titojose54
05/11/2012, 20:27
El alemán marca con una vaselina desde fuera del área y da la victoria al Real Valladolid en Pamplona.
Un relámpago de Patrick Ebert sacudió la modorra de un choque con poco fútbol, dio la victoria al Real Valladolid en el Reyno de Navarra (0-1) y agravó la crisis del colista Osasuna, con su técnico, José Luis Mendilibar, asomándose a la destitución. Todo se aceleró en unos huracanados 15 minutos finales. El central osasunista Rubén fue expulsado, Dani Hernández sacó un guante providencial ante un cabezazo de Kike Sola y Óscar, Omar y Ebert trenzaron la jugada definitiva. El alemán, estrenada ya su condición de goleador, definió con una preciosa vaselina desde fuera del área. La victoria blanquivioleta maquilló un partido donde los dos equipos mostraron un nivel muy bajo, pero refuerza (al menos por la vía del resultado) al cuadro de Djukic.
Agobiado por su condición de colista, Osasuna anunció presión intensa y cuchillo entre los dientes. Pero el ideario previsto por José Luis Mendilibar empezó pronto a descoserse... sin que el Real Valladolid se aprovechase del miedo reinante en Pamplona. La irrupción de Ebert en el minuto tres, aprovechando el hueco dejado por Nano en la banda izquierda, anunció tormenta blanquivioleta, pero se quedó en un fogonazo inicial que tardaría en repetirse. El extremo alemán se entretuvo unas décimas y Andrés Fernández blocó la pelota. No se vio mucho más al portero Osasunista en una primera mitad.
El equipo de Djukic decidió saltarse la presión adelantada de Osasuna con envíos a Manucho. El plan B se instaló hace algunas jornadas y empieza a desnaturalizar el juego del Pucela. Osasuna trató de morder, con algunos excesos como la obstrucción de Rubén a Ebert, que condicionó al central con una amarilla y acabaría revelándose como una acción decisiva. Si el Real Valladolid no aparecía en ataque, las llegadas al área del conjunto local morían abortadas por la línea defensiva blanquivioleta. Armenteros probó suerte con un córner directo que sacó Dani.
En el medio del campo se multiplicaron las imprecisiones. Ni Puñal ni Raul Loé tuvieron el mando para Osasuna y tampoco Neira y Víctor Pérez, fallones y con poca presencia.Victor Pérez se equivocó al zancadillear a Sisi cuando el extremo rojillo se disponía a ejecutar un tiro lejano y se llevó la amonestación.
A Djukic se le complicaron las cosas cuando se lesionó Valiente. El central había pasado los últimos días entre algodones y se lesiono de nuevo. Apareció entonces Sereno, discutido tras sus últimas actuaciones, para recomponer la zaga junto a Rueda, de vuelta a la titularidad. Pero tampoco fue el día del portugués, que igualmente tuvo que marcharse lesionado en la segunda parte.
Mientras Ebert, Óscar y Omar se encontraban desabastecidos, Manucho buscaba los balones aéreos y plantar la primera línea de presión, pero el Real Valladolid se desdibujó también en el capítulo de la intensidad. En una primera parte sin fútbol de calidad por ningún lado, solo la aparición de Armenteros, Cejudo y Sisi en una jugada puntual creó algo de tensión en la última línea del Real Valladolid.
Con el fútbol evaporándose por momentos, Djukic tocó una tecla que mejoró la interpretación del equipo. Neira, con una amarilla, se fue al banquillo y entró Lluís Sastre. El Real Valladolid se solidificó y permitió más consistencia en la medular. El choque apuntaba al empate sin goles y una nueva desgracia se abatió sobre la zaga visitante. Sereno, que arrastraba molestias en un hombro desde la primera parte, tuvo que retirarse lesionado. Carlos González Peña apareció como segundo remiendo.
Osasuna supo que tenía que jugarse el todo por el todo. Kike Sola se internó en el área sin que los defensas del Real Valladolid le echaran el lazo, pero se quedó sin ángulo y remató fuera. Entonces llegó la expulsión de Rubén, en la que Ebert desempeñó un papel fundamental. El empuje del alemán causó la primera amonestación del exmadridista en una obstrucción de libro. La segunda cartulina resultó idéntica.
Con diez, Osasuna mantuvo el empuje, pero entonces se agrandó la figura de Dani Hernández, que hasta el momento se había mostrado titubeante, especialmente en los saques de esquina. Kike Sola le probó en dos ocasiones. El guardameta blanquivioleta supo anticiparse a un balón interior y, sobre todo, estirar el guante en un cabezazo que mostraba todos los visos para acabar en gol. A partir de ahí, el Real Valladolid encontró una vía para la victoria. La clarividencia de Óscar halló a Omar en la banda. Por el otro costado, galopaba el tren rápido alemán. Con la defensa de Osasuna desguarnecida, a Ebert le bastó dibujar una vaselina perfecta desde fuera del área para batir a Andrés Fernández, dar la victoria al Real Valladolid y condenar a José Luis Mendilibar, al que la soga del despido le aprieta cada vez más en Pamplona. El fútbol no entiende de sentimentalismos.:gol:
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Manucho recibe un balón durante el partido.
