Sergio
24/10/2008, 22:58
EL CLUB BLANCO BUSCA UN ESPECIALISTA DE BANDA QUE TAPE CIERTAS... ¿CARENCIAS?
¿Necesita el Madrid acudir a los extremos?
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El Madrid busca especialista de banda, tal y como anuncia nuestro diario en exclusiva. Las carencias de la plantilla parece que han alertado a la zona noble del Bernabéu. El tercer proyecto de la era Calderón se quedó a medio hacer después de un verano mal aprovechado. En diciembre algunos piensan en reaccionar. Más vale tarde que nunca; pero, sinceramente, ¿necesita el Real Madrid un extremo?
El viaje sin regreso de Robinho a Manchester, producto de los petrodólares del City, dejó a Robben como único extremo a la antigua usanza, de los de antes. Encarar, maniatar al lateral, crear una referencia pegado a la línea de banda y servir en bandeja. Capítulo y recursos para un puñal que escasea en el Bernabéu.
Las necesidades del equipo en los costados se apreciaron en la maldita Turín, 'tumba' del club sin depender de su estado. En desventaja, con la Juve colocando el cerrojo cerca de las inmediaciones de Manninger, el Madrid necesitó de profundidad por las bandas.
Ramos, el 'tapado'
El holandés se descolgó a carril cambiado y el equipo se quedó sin referencias por la izquierda. Numerosas fueron las veces que Heinze, justito en la parcela ofensiva, tuvo que tomar la responsabilidad. La salida de Drenthe minutos más tarde tampoco mejoró la película. Royston, potencia sin control, no reúne las condiciones para ejercer ese papel. Le queda por aprender.
Schuster ha recurrido a distintas soluciones, pero en la mayoría de ellas opta por dejar una banda 'coja', aunque por esos lugares trote una locomotara 'made in Camas'. Los recursos de Sergio Ramos en ataque han sacado al Madrid de más de un apuro. Higuaín es el otro que suele tirarse a la banda, aunque no acaba de sacar nota como lo hace cerca del área. El 'Pipita' es un delantero explosivo, de los que saca rendimiento a su hambre y velocidad. No es un futbolista de banda, aunque su compromiso y su verticalidad tapan el agujero.
Un reflejo de la actualidad
El estado del fútbol actual se refleja claramente en el Real Madrid. Pocos equipos, por no decir casi ninguno, usa habitualmente dos extremos de verdad. Las referencias en la banda, en otra época piezas indiscutibles del fútbol ofensivo de los gigantes, se han perdido con el paso del tiempo. Los futbolistas que ahora suelen actuar pegados a la línea de cal acostumbran a entrar por dentro, incluso jugar a pierna cambiada, y crear el pánico con diagonales que han dejado de lado los puros cara a cara.
Bernd Schuster ha sabido usar sus piezas. Ya ganó el año pasado una Liga sin incertidumbre, perdiendo una torre en el tablero. Siendo sinceros, la conquista del Viejo Continente por parte de La Roja ratificarán a los que piensen que no hacen falta los extremos para cumplir objetivos y jugar al fútbol. Iniesta, Silva o Cazorla cumplieron su misión en los costados, sin llevar el puñal en el bolsillo. Con extremos o no, el Madrid mira de reojo un mercado que pocas veces tiene 'gangas'. De todos modos, queda tiempo para comprobar si los blancos pueden seguir viviendo sin extremar su fútbol.
¿Necesita el Madrid acudir a los extremos?
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El Madrid busca especialista de banda, tal y como anuncia nuestro diario en exclusiva. Las carencias de la plantilla parece que han alertado a la zona noble del Bernabéu. El tercer proyecto de la era Calderón se quedó a medio hacer después de un verano mal aprovechado. En diciembre algunos piensan en reaccionar. Más vale tarde que nunca; pero, sinceramente, ¿necesita el Real Madrid un extremo?
El viaje sin regreso de Robinho a Manchester, producto de los petrodólares del City, dejó a Robben como único extremo a la antigua usanza, de los de antes. Encarar, maniatar al lateral, crear una referencia pegado a la línea de banda y servir en bandeja. Capítulo y recursos para un puñal que escasea en el Bernabéu.
Las necesidades del equipo en los costados se apreciaron en la maldita Turín, 'tumba' del club sin depender de su estado. En desventaja, con la Juve colocando el cerrojo cerca de las inmediaciones de Manninger, el Madrid necesitó de profundidad por las bandas.
Ramos, el 'tapado'
El holandés se descolgó a carril cambiado y el equipo se quedó sin referencias por la izquierda. Numerosas fueron las veces que Heinze, justito en la parcela ofensiva, tuvo que tomar la responsabilidad. La salida de Drenthe minutos más tarde tampoco mejoró la película. Royston, potencia sin control, no reúne las condiciones para ejercer ese papel. Le queda por aprender.
Schuster ha recurrido a distintas soluciones, pero en la mayoría de ellas opta por dejar una banda 'coja', aunque por esos lugares trote una locomotara 'made in Camas'. Los recursos de Sergio Ramos en ataque han sacado al Madrid de más de un apuro. Higuaín es el otro que suele tirarse a la banda, aunque no acaba de sacar nota como lo hace cerca del área. El 'Pipita' es un delantero explosivo, de los que saca rendimiento a su hambre y velocidad. No es un futbolista de banda, aunque su compromiso y su verticalidad tapan el agujero.
Un reflejo de la actualidad
El estado del fútbol actual se refleja claramente en el Real Madrid. Pocos equipos, por no decir casi ninguno, usa habitualmente dos extremos de verdad. Las referencias en la banda, en otra época piezas indiscutibles del fútbol ofensivo de los gigantes, se han perdido con el paso del tiempo. Los futbolistas que ahora suelen actuar pegados a la línea de cal acostumbran a entrar por dentro, incluso jugar a pierna cambiada, y crear el pánico con diagonales que han dejado de lado los puros cara a cara.
Bernd Schuster ha sabido usar sus piezas. Ya ganó el año pasado una Liga sin incertidumbre, perdiendo una torre en el tablero. Siendo sinceros, la conquista del Viejo Continente por parte de La Roja ratificarán a los que piensen que no hacen falta los extremos para cumplir objetivos y jugar al fútbol. Iniesta, Silva o Cazorla cumplieron su misión en los costados, sin llevar el puñal en el bolsillo. Con extremos o no, el Madrid mira de reojo un mercado que pocas veces tiene 'gangas'. De todos modos, queda tiempo para comprobar si los blancos pueden seguir viviendo sin extremar su fútbol.