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Ver versión completa : Varios articulos sobre la minicrisis del Barça



Barney Stinson
03/03/2009, 13:53
Todos extraidos de Sport y MundoDeportivo

1.- By Pichi Alonso (La defensa empieza arriba)

Es verdad que el Barça ya suma tres partidos sin conocer la victoria, pero también lo es que el equipo, en estos tres partidos, ha marcado seis goles (dos al Betis, uno al Espanyol y tres al Atlético de Madrid). Arroja, pues, una media de dos tantos por encuentro. Se deduce, pues, que los goles no son hoy por hoy el problema, que existen otros factores que deben preocupar más, como la estructura colectiva del equipo.

En el partido contra el Betis no estuvo fino en las jugadas a balón parado, contra el Espanyol su juego estuvo condicionado por la expulsión de Keita en el primer tiempo. Sólo el pasado domingo, ante el Atlético de Madrid, el Barça se encontró en un escenario atípico porque no tuvo el control del balón que en él es habitual. Vivió una situación nueva, con transiciones muy rápidas y descontroladas. Todo ello fue consecuencia de jugar con las líneas muy distanciadas, o no lo suficientemente juntas. De esta forma, sin la presión inicial de los delanteros, que deben ser los primeros defensas, como así había sido hasta ahora, es difícil que funcione el resto del engranaje. Ante el Atlético no existió la presión inicial de la vanguardia, aunque no fueron los únicos culpables, pues los centrocampistas también retrasaron demasiado su posición, con lo que la distancia entre ambas líneas permitió al cuadro local una fluida circulación del balón, precisamente lo que hizo daño al Barça, que fue sorprendido por su rival con balones largos y verticales que le hicieron sufrir.

Y es que, cuando el equipo estuvo organizado, el Atlético no creó peligro en sus ataques estáticos, pero cuando hubo pérdidas de balón, el daño fue enorme e irreparable debido a la descomposición que experimentaron las líneas. Se puede defender agrupando al equipo en el campo contrario o en el propio, pero el Barça no lo hizo en el Calderón, de ahí que el duelo derivara en un ‘toma y daca’, en un partido de ‘ida y vuelta’, como suele decirse.

Así las cosas, podemos convenir en que al equipo no le falta pólvora, ni mucho menos, pues ahí está la elevada cifra de goles marcados, 73 en Liga, a una media de casi 3 por partido. El problema no hay que buscarlo ahí. Hay que buscarlo en lo que comentábamos antes, en la estructura colectiva, en el papel que cada jugador debe llevar a cabo, tanto en misión ofensiva como defensiva. Hay que volver, ni más ni menos, a lo que se ha puesto en práctica hasta ahora y, por cierto, con muy buenos resultados.

2.-By Martí Perarnau (La presión genera miedo)

La mente de todo deportista tiene dos amigos y dos enemigos. Los enemigos se llaman Narcisismo y Autocomplacencia. Con el primero te miras en el espejo del vestuario y exclamas: “¡Soy el mejor!”. Con el segundo te sientes colmado y satisfecho: consideras que ya has llegado a tu destino, sin importar que aún andes a medio camino. Contra ambos enemigos se erigen dos amigos del deportista: la Ambición y el Coraje. La ambición provoca que repitas sin cesar que “no he llegado, aún no he llegado” y esa energía mental es la gasolina de tus piernas. El coraje es la capacidad de reacción que te hace levantar cuando andas caído. Te martillea el cerebro con una frase: “Puedo hacerlo”.

Los futbolistas del Barça viven hoy una batalla feroz entre amigos y enemigos. El escenario de la batalla es un lugar oscuro y húmedo: el cerebro. Algunos jugadores perdieron la batalla hace semanas, cuando creyeron haber conquistado el título más importante del año: el reconocimiento universal, el respeto del mundo entero, el corazón de cuantos aman el fútbol. Eran los mejores y los más grandes, los bellos peloteros del Barça, una máquina imparable, indestructible, invulnerable. Algunos de esos futbolistas se miraron en el espejo y se dijeron: “Ya hemos llegado”.

