pierno
01/01/2018, 09:31
Pongo esta cadena de tuits, muy interesante y una hostia de realidad cojonuda:
Sobre el imperio de los clics en los medios de comunicación sólo tengo algo que decir, en colación al medio de comunicación para el que trabajo, sobre el Atlético de Madrid.
Llevo ya el suficiente tiempo para haberme dado cuenta de una realidad: los consumidores prefieren llevarse a la boca pura mierda que algo mucho más elaborado y currado. Y en eso la culpa se reparte entre el que escribe y el que lee.
Estos días, desde el medio para el que escribo, estamos haciendo un gran curro de repaso del 2017. Se han hecho estos meses buenos reportajes, artículos cojonudos. Pero Lucas vacila a su hermano en un vídeo y se convierte en lo más visto del mes.
Si eso pasa en una web como ésta, qué no pasará en webs mucho mas potentes. Los publicistas no quieren anunciarse en reportajes increíbles, si no en sitios donde el clic reine. Y en eso son tan culpables los medios como los del otro lado.
Prefieren meter dinero en un vídeo de Cristiano haciendo abdominales con su hijo que en un reportaje de las variantes tácticas de Ernesto Valverde. Porque ahí es donde más gente pincha.
Y los que llevan el cotarro, los que pagan a sus trabajadores, lo saben. Saben que van a generar más dinero creando mierda, que creando calidad.
Porque amigos, todo lo mueve el dinero. Y sin esas putas mierdas que hacen que el anunciante pique, los que hacen reportajes cojonudos o artículos que son la hostia no podrían hacerlos. Esta es la triste realidad del periodismo actual.
Lo que quiero decir es que para yo poder cobrar por hacer un reportaje de la hostia sobre el Atleti, también tengo que publicar un tuit de Griezmann. Da bastante asco el tema, pero en esto nos hemos convertido.
Y los periodistas tenemos culpa por permitirlo, claro. Pero si me niego yo vendrá otro. Porque hay que comer. Pero también la tienen esos que desde su móvil o su ordenador pinchan. Porque tienen el poder de elección. Y eso es mucho poder.
Las visitas mandan y tienen el poder. Porque atraen el dinero para pagar a los periodistas. Sabiendo esto, el consumidor puede elegir lo que quiere leer. Aunque de cada 10 artículos que se encuentre, tenga que desechar 7.
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Sobre el imperio de los clics en los medios de comunicación sólo tengo algo que decir, en colación al medio de comunicación para el que trabajo, sobre el Atlético de Madrid.
Llevo ya el suficiente tiempo para haberme dado cuenta de una realidad: los consumidores prefieren llevarse a la boca pura mierda que algo mucho más elaborado y currado. Y en eso la culpa se reparte entre el que escribe y el que lee.
Estos días, desde el medio para el que escribo, estamos haciendo un gran curro de repaso del 2017. Se han hecho estos meses buenos reportajes, artículos cojonudos. Pero Lucas vacila a su hermano en un vídeo y se convierte en lo más visto del mes.
Si eso pasa en una web como ésta, qué no pasará en webs mucho mas potentes. Los publicistas no quieren anunciarse en reportajes increíbles, si no en sitios donde el clic reine. Y en eso son tan culpables los medios como los del otro lado.
Prefieren meter dinero en un vídeo de Cristiano haciendo abdominales con su hijo que en un reportaje de las variantes tácticas de Ernesto Valverde. Porque ahí es donde más gente pincha.
Y los que llevan el cotarro, los que pagan a sus trabajadores, lo saben. Saben que van a generar más dinero creando mierda, que creando calidad.
Porque amigos, todo lo mueve el dinero. Y sin esas putas mierdas que hacen que el anunciante pique, los que hacen reportajes cojonudos o artículos que son la hostia no podrían hacerlos. Esta es la triste realidad del periodismo actual.
Lo que quiero decir es que para yo poder cobrar por hacer un reportaje de la hostia sobre el Atleti, también tengo que publicar un tuit de Griezmann. Da bastante asco el tema, pero en esto nos hemos convertido.
Y los periodistas tenemos culpa por permitirlo, claro. Pero si me niego yo vendrá otro. Porque hay que comer. Pero también la tienen esos que desde su móvil o su ordenador pinchan. Porque tienen el poder de elección. Y eso es mucho poder.
Las visitas mandan y tienen el poder. Porque atraen el dinero para pagar a los periodistas. Sabiendo esto, el consumidor puede elegir lo que quiere leer. Aunque de cada 10 artículos que se encuentre, tenga que desechar 7.
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