titojose54
19/05/2011, 13:52
Javier Baraja ya resultó clave en el ascenso de los récords. Jugó 28 partidos. Como central, eso sí. Esta temporada suma ya 26. La mayor parte de ellos, por no decir casi todos, como centrocampista. El otro día una contractura le impidió jugar ante el Tenerife, y Abel Resino recurrió al tándem Nafti-Matabuena, que vivió buenas tardes en el Racing de Santander. Las condiciones actuales de Matabuena, sin embargo, difieren mucho de las que tenía en aquel momento, con menos edad y con más ritmo de partidos. De esta forma, la ausencia de Baraja resultó más notable, aunque el vallisoletano, lejos de estar contento por ello, hubiera preferido un partido redondo del equipo. «A nivel personal nadie está contento cuando el equipo no funciona», dice.
La contractura ha remitido, y Baraja pudo trabajar ayer casi al 100%. «He mejorado bastante, la molestia que tenía la semana pasada no es tan fuerte, tengo un pequeño residuo todavía pero me permite trabajar con normalidad y solo hemos dejado de hacer el partidillo por precaución», confirmaba tras el entrenamiento de ayer. Y de hecho se ve listo para volver al campo si Abel lo requiere. «Espero que el sábado pueda estar al 100%».
No pudo ver el partido ante el Tenerife, pero tiene referencias de primera mano de lo que ocurrió en la isla, y las contrasta con lo que ha vivido en los últimos meses en el Real Valladolid. Su conclusión, como uno de los capitanes de la plantilla, es que hay que evitar esos momentos de relajación repentina que lastran al equipo, especialmente lejos de Zorrilla. «Antes era la situación mental, el equipo estaba bloqueado y le costaba mucho. Cuando la hemos desbloqueado y ahora estamos en una fase ascendente, quizá sea que te veas demasiado confiado y a veces sean fases mentales que no controlas y que te llevan a errores que te cuestan los partidos. Nosotros intentamos corregirlos, que no vuelvan a suceder, pero se están dando una semana tras otra y casualmente siempre es fuera de casa. Al final tenemos que analizar si estamos dejando ir partidos importantes porque no estamos metidos del todo».
Incluso, en un arrebato de autocrítica de los que tanto escasean en los equipos de fútbol, confiesa que ha detectado síntomas similares en algunos partidos de casa, aunque esta vez se han subsanado gracias a que el público de Zorrilla impide que vayan a más. «Indudablemente en ese momento que te vas del partido porque lo tienes controlado, la gente aprieta aquí y te vuelves a meter. La dinámica que traemos es buena, solo hay que pensar que el equipo está bien, que estamos trabajando muy bien y concienciados de que nos vamos a meter en la fase de ascenso».
Para eso, además, se cuenta con la reacción a lo ocurrido en Tenerife. Una derrota dolorosísima que el vestuario ha asumido como una afrenta que hay que rebatir de inmediato. «La gente está con rabia, con ganas de darle la vuelta a la situación que tuvimos en Tenerife después de un partido controlado», advierte el capitán del Real Valladolid.
El sábado, ante el Nástic, el capitán podrá volver a ejercer de vigilante activo. A intentar que nadie se relaje. El 'play off' está demasiado cerca.
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Javier Baraja conduce el balón durante el choque ante el Betis.
La contractura ha remitido, y Baraja pudo trabajar ayer casi al 100%. «He mejorado bastante, la molestia que tenía la semana pasada no es tan fuerte, tengo un pequeño residuo todavía pero me permite trabajar con normalidad y solo hemos dejado de hacer el partidillo por precaución», confirmaba tras el entrenamiento de ayer. Y de hecho se ve listo para volver al campo si Abel lo requiere. «Espero que el sábado pueda estar al 100%».
No pudo ver el partido ante el Tenerife, pero tiene referencias de primera mano de lo que ocurrió en la isla, y las contrasta con lo que ha vivido en los últimos meses en el Real Valladolid. Su conclusión, como uno de los capitanes de la plantilla, es que hay que evitar esos momentos de relajación repentina que lastran al equipo, especialmente lejos de Zorrilla. «Antes era la situación mental, el equipo estaba bloqueado y le costaba mucho. Cuando la hemos desbloqueado y ahora estamos en una fase ascendente, quizá sea que te veas demasiado confiado y a veces sean fases mentales que no controlas y que te llevan a errores que te cuestan los partidos. Nosotros intentamos corregirlos, que no vuelvan a suceder, pero se están dando una semana tras otra y casualmente siempre es fuera de casa. Al final tenemos que analizar si estamos dejando ir partidos importantes porque no estamos metidos del todo».
Incluso, en un arrebato de autocrítica de los que tanto escasean en los equipos de fútbol, confiesa que ha detectado síntomas similares en algunos partidos de casa, aunque esta vez se han subsanado gracias a que el público de Zorrilla impide que vayan a más. «Indudablemente en ese momento que te vas del partido porque lo tienes controlado, la gente aprieta aquí y te vuelves a meter. La dinámica que traemos es buena, solo hay que pensar que el equipo está bien, que estamos trabajando muy bien y concienciados de que nos vamos a meter en la fase de ascenso».
Para eso, además, se cuenta con la reacción a lo ocurrido en Tenerife. Una derrota dolorosísima que el vestuario ha asumido como una afrenta que hay que rebatir de inmediato. «La gente está con rabia, con ganas de darle la vuelta a la situación que tuvimos en Tenerife después de un partido controlado», advierte el capitán del Real Valladolid.
El sábado, ante el Nástic, el capitán podrá volver a ejercer de vigilante activo. A intentar que nadie se relaje. El 'play off' está demasiado cerca.
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Javier Baraja conduce el balón durante el choque ante el Betis.