titojose54
05/06/2013, 17:49
Aitor Karanka se convirtió en el ayudante más famoso del mundo a fuerza de contentar los caprichos del portugués. También fue su ruina: parece sentenciado por el vestuario madridista
Aitor Karanka fue tan fiel a Mourinho, tan leal, que ha quedado unido a él para toda la vida. El ayudante menguó hasta convertirse en una simple herramienta del técnico luso. Sin alma. Sin personalidad. Un escudo, una careta, un muñeco. Así que, una vez se ha esfumado 'The special one', el vasco ha quedado huérfano. Así, en tres años, un hombre que había ganado tres Copas de Europa con el madrid se ha convertido en el ... (pon tu la palabra que más guste) de Mourinho.
Su futuro es un interrogante. Pesan las condiciones económicas. Karanka y el señor Pérez están unidos por las tres temporadas que el presidente, embobado por la personalidad desbordante de Mou, prorrogó su contrato. Hasta 2016. A 450.000 euros por año. Ninguna broma. El constructor, según ha deslizado en diferentes corros de influencia, considera que Karanka, claro, forma parte del lote que se lleva Mou consigo. Y que, como herramienta del técnico que es, o era, no tiene por qué soltar un euro por desprenderse de él.
Es el precio que está pagando Aitor Karanka (Vitoria, 1973) por significarse tanto por un hombre tan polémico como es el nuevo entrenador del Chelsea. Mourinho arrasó con todo antes de volar hacia Londres. Le echó un pulso a Iker Casillas, capitán y emblema blanco, que agrietó el vestuario del viejo chamartin. Nadie contempla que el ayudante siga en el banquillo. La plantilla, y en especial los pesos pesados, le han hecho la cruz. Karanka parece sentenciado.
Tampoco seguirá junto a Mourinho. Según 'The Sun', el luso le pidió que le acompañara en la Premier, pero Karanka prefirió liberarse de su enorme sombra. Ya había anunciado que quería volar solo. Lo hizo en una de las númerosas ruedas de prensa en las que ocupó el sitio del jefe. Una costumbre que enraizó con el tiempo. El primer año fue algo puntual. El segundo dejó de sorprender. Y el tercero era lo habitual. Por eso se convirtió en el segundo entrenador más famoso del mundo.
Esto propició, viciada ya la relación con la prensa, largas ausencias de Mourinho. Tras una muy prolongada no asomó ante los micrófonos en todo el mes de abril, el entrenador reapareció para hacer público el amor por su asistente. «Llegué aquí con una familia de cuatro. Ahora tenemos una de cinco: Karanka forma parte de ella», declaró.
Como al final de la pasada temporada, cuando el 'clan' luso de Mou le coreó en Valdebebas «Karanka es portugués». Era uno de los suyos. Ahora se ha quedado aislado, rodeado de tiburones. Aunque no conviene subestimarlo. Ya se rehizo cuando Hiddink lo apartó del Madrid. Regresó y ganó trofeos varios. O cuando Juup Heynckes el técnico de moda este curso, líder de un Bayern triunfal, el hombre que le elevó al primer equipo del Athletic junto a Julen Guerrero, pidió al madrid que pagara mil millones de las viejas pesetas por él. Entonces se le detectó un problema cardiaco, una miopericarditis, a la que también derrotó.
No es un hombre que se abandone. Su aspecto físico no es muy diferente al del Karanka futbolista. Mismo peso, mismo pelo. Al de aquel zagal de Vitoria que se fogueó en el Corazonistas y el Alavés y que se hizo hombre en Lezama. Debutó en Primera con el Athletic a finales de 1993. Hasta 182 veces rugió con los leones. En una primera etapa, que cerró en 1997 cuando se marchó a la capital, y en una segunda, ya con las tres Copas de Europa aunque solo jugó una final del club blanco, entre 2002 y 2006. Su epílogo llegó en Estados Unidos, en Colorado, donde ondearon las ikurriñas de la Euskal Etxea (la casa regional vasca) en su estreno en la MLS, la liga norteamericana.
Muchos de los que le conocimos con las botas calzadas, no lo reconocemos como instrumento de Mourinho. El vestuario, donde no abundan sus amigos, le llaman "Mari Carmen y sus muñecos", una burla parecida a la que le propinó Messi, quien, según denunció Callejón, le espetó: «Tú cállate, qué coño miras, muñeco de Mourinho».
Todo parece en su contra sin el cobijo del portugués. Muchos están convencidos de que cogerá su Porsche biplaza y saldrá pitando. Se rumoreó que acabaría en Mónaco. Pero no cuajó. Aunque siempre podrá pedir consejo a un madridista como Rafa Nadal, con quien cenó después de que ganara el Masters 1000 de Madrid.