Cuatro batacazos más tarde, esos mismos jugadores intentan revertir la pendiente y que la ambición y el coraje derroten al narcisismo y la autocomplacencia. Hay signos positivos en la batalla: el equipo no ha bajado los brazos. Algunos jugadores sí, pero el equipo no. Se ha levantado tras cada coscorrón y ha intentado reaccionar. Sin gran acierto, pero lo ha buscado. Buen síntoma.

En plena batalla se han presentado dos invitados nefastos: el Recuerdo y la Presión. El primero vive agazapado hasta que la memoria le convoca a la pelea. Y el recuerdo no favorece al Barça. Esos mismos jugadores ya se dejaron arrebatar títulos sin pestañear y el Madrid se lo recuerda a diario. El otro invitado, la presión, genera miedo a fallar, lo que es contradictorio con el fútbol de riesgo que practica el Barça, que no lo tiene fácil con un entorno siempre acomplejado por el Madrid. Son dos invitados funestos en esta pelea mental y generan el ‘síndrome de la gacela’, que se crispa y agota al oír el aliento del león.

Esta batalla genera efectos perversos en los jugadores: les atenaza físicamente; incumplen los fundamentos tácticos; multiplican los errores individuales; y destruyen el edificio colectivo. La suma de tales efectos se materializa en una espiral diabólica llamada ‘dinámica negativa’. La receta para detener y cambiar esa dinámica consta de cinco puntos: borrar la memoria; aislarse del entorno; escuchar sólo a la ambición y el coraje; apostar por la solidaridad colectiva, pues no hay triunfo en solitario; y cumplir las órdenes del entrenador. Sencillo de decir, difícil de ejecutar: ser valiente y no mirar atrás.

3.-By M.A.Nadal (Hay errores individuales y colectivos)

Es muy difícil entender y aceptar que puedes perder un partido cuando juegas mejor que el contrario y además dispones de más ocasiones de gol. Analizar el partido Atlético-Barça desde el punto de vista del resultado, única y exclusivamente, es muy diferente a si lo haces teniendo en cuenta el dominio y la calidad. A mí, que el Barça perdiera ante el Atlético no me preocupa porque jugó mejor. Sí que me preocuparía, y mucho, si el 4-3 hubiera llegado por desidia o un fútbol apático por parte de los pupilos de Pep Guardiola.

Cuando vi el encuentro entre Barça y Espanyol sí que comprobé que no había estado a la altura que normalmente juega el Barça. Y la misma sensación tuve después del duelo de Champions League frente al Olympique de Lyon. Ahí si que no se puede poner ningún reparo a esos resultados.

Por contra, al igual que el Atlético-Barça, también me gustó el empate ante el Betis. El equipo hizo un juego incluso para merecer mucho más. El problema viene cuando a un equipo como el Barça le hacen cuatro goles en un partido. No es normal. No, no lo es porque una de las señas de identidad de este equipo la solidez de su sistema defensivo. Y ojo, que cuando hablamos de sistema defensivo me refiero a todo el equipo, no sólo a aquellos futbolistas que ocupan la línea de retaguardia.

Un equipo es grande cuando todos colaboran en la creación ofensiva y todos echan una mano en la tarea defensiva. Cuando hay desajustes en esos conceptos es cuando llegan los problemas. Se resiente la solidez y aparecen las grietas que acaban minando la moral de todo el colectivo.

¿Por qué el Barça ha perdido esa solidez? A mi modo de ver es una cuestión de concentración. La falta de atención en acciones muy concretas es lo que ha motivado que el equipo encaje goles que nunca debería haber encajado. Los dos tantos ante el Espanyol eran evitables, como el del Lyon en Champions. Y ante el Atlético, al margen de los errores individuales de los defensas en dos jugadas concretas donde no estuvieron bien con el balón, los otros son de todo el equipo. En el primer gol del Atlético, por ejemplo, Forlán recibe y remata solo sin que nadie le presione. El Barça acababa de hacer su segundo gol y tenía que haber cerrado el partido. Hubiera bastado, por ejemplo, que las líneas estuvieran más juntas si tienes en cuenta que hay once futbolistas metidos en su propio campo.

