titojose54
17/05/2011, 11:48
Los médicos mantienen a raya la sinovitis crónica que padece el goleador Javi Guerra.
El vello se eriza cuando los doctores explican los pormenores de la patología que arrastra Javi Guerra.
«Es una sinovitis crónica. Un problema parecido al que tiene Carlos Lázaro en la rodilla, pero en el tobillo derecho», apunta Pablo Grande, médico del Real Valladolid.
«Salvando las distancias», aclara el galeno.
La matización es importante.
Carlos Lázaro no ha logrado recuperarse totalmente tras ser operado en noviembre y solo piensa en llegar en condiciones a la próxima pretemporada.
Su rodilla no ha parado de dar problemas.
Javi Guerra sumó ante el Tenerife su vigésimo quinto gol en Liga con la camiseta del Real Valladolid.
Su baqueteado tobillo responde.
«Javi Guerra ha tenido varias artritis traumáticas y problemas de tobillo que al final han derivado en una sinovitis crónica», continúa el doctor Grande.
«Es lo que le hemos estado cuidando todo el año. Sinceramente, pensábamos que nos iba a dar más problemas. Durante mucho tiempo ha estado libre de toda sintomatología. De vez en cuando, se resiente un poco, pero no sufre recaídas de importancia», tranquiliza.
Los desvelos médicos han servido para que el Pucela no pierda a su futbolista más incisivo. La lesión permanece dormida.
Javi Guerra ha jugado en Liga 884 minutos más que Nauzet Alemán, el segundo integrante más utilizado del Real Valladolid. La carga equivale casi a diez partidos extra. Sin más delanteros con ficha profesional, el archigoleador de Vélez-Málaga pertenece al grupo de titulares 'imprescindibles' a los que los médicos no quitan ojo.
«Guerra y otros muchos tienen una vigilancia especial», confirma Rafael Ramos, el jefe de los servicios médicos del club vallisoletano. «No digo que no estemos pendientes de los futbolistas que cuentan con menos posibilidades de jugar, pero es evidente que tenemos que dedicar más esfuerzos a la gente con la que el míster cuenta de forma habitual», agrega.
El equipo médico que encabeza el doctor Ramos sabe que todos los esfuerzos serán pocos para mantener lo más intacto posible 'el equipo ideal' -con alguna variante- que ha permitido a Abel Resino conducir al Real Valladolid a la lucha final por jugar la fase de ascenso.
El técnico declaró el pasado viernes que consultaría con los facultativos la posibilidad de dar descansos a los futbolistas con más riesgo de lesionarse. De momento, el entrenador no ha planteado a los médicos ningún caso concreto.
«Es muy difícil prever el riesgo de lesiones, por más que muchas veces haya salido en prensa que los grandes clubes utilizaban técnicas para predecirlas. La verdad es que nunca se cumplían», recuerda Pablo Grande.
Sin embargo, el Real Valladolid sí emplea diferentes métodos para tratar de evitar ese momento fatídico en que un jugador cambia el césped por la camilla.
Los médicos de Zorrilla emplean dos técnicas: controles analíticos y tensiomiografía. En el primer caso, se analizan los parámetros que ofrecen las enzimas musculares. Así se conoce el grado de fatiga de los músculos. Si es alto, los futbolistas seguirán más controles.
Las pruebas de tensiomiografía se ensayaron durante la pretemporada del Real Valladolid en Escocia. Mediante esta técnica, se confronta el desarrollo de su músculo con su antagonista y con el mismo músculo de otra extremidad a través de la electroestimulación. Las fibras musculares son monitorizadas constantemente para obtener la información deseada.
«Vemos los adductores, extensores y flexores. De esta manera planificamos trabajos individualizados en cada jugador y evitamos que se produzcan descompensaciones y riesgos de lesiones», subraya el doctor Grande.
Mucho tiempo sin lesiones.
Al margen del largo y complicado caso de Carlos Lázaro, la enfermería del Real Valladolid ha permanecido con poca actividad durante los últimos meses. Javier Baraja (contractura en el glúteo) y Antonio Barragán (avulsión en el bíceps femoral derecho) han sido los últimos en visitarla. «Parece que las lesiones alarman un poco ahora porque es el momento crítico de la temporada, pero lo inusual ha sido la cantidad de tiempo que hemos estado sin una dolencia muscular», dice Grande.
Baraja estará recuperado esta semana. Barragán podrá llegar a tiempo para el tramo final.
Los médicos confían también en que el tobillo derecho de Javi Guerra no dé sustos a última hora. Hay un ascenso en juego.
