Malcolm
08/05/2010, 12:40
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Que hoy, a partir de las nueve de la noche, se decide la Liga BBVA en Sevilla y, en menor medida, en el Santiago Bernabeu es algo de lo que todos somos conscientes. Penúltima jornada, partidos complicados para ambos y un trámite por jugarse la semana que viene. Irremediablemente viene a la cabeza el 9 de mayo de 2007: Zaragoza-Real Madrid y Barcelona-Espanyol. El Madrid esta vez partía con ventaja debido a la diferencia de goles particular y le bastaba con repetir el resultado de su eterno rival para afrontar la última jornada con el título en el bolsillo. El resto, lo conocen. Minuto 88, el Madrid sufría en la Romareda y el Barcelona vencía sin convencer (como tantas veces esa temporada). Minuto 89, el pichichi Van Nistelrooy perforaba la red maña. 20 segundos después Tamudo vierte un jarro de agua fría en el Camp Nou. La liga, para los de Capello, y ese minuto pasa a la historia como uno de los hitos más insólitos de la liga española.
Y quizá ese minuto sea lo único que valga la pena que pase a la historia de aquella temporada. Un Barcelona apático se dejaba puntos casi automáticamente en todas sus salidas en la segunda mitad de campeonato y cavó su tumba en sendos enfrentamientos caseros ante Betis y Espanyol. El Madrid de Capello había sido humillado por modestos como el Recreativo o el Getafe e iniciaba la segunda manga del campeonato a la deriva, pero los pinchazos culés alimentaron la fe de un equipo con más corazón que cabeza y más cabeza que talento, y le bastó el pundonor y unos modestos 76 puntos para igualar a los de Rijkaard. Analizado en frío, un mal campeonato. El entrenador campeón fue despedido fulminantemente porque la parroquia blanca no concebía ganar títulos con juego mediocre. El Barcelona regaló un título que tenía su nombre desde el principio del campeonato debido a la apatía y el exceso de confianza.
Este año la situación es totalmente opuesta. Pierda quien pierda, el mérito habrá sido extraordinario. Es cierto que la diferencia entre estos dos equipos y el resto es infinitamente superior, pero también lo es que nadie ha igualado jamás los números que presentan a día de hoy Barça y Real Madrid. Por supuesto, el subcampeón de esta temporada mejorará, por mucho, al campeón de la 06/07. En sólo tres años, la penúltima jornada de infarto se repite. Pero hemos pasado de la liga de “el menos malo” a la liga del campeón sin corona.
Que hoy, a partir de las nueve de la noche, se decide la Liga BBVA en Sevilla y, en menor medida, en el Santiago Bernabeu es algo de lo que todos somos conscientes. Penúltima jornada, partidos complicados para ambos y un trámite por jugarse la semana que viene. Irremediablemente viene a la cabeza el 9 de mayo de 2007: Zaragoza-Real Madrid y Barcelona-Espanyol. El Madrid esta vez partía con ventaja debido a la diferencia de goles particular y le bastaba con repetir el resultado de su eterno rival para afrontar la última jornada con el título en el bolsillo. El resto, lo conocen. Minuto 88, el Madrid sufría en la Romareda y el Barcelona vencía sin convencer (como tantas veces esa temporada). Minuto 89, el pichichi Van Nistelrooy perforaba la red maña. 20 segundos después Tamudo vierte un jarro de agua fría en el Camp Nou. La liga, para los de Capello, y ese minuto pasa a la historia como uno de los hitos más insólitos de la liga española.
Y quizá ese minuto sea lo único que valga la pena que pase a la historia de aquella temporada. Un Barcelona apático se dejaba puntos casi automáticamente en todas sus salidas en la segunda mitad de campeonato y cavó su tumba en sendos enfrentamientos caseros ante Betis y Espanyol. El Madrid de Capello había sido humillado por modestos como el Recreativo o el Getafe e iniciaba la segunda manga del campeonato a la deriva, pero los pinchazos culés alimentaron la fe de un equipo con más corazón que cabeza y más cabeza que talento, y le bastó el pundonor y unos modestos 76 puntos para igualar a los de Rijkaard. Analizado en frío, un mal campeonato. El entrenador campeón fue despedido fulminantemente porque la parroquia blanca no concebía ganar títulos con juego mediocre. El Barcelona regaló un título que tenía su nombre desde el principio del campeonato debido a la apatía y el exceso de confianza.
Este año la situación es totalmente opuesta. Pierda quien pierda, el mérito habrá sido extraordinario. Es cierto que la diferencia entre estos dos equipos y el resto es infinitamente superior, pero también lo es que nadie ha igualado jamás los números que presentan a día de hoy Barça y Real Madrid. Por supuesto, el subcampeón de esta temporada mejorará, por mucho, al campeón de la 06/07. En sólo tres años, la penúltima jornada de infarto se repite. Pero hemos pasado de la liga de “el menos malo” a la liga del campeón sin corona.