La mentalidad del Barça es siempre jugar bien e intentar hacer más goles. Como espectador es una gozada y hay que agradecerlo, pero como entrenador o jugador a veces hay que saber ralentizar los partidos o, como mínimo, no dar opciones al oponente.
Cuando un equipo recibe muchos goles en pocos partidos es mal síntoma. Se juntan dos factores. Uno, los errores individuales en momentos puntuales. Otro, que colectivamente no hay la misma cohesión. Por lo demás, como admirador del juego azulgrana no me preocupo en exceso porque el que juega bien casi siempre suele ganar.

4.-By Pérez de Rozas (Guardiola cree en este equipo)

El 14 de febrero era sábado. En realidad ya era 15 de febrero, madrugada del domingo, cuando Guardiola apretaba el mando a distancia de su coche en la Ciudad Deportiva del Barça recién llegado del estadio Ruiz de Lopera donde su equipo había arrancado un empate a dos muy, muy, pero que muy peleado. Tan peleado que cuando se abrochó el cinturón pensó: “¡ganamos la Liga sí o sí, fijo!”.

¿Por qué esa noche y no la noche del 1-6 en El Molinón, o la del 6-1 en el Camp Nou ante el Atlético, o tras aquel 1-4 de Málaga, o después del contundente 6-0 contra el Valladolid, o aquel apoteósico 0-3 en Sevilla o, sin ir más lejos, en el debut de Juande (2-0) en el ‘Estadi’? Simplemente porque aquella noche, la del Ruiz de Lopera, fue la noche en la que Guardiola confirmó que su equipo estaba dispuesto a pelear, a la desesperada, sin miramientos, del minuto uno al 94. Es más, Eto’o marcó el empate a dos en el 85.

Fue esa noche cuando descubrió que, a ratos, el Barça había jugado con la camiseta del Madrid, no dando un balón por perdido y, por supuesto, sin sentirse derrotado. Ni siquiera cuando, a los 24 minutos, Melli y González habían adelantado a los béticos (2-0). Y es que, si a la calidad y predisposición de los barcelonistas, sumas la pelea y la disputa, el coraje que siempre demuestra, por ejemplo, el Madrid, Pep sabe que el coctel tiene sabor de campeón.

Por eso esa noche adivinó que ganaría la Liga. No deja de ser curioso que, desde aquella noche, el Barça no haya vuelto a ganar: 1-2 Espanyol, 1-1 Lyon y 4-3 Atlético. No ganar no significa, en el libro de estilo de Guardiola, perder. El equipo ha peleado esos partidos hasta la extenuación. Y el ‘mister’ los ha disfrutado mucho más que cuando ha goleado. Pelear con diez contra los blanquiazules, entrar en el descanso de Lyon tambaleándose en la Champions y vivir sobre el alambre en el Calderón han sido, dicen, placeres impagables para Pep, convencido de que sobrevivirá a todo ello, seguro de que se aprende más en el dolor que en el placer.

Guardiola, que no concede entrevistas personales, sabedor de que cada semana se somete, al menos, a seis conferencias de prensa, no piensa revelar ni una sola de sus dudas, que las tiene. Simplemente porque son matices, no dudas. Nadie, en España, ha jugado más partidos que el Barça, nadie. Ni nadie ha ganado tantos y tan bien. Pero, y eso es lo que cuenta en la reflexión de Pep, los ha jugado con tanta intensidad, carácter, control, ganas de ganar y generando tanto fútbol y ocasiones que, incluso en la derrota, han abandonado el campo con la cabeza alta.

