titojose54
14/03/2014, 13:31
Los bombardeos sobre Belgrado de 1999 y la muerte de su madre hace cuatro años forjaron el carácter de un futbolista «muy fuerte mentalmente».
Stefan Mitrovic se pirra por el Estrella Roja. Desde muy pequeño, se identificó con el club más laureado de Serbia, formó parte de sus categorías inferiores y allí comenzó a adquirir los conceptos defensivos que hoy demuestra con la camiseta del Real Valladolid, donde se ha convertido en un futbolista destacadísimo tras aterrizar en el mercado invernal. «Soy un gran aficionado al Estrella Roja, uno de los mayores hinchas», dice mientras ríe abiertamente. En su Belgrado natal, Mitrovic se inspiró en Goran Bunjevcevic, un espigado defensa al que en su momento se apodó el 'Beckenbauer serbio'. «No es que tuviese muchos ídolos, quería crecer por mí mismo, pero había algunos jugadores del Estrella Roja, como Bunjevcevic, en los que me fijaba mucho. Goran también era un defensa central».
El espejo de Bunjevcevic le sirvió en una época particularmente difícil. Entre marzo y junio de 1999, la OTAN bombardeó Belgrado y otras ciudades de la antigua Yugoslavia como respuesta internacional a la limpieza étnica practicada en Kosovo por el gobierno de Slobodan Milosevic. A Mitrovic, que tenía entonces nueve años, no se le olvidan las explosiones en su ciudad. «Era un niño, pero recuerdo las bombas de América. Siempre hemos vivido cosas así en Serbia. Somos muy fuertes como país. Tengo muy malos recuerdos de aquella época, pero eso me ayudó a madurar muy rápidamente».
Después de su formación futbolística, Stefan Mitrovic (Belgrado, 1990) se vio obligado a emigrar para labrarse una carrera profesional en Europa. La primera parada llegó en el Petrzalka, en Bratislava, la capital de Eslovaquia, cuando contaba con 19 años. No resultó un buen año en lo personal. «En aquella época murió mi madre. Fue muy duro».
La República Checa, Serbia, Bélgica y Portugal fueron los saltos previos a su llegada al Real Valladolid, en calidad de cedido por el Benfica. «He tenido que pasar por diferentes países para alcanzar el momento actual. He trabajado mucho para ser futbolista profesional. Tuve que marcharme muy joven a otros países. Mi vida no ha sido fácil, pero siempre he pensado que el éxito llegaría. Soy muy fuerte mentalmente, de otra manera no estaría aquí. Me adapto a cualquier situación».
Mitrovic se desempeña como defensa central, pero en todos los clubes por los que ha pasado ha alternado esa posición con la de mediocentro defensivo. «Yo prefiero jugar atrás, es donde más cómodo me siento».
El padre y el hermano mayor de Stefan Mitrovic, sus dos familiares más directos, también mantienen o han mantenido relación con el fútbol. Ambos viven en Belgrado. «Mi hermano es árbitro en la segunda división de Serbia. Empezó a jugar y firmó incluso un contrato profesional en la élite, pero tuvo una lesión grave que le obligó a retirarse. Mi padre también jugó un poco al fútbol, aunque nada especial».
Cada vez que puede, Stefan Mitrovic viaja a Belgrado, normalmente en coche. «Todos mis amigos y familiares están allí. Me siento muy a gusto en mi ciudad».
Con solo 23 años, Mitrovic tiene grandes metas profesionales. «Estoy muy contento en el Real Valladolid, pero aspiro a militar en clubes más grandes. Mi gran sueño, no obstante, pasa por llegar a la selección nacional de Serbia. Confío en que, si sigo jugando así, me llamen para próximos compromisos. Aquí estoy teniendo una gran oportunidad para demostrar mis condiciones. Esta es la mejor liga del mundo».
En Valladolid, Mitrovic cuenta con dos grandes soportes. Uno, dentro del vestuario. Otro, fuera de él. «Rukavina es mi mejor amigo aquí, aunque me llevo muy bien con todos los compañeros del equipo y les respeto mucho. Mi esposa, Cristina, es mi gran apoyo y una parte importantísima de mi vida».
Experto 'jugón' en la PlayStation («soy muy bueno al fútbol y al baloncesto... en la consola»), Stefan Mitrovic se siente feliz en la carretera. «Me encanta viajar junto a mi esposa. Siempre que tenemos tiempo, aprovechamos para conocer diferentes lugares. Vamos a un montón de ciudades. El último gran viaje fue en coche desde Serbia hasta Portugal. Paramos en Mónaco, Milán, Madrid, Barcelona... En verano nos gusta recorrer diferentes partes de Europa».
El largo viaje de Stefan Mitrovic no es solo profesional: el futbolista ya mira de reojo el calendario a la espera de disfrutar de nuevo de su ciudad natal. «Me gusta conducir y cuando vuelva a Belgrado lo haré también en coche y pararemos en otras ciudades». Eso será en verano, cuando finalice su periodo de cesión en Valladolid y vuelva a convertirse en jugador del Benfica. «Yo ahora tengo los pies en el suelo. Solo pienso en la permanencia», dice. Pero su carrera ya ha despegado.
Fuente: Arturo Posada.
