho que el equipo, recientemente, volviera a proclamarse campeón de Liga (18/4/1960). El malestar era general.

(*) La Copa de Ciudades en Feria era una extraña competición creada en 1955 en un principio para enfrentar entre sí a equipos representativos de ciudades europeas que albergaran Ferias de Muestras internacionales. La primera edición tardó casi tres años en concluir; la segunda, dos. En ambas el campeón fue el FC Barcelona. En 1971 pasó a denominarse Copa de la UEFA y en 2009 deriva en la actual Europa League.

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Kubala y Czibor: los marginados de HH.


Helenio Herrera ya no está en el banquillo, ocupado temporalmente por Enrique Rabassa, y aunque suena con fuerza el nombre de César Rodríguez, su incorporación no llegará a producirse ... hasta 1963.

La ida de esta final se juega el 29/3/1960 en el Saint Andrew´s Stadium y acaba con empate a cero. En la vuelta, con un ambiente enrarecido reflejado principalmente en la asistencia -poco más de media entrada-, Kubala reaparece después de una larga ausencia provocada por la tenaz marginación a la que le sometió Herrera: tras su partido liguero del 28/2/1960, solo es alineado en eliminatoria de Copa contra el Ferrol el 24/4/1960.

El Barça forma con Ramallets; Olivella, Rodri, Gracia, Vergés, Segarra, Coll, Ribelles, Eulogio Martínez, Kubala y Czibor.

Zoltan Czibor era otro de los marginados. Curiosamente, su último partido liguero con el Barça en aquella temporada fue el mismo que Kubala y no volvió al equipo hasta que HH desapareció de la órbita blaugrana. Czibor tenía un carácter especial, entre otras cosas, y topó frontalmente con Herrera que no transigió ni un ápice.

El partido se resuelve fácil: a los seis minutos, el Barça ya gana 2-0 con goles de Eulogio Martínez y Czibor y en la segunda parte, otra vez Czibor y Coll, colocan un 4-0 que el inglés Hooper reduce a ocho minutos del término. Total, 4-1.

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Eulogio Martínez, 1-0.

En la edición del 5/5/1960 de El Mundo Deportivo, se elogia la actitud y el juego de Kubala con un reparo final:

" ... batalló con un entusiasmo sin límites, consciente de su responsabilidad y aceptando, de pleno, la función que, en esta nueva etapa, se le asigna."

"... movió con acierto siempre los hilos del ataque, lanzando con acierto y profundidad a sus compañeros sin descuidar por ello a los hombres de atrás."

" ... pero aún queda por conocer hasta que punto ese descenso de rendimiento en el segundo tiempo, puede ser el resultado de una prolongada inactividad o bien la falta de las necesarias facultades para mantener a un mismo nivel, el ritmo de juego."

En la revista Barça también correspondiente al 5/5/1960 se sentencia:

"... lo mucho que Kubala podría dar todavía el equipo si sus servicios fueran convenientemente aprovechados."


Y Laszy, libre de Helenio Herrera, experimenta un sensible revival a sus 33 años. En la ida de los cuartos de final de Copa, en el Nou Camp (5/6/1960), realiza un notable encuentro ante el Athletic (en aquella época Atlético de Bilbao): el Barça gana por 3-1 y Kubala marca dos goles, dándole otro a Justo Tejada. Pero en aquella temporada de sonrisas y lágrimas no habrá semifinal copera a disputar: en la vuelta de San Mamés, el Athletic enviaría de vacaciones al equipo con un explícito 3-0.

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Tras dos meses de ostracismo, Kubala reaparece en eliminatoria copera enfrentado al Ferrol.

El revival de Laszy no tendrá mucha continuidad en la temporada 1960-61. Otra vez los problemas musculares de todo tipo y sobre todo, un declive de facultades que se acentúa implacablemente, provocan que el húngaro anuncie su retirada para Junio de 1961 por mucho que protagonizara un esperpéntico serial con River Plate con el que incluso llegó a un acuerdo a través de su presidente, Antonio Vespucio Liberti, el gordo (*).

De hecho, la fase final de Kubala como futbolista y su transición primero a la Escuela de Jugadores proyectada por Enrique Llaudet y luego, inevitablemente, a la dirección del primer equipo y su posterior cese que conllevó una reacción insólita y estúpida por parte Laszy, está llena de tal cantidad de disparates, que incluso su leyenda dentro del barcelonismo, llegó a peligrar.

(*) Ese serial arranca a principios de Febrero de 1961 y se prolonga prácticamente hasta la semifinal europea ante el Hamburgo. Surrealista.

Pero por lo menos, está en las grandes citas. En la noche del 23/11/1960, cuando el Barça elimina al Madrid de la VI Copa de Europa en el Nou Camp (“…lleno de facultades y más sabio que nunca” ), según J.García Castell en Història del Fútbol català de 1968) y en la dramática serie de tres partidos contra el Hamburgo en semifinales.

La final de Berna la juega lesionado, algo que se ocultó. Aparece poco. Pero en la 2ª parte envía un disparo desde la frontal del área contra la portería de Costa Pereira en la que la pelota golpea en los dos palos antes de morir mansamente en las manos del guardameta luso. Laszy abandona el césped del maldito Wankdorf Stadion llorando junto con el segundo masajista, Claudio Pellejero. El Benfica ha ganado 3-2 y nadie es capaz de imaginar los daños colaterales que van a afectar al Barça tras esta derrota durante años.

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Verbena de San Juan. 23 de Junio de 1961. El Barça organiza un amistoso contra el Atlético Clube de Portugal como homenaje a los subcampeones de Europa y de despedida a Laszy Kubala apenas tres semanas después de la derrota más dolorosa de la historia barcelonista.

Invitar a un equipo portugués para este evento, venía a ser como mentar la soga en casa del ahorcado, porque la sombra del Benfica apareció durante toda la noche en el Estadio. Pero el barcelonismo siempre tuvo un vínculo con el masoquismo, para que nos vamos a engañar.

Al Nou Camp se acerca muchísimo público y el Barça derrota a los lusos por 5-0. Los participantes fueron: Pesudo (Sadurní); Foncho (Rodri) (Olivella), Gensana, Gracia, Vergés (Segarra) Garay (Marañón), Kubala, Evaristo, Eulogio Martínez, Kocsis (Villaverde) y Beitia.

Kubala, que marcó el tercer gol a los 35 minutos de la primera parte, cierra el marcador a los 31 de la segunda cabeceando un servicio de Eulogio Martínez. Y acaba medio lesionado porque en el lance de este gol, su cabeza impacta también con la pierna derecha del defensa portugués.

Ovaciones, apoteosis final, desfile de las Peñas, cohetes, tracas y el delirio cuando Kubala saluda con el balón desde el centro del campo. Laszy tendría su homenaje monstruo la noche del 30 de Agosto de 1961.

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Su último gol.

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La Vanguardia, Santiago García, 25/6/1961.

La continuación de este post sería “Kubala y el plato de lentejas”, pag.9 de Memorias del Barça (24/7/2016).

Fuentes consultadas:

Hemeroteca La Vanguardia y El Mundo Deportivo.
75 años en blau i grana de Alfonso Soteras y Alex Botines (1974)
Història del futbol català (1968) de J. García Castell.
Revista Barça nº 229 del 5/5/1960
Història del FC Barcelona 1993 volumen III (1957-1974) Editorial Labor.
Historia del CF Barcelona LGEV 1971
Barça eterno 1899-2012. Toni Closa y David Salinas.