kengo
25/05/2011, 16:27
Raúl Tamudo y Diego Rivas no seguirán en la Real. El club comunicó ayer a ambos futbolistas que no les presentará oferta de renovación y, por lo tanto, su vinculación contractual con la entidad finalizará el próximo 30 de junio.
Tamudo y Rivas son dos de los veteranos de la plantilla y se han convertido en ídolos de Anoeta. El goleador catalán llegó a Zubieta el pasado verano procedente del Espanyol, donde militó catorce campaña y marcó 129 goles. Venía libre y firmó por un año. Aquí ha recuperado la ilusión por el fútbol tras una campaña complicada en el equipo de su vida y su cotización se ha revalorizado después de disputar 31 encuentros y marcar siete goles.
El sábado defendió por última vez la camiseta txuri urdin y pudo despedirse de la afición que le ha acogido con cariño y admiración. Los goles de Tamudo han servido a la Real para sumar victorias importantes contra Almería, Osasuna y Mallorca, nueve puntos que permitieron al once de Martín Lasarte dar un paso casi definitivo hacia la permanencia, aunque después se complicó el objetivo y hubo que pelear hasta el final.
Tamudo vino como complemento de garantía para reforzar la línea de ataque mientras Diego Ifrán se recuperaba de su lesión de rodilla. Con el sistema de un único punta de Lasarte y la presencia de Joseba Llorente en la plantilla, al de Santa Coloma le tocó esperar su oportunidad en el banquillo y cuando salió al césped cumplió con creces. Ahora que el uruguayo está plenamente disponible y con Agirretxe y Viguera también en nómina, la continuidad de Tamudo no se considera necesaria.
El camino recorrido por Diego Rivas es diferente. El manchego fue el fichaje estrella de la temporada 2006/07 y la Real pagó al Getafe los tres millones de euros de su cláusula de rescisión. Era una apuesta del entonces director deportivo, José Mari Bakero, para dotar al centro del campo del equilibrio y la experiencia que Rivas podía aportar.
Su primera temporada concluyó con el equipo en Segunda División y los rectores del club perdieron la confianza en sus aptitudes. Su elevada ficha obligaba a buscarle acomodo y se marchó cedido al Cádiz, de Segunda División, con el que también perdió la categoría.
A su regreso a la disciplina de Zubieta, Rivas se propuso volver a ser útil para el equipo y bajo la tutela de Lillo, primero, y Lasarte, después, se erigió en imprescindible en el doble pivote. Fue uno de los artífices del ascenso y esta temporada ha contribuido a que el aterrizaje de la joven Real en la máxima categoría fuera suave.
Su deseo, como el de Tamudo, era continuar, pero el club ha entendido que esa posición está bien cubierta por la cantera y renovarle supondría un frenazo a la evolución de los Markel, Elustondo, Illarramendi y compañía.
---------------------------------------------------------------------
Lo de Diego Rivas es comprensible, pero, ¿lo de Tamudo? Estaba convencido de que seguiría una temporada más, su rendimiento como recambio del ataque fue inmejorable. Sería un delantero ideal para el Sporting, aunque seguro que cobra mucho.
Tamudo y Rivas son dos de los veteranos de la plantilla y se han convertido en ídolos de Anoeta. El goleador catalán llegó a Zubieta el pasado verano procedente del Espanyol, donde militó catorce campaña y marcó 129 goles. Venía libre y firmó por un año. Aquí ha recuperado la ilusión por el fútbol tras una campaña complicada en el equipo de su vida y su cotización se ha revalorizado después de disputar 31 encuentros y marcar siete goles.
El sábado defendió por última vez la camiseta txuri urdin y pudo despedirse de la afición que le ha acogido con cariño y admiración. Los goles de Tamudo han servido a la Real para sumar victorias importantes contra Almería, Osasuna y Mallorca, nueve puntos que permitieron al once de Martín Lasarte dar un paso casi definitivo hacia la permanencia, aunque después se complicó el objetivo y hubo que pelear hasta el final.
Tamudo vino como complemento de garantía para reforzar la línea de ataque mientras Diego Ifrán se recuperaba de su lesión de rodilla. Con el sistema de un único punta de Lasarte y la presencia de Joseba Llorente en la plantilla, al de Santa Coloma le tocó esperar su oportunidad en el banquillo y cuando salió al césped cumplió con creces. Ahora que el uruguayo está plenamente disponible y con Agirretxe y Viguera también en nómina, la continuidad de Tamudo no se considera necesaria.
El camino recorrido por Diego Rivas es diferente. El manchego fue el fichaje estrella de la temporada 2006/07 y la Real pagó al Getafe los tres millones de euros de su cláusula de rescisión. Era una apuesta del entonces director deportivo, José Mari Bakero, para dotar al centro del campo del equilibrio y la experiencia que Rivas podía aportar.
Su primera temporada concluyó con el equipo en Segunda División y los rectores del club perdieron la confianza en sus aptitudes. Su elevada ficha obligaba a buscarle acomodo y se marchó cedido al Cádiz, de Segunda División, con el que también perdió la categoría.
A su regreso a la disciplina de Zubieta, Rivas se propuso volver a ser útil para el equipo y bajo la tutela de Lillo, primero, y Lasarte, después, se erigió en imprescindible en el doble pivote. Fue uno de los artífices del ascenso y esta temporada ha contribuido a que el aterrizaje de la joven Real en la máxima categoría fuera suave.
Su deseo, como el de Tamudo, era continuar, pero el club ha entendido que esa posición está bien cubierta por la cantera y renovarle supondría un frenazo a la evolución de los Markel, Elustondo, Illarramendi y compañía.
---------------------------------------------------------------------
Lo de Diego Rivas es comprensible, pero, ¿lo de Tamudo? Estaba convencido de que seguiría una temporada más, su rendimiento como recambio del ataque fue inmejorable. Sería un delantero ideal para el Sporting, aunque seguro que cobra mucho.