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Mitrovic celebra la victoria del Real Valladolid ante el Barcelona el pasado sábado.
Stefan Mitrovic se pirra por el Estrella Roja. Desde muy pequeño, se identificó con el club más laureado de Serbia, formó parte de sus categorías inferiores y allí comenzó a adquirir los conceptos defensivos que hoy demuestra con la camiseta del Real Valladolid, donde se ha convertido en un futbolista destacadísimo tras aterrizar en el mercado invernal. «Soy un gran aficionado al Estrella Roja, uno de los mayores hinchas», dice mientras ríe abiertamente. En su Belgrado natal, Mitrovic se inspiró en Goran Bunjevcevic, un espigado defensa al que en su momento se apodó el 'Beckenbauer serbio'. «No es que tuviese muchos ídolos, quería crecer por mí mismo, pero había algunos jugadores del Estrella Roja, como Bunjevcevic, en los que me fijaba mucho. Goran también era un defensa central».
El espejo de Bunjevcevic le sirvió en una época particularmente difícil. Entre marzo y junio de 1999, la OTAN bombardeó Belgrado y otras ciudades de la antigua Yugoslavia como respuesta internacional a la limpieza étnica practicada en Kosovo por el gobierno de Slobodan Milosevic. A Mitrovic, que tenía entonces nueve años, no se le olvidan las explosiones en su ciudad. «Era un niño, pero recuerdo las bombas de América. Siempre hemos vivido cosas así en Serbia. Somos muy fuertes como país. Tengo muy malos recuerdos de aquella época, pero eso me ayudó a madurar muy rápidamente».
Después de su formación futbolística, Stefan Mitrovic (Belgrado, 1990) se vio obligado a emigrar para labrarse una carrera profesional en Europa. La primera parada llegó en el Petrzalka, en Bratislava, la capital de Eslovaquia, cuando contaba con 19 años. No resultó un buen año en lo personal. «En aquella época murió mi madre. Fue muy duro».
La República Checa, Serbia, Bélgica y Portugal fueron los saltos previos a su llegada al Real Valladolid, en calidad de cedido por el Benfica. «He tenido que pasar por diferentes países para alcanzar el momento actual. He trabajado mucho para ser futbolista profesional. Tuve que marcharme muy joven a otros países. Mi vida no ha sido fácil, pero siempre he pensado que el éxito llegaría. Soy muy fuerte mentalmente, de otra manera no estaría aquí. Me adapto a cualquier situación».
Mitrovic se desempeña como defensa central, pero en todos los clubes por los que ha pasado ha alternado esa posición con la de mediocentro defensivo. «Yo prefiero jugar atrás, es donde más cómodo me siento».
El padre y el hermano mayor de Stefan Mitrovic, sus dos familiares más directos, también mantienen o han mantenido relación con el fútbol. Ambos viven en Belgrado. «Mi hermano es árbitro en la segunda división de Serbia. Empezó a jugar y firmó incluso un contrato profesional en la élite, pero tuvo una lesión grave que le obligó a retirarse. Mi padre también jugó un poco al fútbol, aunque nada especial».
Cada vez que puede, Stefan Mitrovic viaja a Belgrado, normalmente en coche. «Todos mis amigos y familiares están allí. Me siento muy a gusto en mi ciudad».
Con solo 23 años, Mitrovic tiene grandes metas profesionales. «Estoy muy contento en el Real Valladolid, pero aspiro a militar en clubes más grandes. Mi gran sueño, no obstante, pasa por llegar a la selección nacional de Serbia. Confío en que, si sigo jugando así, me llamen para próximos compromisos. Aquí estoy teniendo una gran oportunidad para demostrar mis condiciones. Esta es la mejor liga del mundo».
En Valladolid, Mitrovic cuenta con dos grandes soportes. Uno, dentro del vestuario. Otro, fuera de él. «Rukavina es mi mejor amigo aquí, aunque me llevo muy bien con todos los compañeros del equipo y les respeto mucho. Mi esposa, Cristina, es mi gran apoyo y una parte importantísima de mi vida».
Experto 'jugón' en la PlayStation («soy muy bueno al fútbol y al baloncesto... en la consola»), Stefan Mitrovic se siente feliz en la carretera. «Me encanta viajar junto a mi esposa. Siempre que tenemos tiempo, aprovechamos para conocer diferentes lugares. Vamos a un montón de ciudades. El último gran viaje fue en coche desde Serbia hasta Portugal. Paramos en Mónaco, Milán, Madrid, Barcelona... En verano nos gusta recorrer diferentes partes de Europa».
El largo viaje de Stefan Mitrovic no es solo profesional: el futbolista ya mira de reojo el calendario a la espera de disfrutar de nuevo de su ciudad natal. «Me gusta conducir y cuando vuelva a Belgrado lo haré también en coche y pararemos en otras ciudades». Eso será en verano, cuando finalice su periodo de cesión en Valladolid y vuelva a convertirse en jugador del Benfica. «Yo ahora tengo los pies en el suelo. Solo pienso en la permanencia», dice. Pero su carrera ya ha despegado.
Fuente: Arturo Posada.
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Mitrovic celebra la victoria del Real Valladolid ante el Barcelona el pasado sábado.