Shadkko
28/12/2010, 16:18
Papá Noel cambia el rojiblanco por el azul
Song, al que no se le esperaba, abrió el marcador en el 44' · Tras el descanso, en dos minutos, el Arsenal descosió al Chelsea con goles de Cesc y Walcott permitidos por los 'blues' · Ivanovic hizo el 3-1
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Los 'gunners' de Arsene Wenger son buenos chicos. El Arsenal no fue desagradecido en el Emirates y aceptó los regalos de un Papá Noel que había cambiado de vestimenta. Santa Claus dejó el rojiblanco para ponerse la camiseta de un Chelsea que estaba de espíritu navideño. Los 'blues' ya estaban perdiendo, pero en dos minutos todo se acabó con dos regalos que no desaprovechó el Arsenal, que reaccionó en un visto y no visto y acabó con el partido.
Los regalos no siempre hacen gracia y no lo hicieron en la multimillonaria casa de Abramovich, que comienza a señalar a Ancelotti como culpable de la crisis que vive su equipo. Las alarmas siguen sonando. Hace seis partidos, seis, que no ganan los 'blues' en la Premier. Los resultados son graves, también la imagen de un equipo a años luz del de hace años, cuando jugaban once soldados con armadura y no se hacían favores ni a los amigos.
El Chelsea dio limosnas porque quiso, pero también es verdad que el Arsenal se lo ganó. Tuvo paciencia para esperar su momento y encontrar un hueco que no existió hasta cerca del descanso. En el área, lugar inhóspito para la mayoría de los mortales para tocar el balón y recapacitar, el Arsenal hizo un agujero tocando el balón. Wilshere, discípulo de Cesc, pensó y el que remató fue Song, que apareció dentro del área. Nadie contaba con él. El camerunés inició la pared y embocó batiendo a Cech de tiro cruzado, portero checo que había retrasado lo que era un secreto a voces. El Chelsea se arropó y no comenzó a constiparse antes por culpa de Terry e Ivanovic, notables en un curso de despejes, y por su portero con casco.
El Arsenal había tenido el balón, instrumento que necesita para vivir. Sin él no podría ni respirar. El Chelsea fue orden atrás y algún tirón que otro al contragolpe que se quedó en nada. No se recuerda un partido tan desesperante para Drogba como el de este lunes, que se convirtió en centrocampista para buscar un balón que nunca le llegó.
El brazalete del mando
Tras el paso por vestuarios, Ancelotti movió ficha dando entrada a Ramires por Mikel. No hubo consecuencias positivas para el Chelsea, que se durmió delante de un Arsenal que tenía los ojos bien abiertos. Dos minutos después, le sonó el despertador al Chelsea y ya estaba perdiendo 3-0.
El Arsenal, sin preguntar, aprovechó las pocas luces de su rival. Essien, primero, y Malouda, después, sacaron del bolsillo una caja con un regalo a partir del 51'. El 'Boxing Day' ya había pasado, pero el Chelsea no quiso ser menos. Van Persie inició la contra del 2-0, cerrada por Fábregas a pase de Walcott. Cesc fue el que asistió a Walcott, suspiros después, para hacer el tercero. El español fue el comandante. Siempre lo es. El brazalete no lo lleva para salir más guapo en las fotos. Fábregas es el que manda.
Ivanovic marcó en el 57', aprovechando una falta de Drogba en la que dudó Fabianski. No quiso rendirse el Chelsea, pero todo fue cuestión de tiempo. El Arsenal respondió, demostró que ha crecido mentalmente y se quitó una etiqueta que no le favorece, la de no dar la cara contra los grandes. Mientras, la etiqueta de equipo importante del Chelsea está descolorida. Han pasado los años y los 'blues' no se han renovado. Pueden empezar por el banquillo.
Song, al que no se le esperaba, abrió el marcador en el 44' · Tras el descanso, en dos minutos, el Arsenal descosió al Chelsea con goles de Cesc y Walcott permitidos por los 'blues' · Ivanovic hizo el 3-1
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Los 'gunners' de Arsene Wenger son buenos chicos. El Arsenal no fue desagradecido en el Emirates y aceptó los regalos de un Papá Noel que había cambiado de vestimenta. Santa Claus dejó el rojiblanco para ponerse la camiseta de un Chelsea que estaba de espíritu navideño. Los 'blues' ya estaban perdiendo, pero en dos minutos todo se acabó con dos regalos que no desaprovechó el Arsenal, que reaccionó en un visto y no visto y acabó con el partido.
Los regalos no siempre hacen gracia y no lo hicieron en la multimillonaria casa de Abramovich, que comienza a señalar a Ancelotti como culpable de la crisis que vive su equipo. Las alarmas siguen sonando. Hace seis partidos, seis, que no ganan los 'blues' en la Premier. Los resultados son graves, también la imagen de un equipo a años luz del de hace años, cuando jugaban once soldados con armadura y no se hacían favores ni a los amigos.
El Chelsea dio limosnas porque quiso, pero también es verdad que el Arsenal se lo ganó. Tuvo paciencia para esperar su momento y encontrar un hueco que no existió hasta cerca del descanso. En el área, lugar inhóspito para la mayoría de los mortales para tocar el balón y recapacitar, el Arsenal hizo un agujero tocando el balón. Wilshere, discípulo de Cesc, pensó y el que remató fue Song, que apareció dentro del área. Nadie contaba con él. El camerunés inició la pared y embocó batiendo a Cech de tiro cruzado, portero checo que había retrasado lo que era un secreto a voces. El Chelsea se arropó y no comenzó a constiparse antes por culpa de Terry e Ivanovic, notables en un curso de despejes, y por su portero con casco.
El Arsenal había tenido el balón, instrumento que necesita para vivir. Sin él no podría ni respirar. El Chelsea fue orden atrás y algún tirón que otro al contragolpe que se quedó en nada. No se recuerda un partido tan desesperante para Drogba como el de este lunes, que se convirtió en centrocampista para buscar un balón que nunca le llegó.
El brazalete del mando
Tras el paso por vestuarios, Ancelotti movió ficha dando entrada a Ramires por Mikel. No hubo consecuencias positivas para el Chelsea, que se durmió delante de un Arsenal que tenía los ojos bien abiertos. Dos minutos después, le sonó el despertador al Chelsea y ya estaba perdiendo 3-0.
El Arsenal, sin preguntar, aprovechó las pocas luces de su rival. Essien, primero, y Malouda, después, sacaron del bolsillo una caja con un regalo a partir del 51'. El 'Boxing Day' ya había pasado, pero el Chelsea no quiso ser menos. Van Persie inició la contra del 2-0, cerrada por Fábregas a pase de Walcott. Cesc fue el que asistió a Walcott, suspiros después, para hacer el tercero. El español fue el comandante. Siempre lo es. El brazalete no lo lleva para salir más guapo en las fotos. Fábregas es el que manda.
Ivanovic marcó en el 57', aprovechando una falta de Drogba en la que dudó Fabianski. No quiso rendirse el Chelsea, pero todo fue cuestión de tiempo. El Arsenal respondió, demostró que ha crecido mentalmente y se quitó una etiqueta que no le favorece, la de no dar la cara contra los grandes. Mientras, la etiqueta de equipo importante del Chelsea está descolorida. Han pasado los años y los 'blues' no se han renovado. Pueden empezar por el banquillo.