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Ver versión completa : El Barça despierta a todos sus fantasmas



HalaMadrid
25/04/2012, 01:48
No se puede hablar de fin de ciclo blaugrana pero si de epílogo en varios de sus hombres claves y en su manera de jugar, desactivada por Madrid y Chelsea en estos tres últimos encuentros.
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En cuatro días, y en el Camp Nou, el Barcelona ha dilapidado sus cuatro temporadas de esplendor, psicológicamente hablando. Guardiola ha diseñado uno de los mejores y más laureados equipos de todos los tiempos pero tras la derrota ante el Real Madrid y la eliminación ante el Chelsea los fantasmas de años y años de sequía y de derrotas de los culés han vuelto a despertarse. Este sentimiento de impotencia que se había enterrado a base de títulos y buen juego ha vuelto a aparecer después de chocar contra el muro del Chelsea.

Perder la liga ante el orden defensivo y la creatividad del Madrid fue un duro golpe pero caer en Champions ante el cerrojazo del Chelsea ha sido un mazazo de proporciones descomunales. Y más tras remontar el encuentro en la primera mitad y ver como Terry se autoexpulsaba con una acción tan censurable como estúpida. Sin embargo, la suerte, aunque luego explicaremos este extremo, no ha querido que el caudal de pases de los blaugranas haya roto el dique de los Blues, que han conseguido en el epílogo de ambas partes los dos goles que les han dado el pase a Münich. Ramires y Torres, que era tan improbable que marcara al Barça como que el Chelsea eliminara al conjunto culé, han castigado a un Barcelona que incomprensiblemente no ha podido batir ni a Cech ni a un conjunto inglés que ha asumido su inferioridad y a planteado un encuentro defensivo perfecto.

Aún así, la culpa de la eliminación en la Copa de Europa y de la derrota en la Liga no es toda de la suerte. El azar juega un papel fundamental en el fútbol pero hay otras razones que han impedido al Barcelona ser el conjunto brillante y goleador que ha acostumbrado a ser en las últimas campañas.

El Barça continúa teniendo el monopolio del esférico. Es dueño absoluto del balón y lo mueve de un lado a otro del campo sin que el rival pueda discutirle la posesión. Un baile con el cuero, que vuela de una a bota a otra de los jugadores de Guardiola, que ahora no tiene la transcendencia que tenía hace algunos meses. No hay fluidez, ni precisión ni rapidez en muchas ocasiones lo que convierte el juego del Barcelona en monótono, previsible y más fácil de defender para equipos con rigor defensivo y capacidad de sacrificio como el Chelsea o el Real Madrid. La sensación de peligro es mayor que las ocasiones de gol que no tienen la claridad y la abundancia que tenían hace algunas semanas. La manera de jugar es inegociable e imposible de variar lo bloquea a los blaugranas cuando es necesario cambiar el registro para superar a duras y férreas defensas.


La razón de esta pérdida de frescura en el pase y en el toque radica en el mal momento físico de Xavi y en el fracaso de la táctica de Guardiola que, en los últimos partidos, ha intentado abrir el campo con jugadores con tendencia a cerrarse y a buscar el pase interior. Solamente Tello y Cuenca han conseguido abrir el juego y han obligado a bascular a las defensas de los Blues y los madridistas. Sin disparos directos y sin posibilidad de aprovechar los centros laterales por la falta de centímetros en sus futbolistas el juego blaugrana ha entrado en un embudo por el centro del área del que no ha conseguido salir casi ninguna oportunidad de gol.

El otro síntoma de pérdida de competitividad es el estado de forma de Leo Messi. El argentino está acusando no haber realizado una buena pretemporada y llevar jugados más minutos que ningún otro jugador culé. Ni anímicamente ni físicamente se encuentra en plenitud el 10 argentino que ha estado desaparecido en estos tres encuentros claves. Ni ha conseguido marcar ni regatear a los defensas que le han bloqueado y encima ha fallado el penalti que podía haber abierto las puertas de la final y de la recuperación anímica a su conjunto. Las lágrimas y la desolación tras el gol de Torres son el reflejo de la derrota de Messi, que se ha visto perdido y sin chispa cuando más necesario era para el Barça.


No creo que estas dos derrotas supongan un fin de ciclo después de conseguir trece títulos de dieciséis posibles. El Barcelona ha perdido la Liga con un equipazo que ha marcado más goles que nunca y ha caído en Champions League ante un conjunto serio defensivamente, pero inferior en lo futbolístico, que ha conseguido con los saques de puerta precisos de Cech y la inspiración y la calidad de Drogba marcar más goles que ocasiones que ha disfrutado. No es un final de época pero si el epílogo de una escuadra a la que solo le queda la Copa del Rey y en la que algunos de sus jugadores, como Puyol o Xavi, han dado lo mejor de sí. Un equipo que ha caído por la presión de sus éxitos pasados y las dudas de Guardiola, que ni siquiera ha sabido resolver su continuidad, al frente de una máquina perfecta que se ha atascado en el momento clave de la temporada. Una derrota ante el Madrid y una eliminación ante el Chelsea que han despertado a todos los fantasmas que los aficionados culés creían enterrados para siempre.

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