Pep_Guardiola
02/04/2012, 10:08
El Real Madrid salió con una sonrisa de oreja a oreja del Reyno de Navarra. Tanto que Florentino Pérez no esperó ni un segundo en bajar al vestuario. De hecho, todavía se estaban saludando los jugadores en el túnel cuando el presidente se coló en la caseta para celebrar una victoria clave en el asalto a la Liga. Como siempre, saludó uno a uno, a algunos con más cariño que a otros, pero feliz. Al líder le salen las cuentas.
La visita al viejo Sadar era una de las cuatro marcadas en rojo en el calendario madridista de lo que queda de Liga. Los blancos la solventaron con tal superioridad que la confianza se ha recuperado al máximo. La calculadora dice que el Madrid tiene que lograr 19 de los 24 puntos que quedan en juego. Es decir, podría perder un partido y empatar otro, teniendo en cuenta que el Barça lo gane todo.
Al Madrid le queda por medirse a Valencia, Sporting, Sevilla y Mallorca en casa y visitar a Atlético, Barça, Athletic y Granada. Cuatro en casa y cuatro fuera. En el escenario de que el Madrid, por ejemplo, empate en el Camp Nou, a los madridistas les valdría con sumar 16 puntos en el resto de las siete jornadas. Es decir, ganando los cuatro de casa, uno fuera y empatando otro fuera, habría alirón.
El Barça, por su parte, tiene el siguiente calendario: La Romareda, visita del Getafe, Ciudad de Valencia, Clásico en casa, Vallecas, La Rosaleda, derbi contra el Espanyol en el Camp Nou y Benito Villamarín en la última jornada.
Sin miedo a encerronas
Si algo ha demostrado este Madrid de Mourinho es que no se arruga por muy hostil que sea el estadio que visita. El año pasado, ganó en casi todos los estadios donde un madridista nunca es bien recibido, como en San Mamés, Mestalla, Sánchez Pizjuán y El Molinón. Sólo cayó en el Camp Nou... y en Pamplona, donde este sábado dio un puñetazo sobre el tapete.
Y esta temporada está manteniendo la tendencia. Ha salido victorioso ya de sus visitas a Valencia, Sevilla, Osasuna y Gijón. De ahí que en el vestuario para nada se teman las salidas que restan hasta el final, visto el rendimiento ofrecido en circunstancias de hostilidad similar. A mayor ambiente en contra, más respuesta del equipo.
El mensaje del vestuario, sin embargo, no cambia. "Quedan ocho partidos y sabemos que tenemos que ganar porque el Barcelona está cerca de nosotros", señaló el sábado Cristiano. Xabi le secundó: "Cada punto es vital pero dependemos de nosotros mismos. Todavía quedan muchos puntos y tenemos que seguir jugando así". Si lo logran, las cuentas están claras.
La visita al viejo Sadar era una de las cuatro marcadas en rojo en el calendario madridista de lo que queda de Liga. Los blancos la solventaron con tal superioridad que la confianza se ha recuperado al máximo. La calculadora dice que el Madrid tiene que lograr 19 de los 24 puntos que quedan en juego. Es decir, podría perder un partido y empatar otro, teniendo en cuenta que el Barça lo gane todo.
Al Madrid le queda por medirse a Valencia, Sporting, Sevilla y Mallorca en casa y visitar a Atlético, Barça, Athletic y Granada. Cuatro en casa y cuatro fuera. En el escenario de que el Madrid, por ejemplo, empate en el Camp Nou, a los madridistas les valdría con sumar 16 puntos en el resto de las siete jornadas. Es decir, ganando los cuatro de casa, uno fuera y empatando otro fuera, habría alirón.
El Barça, por su parte, tiene el siguiente calendario: La Romareda, visita del Getafe, Ciudad de Valencia, Clásico en casa, Vallecas, La Rosaleda, derbi contra el Espanyol en el Camp Nou y Benito Villamarín en la última jornada.
Sin miedo a encerronas
Si algo ha demostrado este Madrid de Mourinho es que no se arruga por muy hostil que sea el estadio que visita. El año pasado, ganó en casi todos los estadios donde un madridista nunca es bien recibido, como en San Mamés, Mestalla, Sánchez Pizjuán y El Molinón. Sólo cayó en el Camp Nou... y en Pamplona, donde este sábado dio un puñetazo sobre el tapete.
Y esta temporada está manteniendo la tendencia. Ha salido victorioso ya de sus visitas a Valencia, Sevilla, Osasuna y Gijón. De ahí que en el vestuario para nada se teman las salidas que restan hasta el final, visto el rendimiento ofrecido en circunstancias de hostilidad similar. A mayor ambiente en contra, más respuesta del equipo.
El mensaje del vestuario, sin embargo, no cambia. "Quedan ocho partidos y sabemos que tenemos que ganar porque el Barcelona está cerca de nosotros", señaló el sábado Cristiano. Xabi le secundó: "Cada punto es vital pero dependemos de nosotros mismos. Todavía quedan muchos puntos y tenemos que seguir jugando así". Si lo logran, las cuentas están claras.