De forma y manera que, mientras el equipo se entregue, siempre contará con el elogio del ‘mister’. Pedirle a Guardiola que desvele sus dudas es como pedirle a un maratoniano que respete los semáforos. “Los puentes se cruzan cuando se llega a ellos”, dice un proverbio chino. Y el equipo de Pep aún está caminando. No dejen de confiar en ellos. En él.

5.-By Santi Nolla (Recuperar el equipo)

No es un problema de defensa, es una cuestión de equipo. El mal no está en una línea, sino en que el concepto es colectivo. Puyol y Márquez se encontraron muy solos el domingo en el Calderón porque necesitan apoyos. No es lo mismo afrontar al Kun en el uno contra uno que si se está más arropado. Ha de volver el equipo para recuperar la chispa.
Y decir basta. Hasta aquí se ha llegado. Se pone la raya y ya está. Hay que frenar la sangría de semana y media. ¿Cómo? Con el equipo. En eso tiene razón Guardiola. No falta actitud, pero es necesario coordinación. Es admirable que Henry acabe haciendo un penalti, pero es que Silvinyo está estirando en esa misma jugada. Y el brasileño es un futbolista muy bueno para un vestuario por su marcado carácter positivo.
No es posible que el FC Barcelona marque tres goles en el Calderón y acabe perdiendo, aunque los Atlético-Barça siempre sean partidos locos o que Eto'o no moje. Pero este equipo tiene aún mucho crédito, es líder a cuatro puntos del segundo, esta semana puede clasificarse para la final de la Copa y la próxima meterse en cuartos de Champions. ¿Crisis, qué crisis?.
Ahora es el momento de creer en este Barça y de creer que se ganará esta Liga. El Madrid se cambiaría mañana. Es cierto que el Real está haciendo una gran temporada en el campeonato tras la entrada de Juande, sobre todo, porque sabe cerrar el equipo y un grande que cierre bien en la Liga española tiene mucho ganado. Pero es el Madrid del resultadismo, que sólo puede mirar el marcador. Eso es mucho, es cierto, pero nadie esperaba que los blancos tuvieran un porcentaje tan alto de buenos resultados en la Liga.
Nadie esperaba tampoco, a principio de temporada, que el once de Guardiola llegara a los 60 puntos y estuviera vivo en tres frentes, con posibilidades en los tres, concretamente muchas en dos de ellos. Hay que creer en este equipo. Merecen confianza, tienen margen y ya se han acabado los regalos.
Perder contra el Atlético es doloroso, pero puede entrar dentro de los planes lógicos. El partido que el Barça no debía perder era el del Espanyol en el Camp Nou y ahí el árbitro expulsó a Keita. Que no hablen tanto de 'Villaratos' esta temporada, porque en los dos últimos partidos el Barça lleva ya una roja y un penalti en contra.



6.-By Miguel Rico (Un paso atrás para ir adelante)