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Javi Guerra se duele de un golpe ante el Nástic en la primera vuelta.
El vello se eriza cuando los doctores explican los pormenores de la patología que arrastra Javi Guerra.
«Es una sinovitis crónica. Un problema parecido al que tiene Carlos Lázaro en la rodilla, pero en el tobillo derecho», apunta Pablo Grande, médico del Real Valladolid.
«Salvando las distancias», aclara el galeno.
La matización es importante.
Carlos Lázaro no ha logrado recuperarse totalmente tras ser operado en noviembre y solo piensa en llegar en condiciones a la próxima pretemporada.
Su rodilla no ha parado de dar problemas.
Javi Guerra sumó ante el Tenerife su vigésimo quinto gol en Liga con la camiseta del Real Valladolid.
Su baqueteado tobillo responde.
«Javi Guerra ha tenido varias artritis traumáticas y problemas de tobillo que al final han derivado en una sinovitis crónica», continúa el doctor Grande.
«Es lo que le hemos estado cuidando todo el año. Sinceramente, pensábamos que nos iba a dar más problemas. Durante mucho tiempo ha estado libre de toda sintomatología. De vez en cuando, se resiente un poco, pero no sufre recaídas de importancia», tranquiliza.
Los desvelos médicos han servido para que el Pucela no pierda a su futbolista más incisivo. La lesión permanece dormida.
Javi Guerra ha jugado en Liga 884 minutos más que Nauzet Alemán, el segundo integrante más utilizado del Real Valladolid. La carga equivale casi a diez partidos extra. Sin más delanteros con ficha profesional, el archigoleador de Vélez-Málaga pertenece al grupo de titulares 'imprescindibles' a los que los médicos no quitan ojo.
«Guerra y otros muchos tienen una vigilancia especial», confirma Rafael Ramos, el jefe de los servicios médicos del club vallisoletano. «No digo que no estemos pendientes de los futbolistas que cuentan con menos posibilidades de jugar, pero es evidente que tenemos que dedicar más esfuerzos a la gente con la que el míster cuenta de forma habitual», agrega.
El equipo médico que encabeza el doctor Ramos sabe que todos los esfuerzos serán pocos para mantener lo más intacto posible 'el equipo ideal' -con alguna variante- que ha permitido a Abel Resino conducir al Real Valladolid a la lucha final por jugar la fase de ascenso.
El técnico declaró el pasado viernes que consultaría con los facultativos la posibilidad de dar descansos a los futbolistas con más riesgo de lesionarse. De momento, el entrenador no ha planteado a los médicos ningún caso concreto.
«Es muy difícil prever el riesgo de lesiones, por más que muchas veces haya salido en prensa que los grandes clubes utilizaban técnicas para predecirlas. La verdad es que nunca se cumplían», recuerda Pablo Grande.
Sin embargo, el Real Valladolid sí emplea diferentes métodos para tratar de evitar ese momento fatídico en que un jugador cambia el césped por la camilla.
Los médicos de Zorrilla emplean dos técnicas: controles analíticos y tensiomiografía. En el primer caso, se analizan los parámetros que ofrecen las enzimas musculares. Así se conoce el grado de fatiga de los músculos. Si es alto, los futbolistas seguirán más controles.
Las pruebas de tensiomiografía se ensayaron durante la pretemporada del Real Valladolid en Escocia. Mediante esta técnica, se confronta el desarrollo de su músculo con su antagonista y con el mismo músculo de otra extremidad a través de la electroestimulación. Las fibras musculares son monitorizadas constantemente para obtener la información deseada.
«Vemos los adductores, extensores y flexores. De esta manera planificamos trabajos individualizados en cada jugador y evitamos que se produzcan descompensaciones y riesgos de lesiones», subraya el doctor Grande.
Mucho tiempo sin lesiones.
Al margen del largo y complicado caso de Carlos Lázaro, la enfermería del Real Valladolid ha permanecido con poca actividad durante los últimos meses. Javier Baraja (contractura en el glúteo) y Antonio Barragán (avulsión en el bíceps femoral derecho) han sido los últimos en visitarla. «Parece que las lesiones alarman un poco ahora porque es el momento crítico de la temporada, pero lo inusual ha sido la cantidad de tiempo que hemos estado sin una dolencia muscular», dice Grande.
Baraja estará recuperado esta semana. Barragán podrá llegar a tiempo para el tramo final.
Los médicos confían también en que el tobillo derecho de Javi Guerra no dé sustos a última hora. Hay un ascenso en juego.
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Javi Guerra se duele de un golpe ante el Nástic en la primera vuelta.