titojose54
04/02/2014, 19:04
Gerad Piqué admite que tuvo «sus más y sus menos» con Pep Guardiola.
La afición se aleja del Camp Nou y los que acuden son más críticos de lo que le gusta a Dani Alves.
Todavía está pendiente de la aprobación de los socios en un referéndum (5 ó 6 de abril), pero el deseo del Barcelona es ampliar la capacidad del Camp Nou, entre otras cuestiones anunciadas este lunes, a 105.000 espectadores a cubierto, unos 7.000 más de los que caben ahora, la mayoría ahora a descubierto. El nuevo estadio costaría 400 millones, cifra que ascendería a 600 contando las obras de un Palau anexo de 12.000 espectadores.
El momento no puede ser más inoportuno. La afición del Barcelona no está respondiendo a los resultados del equipo, incluso a su buen juego en la mayor parte de la temporada. No hay manera de que el Camp Nou tenga las asistencias de las pasadas campañas y este 2014, especialmente, ha comenzado fatal en ese sentido. El escaso atractivo de algunos encuentros, el horario nocturno (22 horas en todos los de Copa, ya con las eliminatorias resueltas en la ida) y el clima podían servir de excusa. Pero el sábado se acabaron los argumentos. A las 16 horas, con el cielo nublado, pero sin frío, y ante un rival de entidad como el Valencia, 32.000 socios o seguidores prefirieron dedicar la tarde a otros asuntos. Y entre los 67.000 fieles, aunque la mayoría intentó animar tras cada gol del equipo levantino, se escucharon murmullos de reprobación tras algunos errores e incluso algunos silbidos con motivo de un par de despistes defensivos de Piqué e incluso para castigar unas pérdidas de balón de Messi.
Los más críticos fueron una minoría, sí, pero los ausentes ya se acercan más a la mayoría. Entre unas cosas y otras, Dani Alves, sin pelos en la lengua para hablar de los rivales, pero igual de sincero para analizar los problemas internos, hurgó en la herida y de sus palabras se puede generar un divorcio.
«Las cosas no te las regalan. Debe haber una conexión positiva y el runrún en la grada no ayuda. A veces parece que jugamos fuera de casa», comentó el lateral brasileño, unas duras palabras que ya han causado el debate. El Barcelona vuelve este miércoles a jugar en el Camp Nou, en este caso ante la Real Sociedad en la ida de la semifinal de la Copa del Rey. Se espera frío a las 22 horas, se intuye que se volverán a ver muchos asientos vacíos. Pero habrá que estar pendiente de los que acudan para ver si pasan factura a Alves por sus críticas. El que paga, manda.
Fuente: Cris Cubero.
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Lionel Messi, con cara de preocupación en el choque ante el Valencia.
La afición se aleja del Camp Nou y los que acuden son más críticos de lo que le gusta a Dani Alves.
Todavía está pendiente de la aprobación de los socios en un referéndum (5 ó 6 de abril), pero el deseo del Barcelona es ampliar la capacidad del Camp Nou, entre otras cuestiones anunciadas este lunes, a 105.000 espectadores a cubierto, unos 7.000 más de los que caben ahora, la mayoría ahora a descubierto. El nuevo estadio costaría 400 millones, cifra que ascendería a 600 contando las obras de un Palau anexo de 12.000 espectadores.
El momento no puede ser más inoportuno. La afición del Barcelona no está respondiendo a los resultados del equipo, incluso a su buen juego en la mayor parte de la temporada. No hay manera de que el Camp Nou tenga las asistencias de las pasadas campañas y este 2014, especialmente, ha comenzado fatal en ese sentido. El escaso atractivo de algunos encuentros, el horario nocturno (22 horas en todos los de Copa, ya con las eliminatorias resueltas en la ida) y el clima podían servir de excusa. Pero el sábado se acabaron los argumentos. A las 16 horas, con el cielo nublado, pero sin frío, y ante un rival de entidad como el Valencia, 32.000 socios o seguidores prefirieron dedicar la tarde a otros asuntos. Y entre los 67.000 fieles, aunque la mayoría intentó animar tras cada gol del equipo levantino, se escucharon murmullos de reprobación tras algunos errores e incluso algunos silbidos con motivo de un par de despistes defensivos de Piqué e incluso para castigar unas pérdidas de balón de Messi.
Los más críticos fueron una minoría, sí, pero los ausentes ya se acercan más a la mayoría. Entre unas cosas y otras, Dani Alves, sin pelos en la lengua para hablar de los rivales, pero igual de sincero para analizar los problemas internos, hurgó en la herida y de sus palabras se puede generar un divorcio.
«Las cosas no te las regalan. Debe haber una conexión positiva y el runrún en la grada no ayuda. A veces parece que jugamos fuera de casa», comentó el lateral brasileño, unas duras palabras que ya han causado el debate. El Barcelona vuelve este miércoles a jugar en el Camp Nou, en este caso ante la Real Sociedad en la ida de la semifinal de la Copa del Rey. Se espera frío a las 22 horas, se intuye que se volverán a ver muchos asientos vacíos. Pero habrá que estar pendiente de los que acudan para ver si pasan factura a Alves por sus críticas. El que paga, manda.
Fuente: Cris Cubero.
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Lionel Messi, con cara de preocupación en el choque ante el Valencia.