Si algo tiene de positivo la muy negativa racha del Barcelona, es que la forma en la que se han concretado los malos resultados explica perfectamente lo que le sucede al equipo. Lo sabe el entrenador y lo saben los jugadores. Por eso sería imperdonable que, sabiendo lo que hay qué hacer, ni el entrenador ni el equipo lo hicieran inmediatamente.
Poco importa que, en el telexto de todas las competiciones, la situación del Barça siga siendo envidiable. Otras veces ha estado así y la temporada ha terminado como el rosario de la aurora. Por tanto, ha llegado la hora de de saber si hay entrenador y equipo para evitar que ocurra lo que ha pasado otras veces.
Afortunadamente, en esta ocasión, ni Guardiola -por su carácter ganador- ni sus futbolistas -por dignidad profesional- parecen absorbidos por la autocomplacencia. Todo lo contrario. A nadie le resbala lo que está pasando. A todos los revienta perder.
Y justo ahí, en la palabra todos, está la clave de la cuestión. No hace falta ser un lumbreras para entender que el éxito de la temporada es el éxito del equipo y no el triunfo individual. Aquí hay que jugar para hacer grande al Barcelona, no para alimentar el lucimiento personal. Si la plantilla asume esta evidencia, el Barça volverá a marcar distancias en vez de reducirlas.
¿Cómo? Fácil. Recuperando la esencia y la idea con la que iniciaron el ejercicio. Volviendo al principio. Anteponiendo el todo a la unidad. Jugando juntos. Siendo solidarios. Trabajando para uno mismo pero, sobre todo, para los compañeros. Atacando todos. Defendiendo todos. Volviendo a jugar en 40 metros en vez de hacerlo en 80. Recuperando el control de los partidos. Teniendo el oficio que se les supone a gente del máximo nivel.
En definitiva, hay que dar un paso atrás para seguir adelante. Se trata de hacer, de nuevo, lo que han demostrado que saben hacer. Explotar las cualidades innatas, el talento incuestionable de los futbolistas y aplicarse en los principios básicos del juego colectivo. El Barça ha dejado de ser un equipo -de ahí los últimos resultados- y tiene que volver a serlo de inmediato porque, como se está viendo, para ganar no basta con justificarse individualmente metiendo uno o dos goles. Hay que trabajar para el Barcelona. No para uno mismo sino para el conjunto. Y en eso, los mejores han ser el ejemplo. Y Guardiola debe exigírselo.



7.-By Josep MªCasanovas (Crisis o no crisis, llaménle como quieran)




QUE NADIE SE ALARME. Cuando un equipo que jugaba como los ángeles pierde los papeles, está claro que tiene un problema. Y de la misma manera que cuando arrasaban en la Liga les dedicamos los mas cálidos elogios, cuando el marcador se gira en contra y suman cuatro partidos consecutivos sin ganar se puede hablar de crisis deportiva. Crisis de juego, crisis de resultados. Que nadie se alarme. Crisis, según el diccionario de la academia, significa “cambio brusco en un proceso” más o menos lo que le pasa al Barça. Si prefieren hablar de bache o simplemente de socavón, de acuerdo. Lo importante, se llame como se llame, es que sea pasajera. Ya verán como si a partir de mañana en la Copa encadenan cinco victorias consecutivas, la crisis quedará en una simple anécdota. Aquí lo único que cuenta es ganar títulos y es normal que todo equipo puntero pase una pequeña crisis a lo largo de una temporada.

NO QUEREMOS SER COMPLICES. Lo que no se puede hacer es ocultar la realidad. Querer tapar los fallos. Callar las verdades que ve todo el mundo. Al respecto la pasada temporada vivimos una amarga experiencia. Todo el mundo sabía que el equipo iba de más a menos de forma espectacular y nadie se atrevía a denunciarlo. Rijkaard lo consentía todo, la directiva miraba hacia otro lado y la prensa acabamos siendo cómplices por omisión, por no explicar el mal comportamiento profesional de algunos jugadores. No es el caso de ahora, por supuesto, pero esta vez no nos temblará el pulso cuando tengamos que decir que el equipo no funciona o que tal o cual jugador rinde por debajo de lo esperado. Hay que intentar curar la herida antes de que esta se convierta en grave. A veces un toque de atención ayuda a reaccionar. Cuando un equipo pierde los papeles y le falla el rumbo, es necesario el análisis y la autocrítica. En esta fase estamos, no se ha perdido nada, se puede ganar todo, pero últimamente vamos en mala dirección. Si hablar de crisis sirve para reaccionar, bienvenida la crisis porque habrá sido leve y pasajera.

LOS PROBLEMAS ESTAN A LA VISTA. Dicho todo esto, hagamos un breve repaso a los puntos negros del Barça en los últimos partidos. Mentalmente los jugadores se han relajado y no son capaces de rematar los partidos. Falta oficio para sacar partido de su superioridad técnica. Físicamente no están finos y esto significa que no hacen el pressing como antes. La distancia entre líneas se ha ampliado y esto lo paga la defensa que ve como los delanteros llegan más sueltos. Los fallos individuales se acusan mucho más sobre todo si son en defensa. Valdés no anda fino y eso se contagia. Guardiola no acierta en los cambios y en Madrid incluso desaprovechó dos sustituciones. Como pueden ver, muchos desajustes al mismo tiempo lo que explica que Pep comentara que no andan finos. Nada grave si se recupera pronto el nivel de juego. Los problemas saltan a la vista y una sesión de vídeo de los últimos partidos puede ser una magnífica terapia de grupo. Lo recomendamos.

