Charismatic Enigma
09/06/2012, 23:43
El Castilla es el mejor equipo de Segunda B. Al menos, ese honorífico título consiguió tras vencer con comodidad en Anduva al Mirandés y hacer valer el 3-0 conseguido en la ida en el Alfredo Di Stéfano. El filial madridista se adelantó por medio de un ajustado disparo de Morata, improvisado mediapunta ante la ausencia de Jesé, a los tres minutos y pronto encontró la tranquilidad. Desde entonces, el Castilla se dedicó a aguantar los infinitos envites del Mirandés y a fundirlo a base de vertiginosas contras. Por ahí llegó también el segundo tanto, éste al borde del descanso. Tras una espectacular galopada de la bala Juanfran y un buen pase de Carvajal, Joselu sumó otro gol más este año. El '9' blanco, que cerró la cuenta con un penalti, está en la órbita de algunos grandes de Europa y sus cifras sólo crecen en cada choque que juega.
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El Castilla demostró la madurez que ha exhibido todo el año. El conjunto de Alberto Toril, que consiguió cuatro puntos menos que el Mirandés durante la fase regular del campeonato, desplegó durante todo el choque los tremendos recursos de que dispone un grupo que peleará en la categoría de plata del fútbol español el año que viene. No dominó el balón como en otras ocasiones, ni siquiera dejó patente una superioridad en el juego tan abrumadora como la que indica el resultado, pero si que controló la situación con sorprendente sencillez. Con Nacho, duramente castigado por la grada de Miranda de Ebro, como estandarte defensivo y un inmenso Tomás Mejías bajo palos, el Castilla se agazapó y preparó, sin ataduras en las alas, la muerte de su rival desde su propio campo. Las increíbles contras que montaron los madridistas dejaron en evidencia a un equipo que tan sólo había perdido un partido en el pequeño fuerte de Anduva en toda la temporada.
La primera, en el minuto tres, permitió a Morata lucir eficacia goleadora. Denis recogió un balón de Casado, abrió el campo por la banda izquierda y cuando llegó al área rival, encontró al '10' en la frontal. Morata se revolvió y soltó un derechazo ajustado al poste derecho de Nauzet. Varios intentos después, Joselu empujó un balón tras otra explosiva contra, esta vez diseñada por la banda derecha.
Por su parte, el Mirandés, protagonista de una de las historias de la temporada con su excelente periplo por la Copa del Rey, demostró que es un equipo con muchas ganas de agradar a su público, con una estructura potente que le permite jugar con un apasionante descaro. Su mejor fútbol, el que le llevó a eliminar a varios equipos de Primera en la Copa, hizo que el Castilla resoplara en más de una ocasión. Apoyado en una de las figuras de la temporada, Pablo Infante, el Mirandés disfrutó de tres situaciones clarísimas de gol cuando el marcador lucía el 0-1. La sobresaliente reacción de Tomás Mejías hizo que batirle se adivinase imposible.
El Mirandés siguió al acecho, pero el Castilla se sentía más seguro e infranqueable a cada minuto que pasaba. El buen concurso defensivo de los de Toril desesperó a los locales y permitió el despliegue de sus jugadores. Así llegó el último tanto, conseguido de penalti por Joselu, pichichi de Segunda B con 26 tantos. El joven delantero arrancó en posición legal, encaró a Nauzet y le sacó el penalti y la expulsión. Joselu no desaprovechó la ocasión y anotó la pena.
De esta forma, el Castilla, pendiente de mantener el buen bloque formado por Toril, sube a Segunda después de haber aplastado a sus rivales por el ascenso y el título. En cuatro choques ante dos campeones de grupo (Cádiz, 8-1, y Mirandés, 6-0), el filial blanco ha marcado 14 goles por tan sólo un balón recogido de su propia portería. Una temible presentación para el asalto a Segunda División cinco años después de perder la categoría.
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El Castilla demostró la madurez que ha exhibido todo el año. El conjunto de Alberto Toril, que consiguió cuatro puntos menos que el Mirandés durante la fase regular del campeonato, desplegó durante todo el choque los tremendos recursos de que dispone un grupo que peleará en la categoría de plata del fútbol español el año que viene. No dominó el balón como en otras ocasiones, ni siquiera dejó patente una superioridad en el juego tan abrumadora como la que indica el resultado, pero si que controló la situación con sorprendente sencillez. Con Nacho, duramente castigado por la grada de Miranda de Ebro, como estandarte defensivo y un inmenso Tomás Mejías bajo palos, el Castilla se agazapó y preparó, sin ataduras en las alas, la muerte de su rival desde su propio campo. Las increíbles contras que montaron los madridistas dejaron en evidencia a un equipo que tan sólo había perdido un partido en el pequeño fuerte de Anduva en toda la temporada.
La primera, en el minuto tres, permitió a Morata lucir eficacia goleadora. Denis recogió un balón de Casado, abrió el campo por la banda izquierda y cuando llegó al área rival, encontró al '10' en la frontal. Morata se revolvió y soltó un derechazo ajustado al poste derecho de Nauzet. Varios intentos después, Joselu empujó un balón tras otra explosiva contra, esta vez diseñada por la banda derecha.
Por su parte, el Mirandés, protagonista de una de las historias de la temporada con su excelente periplo por la Copa del Rey, demostró que es un equipo con muchas ganas de agradar a su público, con una estructura potente que le permite jugar con un apasionante descaro. Su mejor fútbol, el que le llevó a eliminar a varios equipos de Primera en la Copa, hizo que el Castilla resoplara en más de una ocasión. Apoyado en una de las figuras de la temporada, Pablo Infante, el Mirandés disfrutó de tres situaciones clarísimas de gol cuando el marcador lucía el 0-1. La sobresaliente reacción de Tomás Mejías hizo que batirle se adivinase imposible.
El Mirandés siguió al acecho, pero el Castilla se sentía más seguro e infranqueable a cada minuto que pasaba. El buen concurso defensivo de los de Toril desesperó a los locales y permitió el despliegue de sus jugadores. Así llegó el último tanto, conseguido de penalti por Joselu, pichichi de Segunda B con 26 tantos. El joven delantero arrancó en posición legal, encaró a Nauzet y le sacó el penalti y la expulsión. Joselu no desaprovechó la ocasión y anotó la pena.
De esta forma, el Castilla, pendiente de mantener el buen bloque formado por Toril, sube a Segunda después de haber aplastado a sus rivales por el ascenso y el título. En cuatro choques ante dos campeones de grupo (Cádiz, 8-1, y Mirandés, 6-0), el filial blanco ha marcado 14 goles por tan sólo un balón recogido de su propia portería. Una temible presentación para el asalto a Segunda División cinco años después de perder la categoría.