Un relámpago de Patrick Ebert sacudió la modorra de un choque con poco fútbol, dio la victoria al Real Valladolid en el Reyno de Navarra (0-1) y agravó la crisis del colista Osasuna, con su técnico, José Luis Mendilibar, asomándose a la destitución. Todo se aceleró en unos huracanados 15 minutos finales. El central osasunista Rubén fue expulsado, Dani Hernández sacó un guante providencial ante un cabezazo de Kike Sola y Óscar, Omar y Ebert trenzaron la jugada definitiva. El alemán, estrenada ya su condición de goleador, definió con una preciosa vaselina desde fuera del área. La victoria blanquivioleta maquilló un partido donde los dos equipos mostraron un nivel muy bajo, pero refuerza (al menos por la vía del resultado) al cuadro de Djukic.
Agobiado por su condición de colista, Osasuna anunció presión intensa y cuchillo entre los dientes. Pero el ideario previsto por José Luis Mendilibar empezó pronto a descoserse... sin que el Real Valladolid se aprovechase del miedo reinante en Pamplona. La irrupción de Ebert en el minuto tres, aprovechando el hueco dejado por Nano en la banda izquierda, anunció tormenta blanquivioleta, pero se quedó en un fogonazo inicial que tardaría en repetirse. El extremo alemán se entretuvo unas décimas y Andrés Fernández blocó la pelota. No se vio mucho más al portero Osasunista en una primera mitad.
El equipo de Djukic decidió saltarse la presión adelantada de Osasuna con envíos a Manucho. El plan B se instaló hace algunas jornadas y empieza a desnaturalizar el juego del Pucela. Osasuna trató de morder, con algunos excesos como la obstrucción de Rubén a Ebert, que condicionó al central con una amarilla y acabaría revelándose como una acción decisiva. Si el Real Valladolid no aparecía en ataque, las llegadas al área del conjunto local morían abortadas por la línea defensiva blanquivioleta. Armenteros probó suerte con un córner directo que sacó Dani.
En el medio del campo se multiplicaron las imprecisiones. Ni Puñal ni Raul Loé tuvieron el mando para Osasuna y tampoco Neira y Víctor Pérez, fallones y con poca presencia.Victor Pérez se equivocó al zancadillear a Sisi cuando el extremo rojillo se disponía a ejecutar un tiro lejano y se llevó la amonestación.
A Djukic se le complicaron las cosas cuando se lesionó Valiente. El central había pasado los últimos días entre algodones y se lesiono de nuevo. Apareció entonces Sereno, discutido tras sus últimas actuaciones, para recomponer la zaga junto a Rueda, de vuelta a la titularidad. Pero tampoco fue el día del portugués, que igualmente tuvo que marcharse lesionado en la segunda parte.
Mientras Ebert, Óscar y Omar se encontraban desabastecidos, Manucho buscaba los balones aéreos y plantar la primera línea de presión, pero el Real Valladolid se desdibujó también en el capítulo de la intensidad. En una primera parte sin fútbol de calidad por ningún lado, solo la aparición de Armenteros, Cejudo y Sisi en una jugada puntual creó algo de tensión en la última línea del Real Valladolid.
Con el fútbol evaporándose por momentos, Djukic tocó una tecla que mejoró la interpretación del equipo. Neira, con una amarilla, se fue al banquillo y entró Lluís Sastre. El Real Valladolid se solidificó y permitió más consistencia en la medular. El choque apuntaba al empate sin goles y una nueva desgracia se abatió sobre la zaga visitante. Sereno, que arrastraba molestias en un hombro desde la primera parte, tuvo que retirarse lesionado. Carlos González Peña apareció como segundo remiendo.
Osasuna supo que tenía que jugarse el todo por el todo. Kike Sola se internó en el área sin que los defensas del Real Valladolid le echaran el lazo, pero se quedó sin ángulo y remató fuera. Entonces llegó la expulsión de Rubén, en la que Ebert desempeñó un papel fundamental. El empuje del alemán causó la primera amonestación del exmadridista en una obstrucción de libro. La segunda cartulina resultó idéntica.
Con diez, Osasuna mantuvo el empuje, pero entonces se agrandó la figura de Dani Hernández, que hasta el momento se había mostrado titubeante, especialmente en los saques de esquina. Kike Sola le probó en dos ocasiones. El guardameta blanquivioleta supo anticiparse a un balón interior y, sobre todo, estirar el guante en un cabezazo que mostraba todos los visos para acabar en gol. A partir de ahí, el Real Valladolid encontró una vía para la victoria. La clarividencia de Óscar halló a Omar en la banda. Por el otro costado, galopaba el tren rápido alemán. Con la defensa de Osasuna desguarnecida, a Ebert le bastó dibujar una vaselina perfecta desde fuera del área para batir a Andrés Fernández, dar la victoria al Real Valladolid y condenar a José Luis Mendilibar, al que la soga del despido le aprieta cada vez más en Pamplona. El fútbol no entiende de sentimentalismos.:gol:
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Manucho recibe un balón durante el partido.