8.-Joan MªBatlle (El factor Iniesta)



CRISis. Acostumbrados, como estábamos, a que el Barça no perdiera ni un partido durante seis meses, el hecho de que ahora lleve cuatro (partidos, no meses) sin ganar nos coge desprevenidos y casi sin capacidad de maniobra. ¿Cómo puede ser que con los buenos que éramos, ahora nos metan goles por todos los lados? Esta es una pregunta que se hace la afición y, lo que es peor, los propios jugadores.

En situaciones de crisis, el aficionado busca explicaciones convincentes. No las hay, entre otras cosas porque el aficionado ya no traga lo de la unidad y confianza. Por eso se agradece que Txiki dijera ayer algo tangible: “Falla el sistema defensivo”. Pues sí, es verdad. Y ahora, a arreglarlo.

Otro detalle que no me parece menor, y éste ya es opinión muy particular, es la ausencia de Iniesta. Miren, estoy convencido de que los rivales ya tienen muy estudiado el sistema de Guardiola y le han encontrado los puntos débiles. Uno es tapar a Xavi para ahogar la creatividad. Si lo consiguen, no hay otro que pueda generar fútbol. Y ahí es donde encuentro faltar a Iniesta, que si está en el terreno de juego puede hacer de Xavi y de quien le dé la gana. Y no es lo mismo marcar a uno que a dos... Iniesta fue el mejor en el campo del Betis y luego, ya sin él, se ha perdido con el Espanyol y el Atlético y se ha empatado en Lyon. Si, ya sé que antes estuvo dos meses lesionado y no se notó... Pero antes, los adversarios aún no sabían de qué iba la película y el equipo estaba más fresco. ¿O no?

9.-By Josep Capdevila (Sobre la presión y los cagómetros)



En Madrid están contentos. No sólo ven como están muy cerca del Barça en la clasificación (eso es innegable) y ahora les viene un partido fácil de ganar (¿cuándo hace que el Atlético no les toca las narices?) sino que, además, están convencidos de que todo es gracias a su ingeniosa (?) campaña del cagómetro.
Pues permitirme que discrepe. Por supuesto que todas las opiniones son respetables, pero yo no creo en la presión que puedan tener los jugadores del Barça ni en el efecto de los cagómetros. Para mi, presión es lo que tiene el trabajador de una mina, que no sólo sufre como un perro, sino que además sabe que cualquier pequeño incidente le puede dejar colgado de carbón o cualquier otro mineral. Presión es lo que tiene el médico que tiene en la mesa de operaciones a un paciente que se le va. Presión es lo que tiene el piloto de un avión con 300 pasajeros en sus manos y tiene que hacer un aterrizaje de emergencia que no sabe cómo va acabar. Y presión tienen, por supuesto, los miles de ciudadanos de a pie sin trabajo y con grandes dificultades para sacar adelante una familia. Todo eso sí que es presión.
Pero los jugadores del Barça, como muchos de Primera División, son niños, jóvenes en el peor de los casos, que con 20-25 años saben que ya tienen más dinero del que nunca podrán llegar a gastar a menos que se les vaya la cabeza con alguna locura. Que tienen todo lo que quieren: coches, mujeres, lujo, son idolatrados...
¿Pueden tener ellos presión? Entiendo que la pueden tener en un momento puntual, al momento de lanzar por ejemplo un penalty decisivo en la final de la Champions o que puede suponer evitar un descenso. Vale. Pero, por un normal, ¿pueden tener presión ellos?
Y los cagómetros. ¿Qué es eso? Cagados pueden estar todos los profesionales que antes he citado, mineros, médicos, pilotos de avión, parados varios, etc. ¿Pero, ellos? Perdonad, pero no me lo puedo creer. Puedo entender que el Barça llegue a perder esta Liga porque los jugadores estén cansados, vayan confiados, tengan la cabeza en otro sitio o lo que sea, pero no por culpa de la presión ni los cagómetros.
"Salid y disfrutad", cuentan que fue lo último que les dijo Johan Cruyff a sus jugadores antes de saltar al terreno de juego de Wembley en la final de la Champions de 1992 contra la Sampdoria. Y ganaron. ¿Os imagináis si el minero, el médico o el piloto de avión pudieran irse a trabajar con este planteamiento?