Aitor te lo avisé pero seguistes a lo tuyo, ahora con tu pan te lo comas.
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Aitor Karanca.
Aitor Karanka fue tan fiel a Mourinho, tan leal, que ha quedado unido a él para toda la vida. El ayudante menguó hasta convertirse en una simple herramienta del técnico luso. Sin alma. Sin personalidad. Un escudo, una careta, un muñeco. Así que, una vez se ha esfumado 'The special one', el vasco ha quedado huérfano. Así, en tres años, un hombre que había ganado tres Copas de Europa con el madrid se ha convertido en el ... (pon tu la palabra que más guste) de Mourinho.
Su futuro es un interrogante. Pesan las condiciones económicas. Karanka y el señor Pérez están unidos por las tres temporadas que el presidente, embobado por la personalidad desbordante de Mou, prorrogó su contrato. Hasta 2016. A 450.000 euros por año. Ninguna broma. El constructor, según ha deslizado en diferentes corros de influencia, considera que Karanka, claro, forma parte del lote que se lleva Mou consigo. Y que, como herramienta del técnico que es, o era, no tiene por qué soltar un euro por desprenderse de él.
Es el precio que está pagando Aitor Karanka (Vitoria, 1973) por significarse tanto por un hombre tan polémico como es el nuevo entrenador del Chelsea. Mourinho arrasó con todo antes de volar hacia Londres. Le echó un pulso a Iker Casillas, capitán y emblema blanco, que agrietó el vestuario del viejo chamartin. Nadie contempla que el ayudante siga en el banquillo. La plantilla, y en especial los pesos pesados, le han hecho la cruz. Karanka parece sentenciado.
Tampoco seguirá junto a Mourinho. Según 'The Sun', el luso le pidió que le acompañara en la Premier, pero Karanka prefirió liberarse de su enorme sombra. Ya había anunciado que quería volar solo. Lo hizo en una de las númerosas ruedas de prensa en las que ocupó el sitio del jefe. Una costumbre que enraizó con el tiempo. El primer año fue algo puntual. El segundo dejó de sorprender. Y el tercero era lo habitual. Por eso se convirtió en el segundo entrenador más famoso del mundo.
Esto propició, viciada ya la relación con la prensa, largas ausencias de Mourinho. Tras una muy prolongada no asomó ante los micrófonos en todo el mes de abril, el entrenador reapareció para hacer público el amor por su asistente. «Llegué aquí con una familia de cuatro. Ahora tenemos una de cinco: Karanka forma parte de ella», declaró.
Como al final de la pasada temporada, cuando el 'clan' luso de Mou le coreó en Valdebebas «Karanka es portugués». Era uno de los suyos. Ahora se ha quedado aislado, rodeado de tiburones. Aunque no conviene subestimarlo. Ya se rehizo cuando Hiddink lo apartó del Madrid. Regresó y ganó trofeos varios. O cuando Juup Heynckes el técnico de moda este curso, líder de un Bayern triunfal, el hombre que le elevó al primer equipo del Athletic junto a Julen Guerrero, pidió al madrid que pagara mil millones de las viejas pesetas por él. Entonces se le detectó un problema cardiaco, una miopericarditis, a la que también derrotó.
No es un hombre que se abandone. Su aspecto físico no es muy diferente al del Karanka futbolista. Mismo peso, mismo pelo. Al de aquel zagal de Vitoria que se fogueó en el Corazonistas y el Alavés y que se hizo hombre en Lezama. Debutó en Primera con el Athletic a finales de 1993. Hasta 182 veces rugió con los leones. En una primera etapa, que cerró en 1997 cuando se marchó a la capital, y en una segunda, ya con las tres Copas de Europa aunque solo jugó una final del club blanco, entre 2002 y 2006. Su epílogo llegó en Estados Unidos, en Colorado, donde ondearon las ikurriñas de la Euskal Etxea (la casa regional vasca) en su estreno en la MLS, la liga norteamericana.
Muchos de los que le conocimos con las botas calzadas, no lo reconocemos como instrumento de Mourinho. El vestuario, donde no abundan sus amigos, le llaman "Mari Carmen y sus muñecos", una burla parecida a la que le propinó Messi, quien, según denunció Callejón, le espetó: «Tú cállate, qué coño miras, muñeco de Mourinho».
Todo parece en su contra sin el cobijo del portugués. Muchos están convencidos de que cogerá su Porsche biplaza y saldrá pitando. Se rumoreó que acabaría en Mónaco. Pero no cuajó. Aunque siempre podrá pedir consejo a un madridista como Rafa Nadal, con quien cenó después de que ganara el Masters 1000 de Madrid.
Aitor te lo avisé pero seguistes a lo tuyo, ahora con tu pan te lo comas.
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Aitor Karanca.