SOBRE LA PRESSIO I ELS 'CAGOMETROS'
A Madrid estan contents. No només veuen com estan molt prop del Barça en la classificació (això és innegable) i ara els ve un partit fàcil de guanyar (quan fa que l'Atlètic no els toca els nassos?) sinó que, a més, estan convençuts que tot és gràcies a la seva enginyosa (?) campanya del 'cagómetro'.
Doncs deixeu-me que discrepi. Per descomptat que totes les opinions són respectables, però jo no crec en la pressió que puguin tenir els jugadors del Barça ni en l'efecte dels 'cagómetros'. Per a mi, pressió és el que té el treballador d'una mina, que no només pateix com un gos, sinó que a més sap que qualsevol petit incident el pot deixar colgat de carbó o qualsevol altre mineral. Pressió és el que té el metge que té en la taula d'operacions a un pacient que se li en va. Pressió és el que té el pilot d'un avió amb 300 passatgers en les seves mans i ha de fer un aterratge d'emergència que no sap com acabarà. I pressió tenen, per descomptat, els milers de ciutadans sense treball i amb grans dificultats per a treure endavant una família. Tot això sí que és pressió.
Però els jugadors del Barça, com molts de Primera Divisió, són nens, joves en el pitjor dels casos, que amb 20-25 anys saben que ja tenen més diners dels que mai podran arribar a gastar tret que se'ls vagi el cap amb alguna bogeria. Que tenen tot el que volen: cotxes, dones, luxe, són idolatrats... Poden tenir ells pressió? Entenc que la poden tenir en un moment puntual, al moment de llançar per exemple un penal decisiu en la final de la Champions o que pot suposar evitar un descens. Val. Però, normalment, poden tenir pressió ells?
I els 'cagómetros'. Què és això? Cagats poden estar tots els professionals que abans he citat, miners, metges, pilots d'avió, desocupats, etc. Però, ells? Perdoneu, però no m'ho puc creure. Puc entendre que el Barça arribi a perdre aquesta Lliga perquè els jugadors estiguin cansats, vagin confiats, tinguin el cap en un altre lloc o el que sigui, però no per culpa de la pressió ni els 'cagómetros'.
"Sortiu i gaudiu", diuen que va ser l'últim que els va dir Johan Cruyff als seus jugadors abans de saltar al terreny de joc de Wembley en la final de la Champions de 1992 contra la Sampdoria. I van guanyar. Us imagineu si el miner, el metge o el pilot d'avió poguessin anar a treballar amb aquest plantejament?




10.-By Xavi Torres (Los récords que confunden)



Segunda derrota consecutiva, también dolorosa. Visto lo visto, enfermedad con remedio. En 1992, tras ganar la Liga y la Copa de Europa, el Barça empezó la temporada muy mal. Guardiola, entonces jugador, ya dio en el clavo: “Nos creemos los mejores y cada uno equivoca su rol: todos quieren regatear, todos quieren pasar y todos quieren marcar”. Estamos ahora ante el mismo diagnóstico: el Barça de los récords parece confundido: Valdés se deja manos por sacar; Puyol hace excursiones en ataque e intenta robar un balón sin usar su clásica contundencia (el 4-3 de Agüero); Márquez regala el 2-2 y apenas participa en la salida del balón con la excusa de que un delantero rival está encima de él; lo mismo que Xavi, que además se ha olvidado de llegar al área rival; los tres puntas salvan sus actuaciones en función de los goles que marcan pero su trabajo ya no es colectivo y Alves enloquece cuando los partidos se descontrolan. La trayectoria ejemplar (y las alabanzas) han llevado al equipo a olvidar la esencia de su éxito: la humildad, y de tener el control del partido poseyendo y moviendo el balón con paciencia (y mucho dinamismo). Y en campo contrario porque en el momento de perder el balón, sólo con el posicionamiento (¡pero con las líneas juntas!), empieza la presión. Y atención: este estilo no se prostituye con un despeje a ninguna parte o llenando el centro del campo con cuatro hombres. En estos partidos el Barça ha demostrado que el equipo está en construcción y que debe madurar colectivamente para matar o revolucionar un partido según convenga. La confianza se regenera reconociendo que, inconscientemente, muchos jugadores se han dejado esa humildad en el vestuario. Y en seguida, a volver a empezar.



11.-By Josep M.Fonalleras (No pasa nada)




...la Liga está ganada. Tendríamos que conjurarnos a favor de la alegría y del optimismo. No puede ser que lo brillante que era todo hace tres jornadas se vaya por la ruta del alcantarillado con este (¿por qué no reconocerlo?) aplastante parcial de 0 a 8. Tendríamos que romper lanzas a favor de la apuesta de Pep Guardiola, que fue triunfante y que volverá a serlo. Tendríamos que conservar toda la calma del mundo y pensar que cuatro puntos, sin ser una eternidad, nos ponen justo cuatro puntos por encima del Otro, cuatro puntos más cerca de la victoria final. Esto no será un llanto y crujir de dientes ni volveremos a tropezar con la misma piedra, por Dios, que no estamos tan mal. A decir verdad, estamos como dioses, con algo de bajón, por supuesto, pero con el liderazgo en las manos, casi con una final en los bolsillos, y medio clasificados para los cuartos. Lo dicho: confianza y leña al mono, que es de goma.

Bemsims
03/03/2009, 13:55
Se resume a que no se juega siempre bien , si pasamos a la final sera la mejor inyeccion de moral y antidoto.

Saludos!

Barney Stinson
03/03/2009, 14:45
He puesto de color rojo lo que me ha parecido más interesante a mi.

Nevermind
03/03/2009, 15:23
Gran aporte Brian, la verdad esque tienen mucha razón, han dado como parar el juego del Barça y el equipo no juega tan cohesionado como antes.

Estoy completamente seguro que la vuelta de Iniesta va a desahogar a Xavi, aparte del plus de calidad que de este jugador, porque es un jugón como la copa de un pino.

Hay que aislarse de la presión, no se porque somos tan autodestructivos. La presión la debería tener el madrid, que van 2ºs, y tras recortar una burrada de puntos en 3 jornadas de liga siguen llendo 2ºs y a 4 puntazos, no se pueden hacer mala sangre por la mierda de criticas y gilipolleces que lleguen desde la capital.

El otro problema que veo es que la defensa está mas blandita sin Abidal, y Valdés no para una mierda. Con la recuperación de Milito supongo que ganemos un plus acojonante de calidad otra vez atrás, y para el lateral izquierdo tanto Cáceres como Sylvinho creo que lo pueden hacer bien, pero quitar a Puyol de la defensa central me parece una cagada.

Eto'o últimamente no hace nada, no se que le pasa, y la delantera ayuda menos en defensa.

Estoy seguro de que en nada volveremos al buen fútbol y a los resultados holgados y cómodos y a las remontadas épicas, y esto quedará como una anécdota.

Barney Stinson
03/03/2009, 21:55
Yo pienso que Valdés no la puede liar mucho más, ni la defensa, ahora todo ha de ser bonito xDDDDD