ACastilla
16/09/2009, 23:37
Autoridad sin gol. ¿Anécdota o déficit?
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16 DE SEPTIEMBRE.Orfeo Suárez- En San Siro, un templo del fútbol, donde todo lo que se hace deja huella, el Barça se reencontró con el campeón de Europa, con una autoridad tan abrumadora en el juego que lo verdaderamente noticiable es que no ganara el partido.
¿Anécdota o déficit? Los entrenadores nunca se inquietan si se suceden las ocasiones, como aconteció en el área del Inter, aunque la situación debería ser algo más preocupante para el nuevo destinatario de semejante caudal ofensivo: Zlatan Ibrahimovic.
El sueco fue recibido por su anterior afición como ocurre siempre, como un traidor, mientras quien antes ocupaba su lugar, Samuel Eto'o, corrió más que nunca pero con el objetivo dirigido a sus compañeros y no a la portería.
La forma que tuvo el Barcelona de empequeñecer al Inter, el campeón italiano, es una metáfora de la distancia que existe actualmente entre el fútbol español y el 'calcio', desorientado y con escasa promoción de sus futbolistas nacionales, como si fuera una némesis del conjunto de Guardiola. Los únicos italianos salieron en la segunda mitad. El Mourinho ganador que llevó al límite los duelos con los azulgrana cuando dirigía al Chelsea, se limitó en San Siro a replegar a sus hombres, siempre por detrás de la pelota, con menos agresividad de la acostumbrada y sin la velocidad en el contragolpe que ha distinguido a sus equipos. Con Sneijder despistado entre sus líneas, casi reducido a los lanzamientos a media distancia, el Inter pide a gritos un conductor que le dé lo que no tiene: control, pausa, aceleración, los tiempos del juego, en definitiva.
Es cierto que si el Barça alcanza su máximo desarrollo, del que estuvo cerca durante buena parte del partido con un Messi hiperactivo, pese a la escasa colaboración de Henry y la presencia de Iniesta en el banco, al contrario le es difícil presentar sus argumentos en la construcción, porque va a tener muy poco la pelota. Pero algo más que perderla rápidamente debe esperarse del perfil del Inter, de sus futbolistas.
El Barcelona ha empezado con mando en un lugar de referencia y el Madrid, con la mayor goleada del primer 'round' de la Champions. Marcar cinco goles en Europa no es tarea fácil por modesto que sea el rival. Credenciales de campeón y de aspirante a una final que se disputará en el Bernabéu, y que mucho ha tenido que ver con el acelerón y la inversión en la reconstrucción emprendida por Florentino Pérez.
Este Madrid no gana, sin embargo, como antes, sino desde la voluntad de tener la iniciativa, que es para lo que fue contratado Manuel Pellegrini. En Zúrich, hizo una primera parte entera, por dominio y eficacia, y cuando titubeó el primero, producto de la lesión de Xabi Alonso, acabó con las dudas de la misma forma que abrió el marcador, con un obús de Cristiano Ronaldo. Dos zarpazos para sacudirse presiones, para liberarse, un día antes de la puesta en escena de un campeón ya liberado. Europa ha visualizado a la primera el gran duelo de colosos.
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16 DE SEPTIEMBRE.Orfeo Suárez- En San Siro, un templo del fútbol, donde todo lo que se hace deja huella, el Barça se reencontró con el campeón de Europa, con una autoridad tan abrumadora en el juego que lo verdaderamente noticiable es que no ganara el partido.
¿Anécdota o déficit? Los entrenadores nunca se inquietan si se suceden las ocasiones, como aconteció en el área del Inter, aunque la situación debería ser algo más preocupante para el nuevo destinatario de semejante caudal ofensivo: Zlatan Ibrahimovic.
El sueco fue recibido por su anterior afición como ocurre siempre, como un traidor, mientras quien antes ocupaba su lugar, Samuel Eto'o, corrió más que nunca pero con el objetivo dirigido a sus compañeros y no a la portería.
La forma que tuvo el Barcelona de empequeñecer al Inter, el campeón italiano, es una metáfora de la distancia que existe actualmente entre el fútbol español y el 'calcio', desorientado y con escasa promoción de sus futbolistas nacionales, como si fuera una némesis del conjunto de Guardiola. Los únicos italianos salieron en la segunda mitad. El Mourinho ganador que llevó al límite los duelos con los azulgrana cuando dirigía al Chelsea, se limitó en San Siro a replegar a sus hombres, siempre por detrás de la pelota, con menos agresividad de la acostumbrada y sin la velocidad en el contragolpe que ha distinguido a sus equipos. Con Sneijder despistado entre sus líneas, casi reducido a los lanzamientos a media distancia, el Inter pide a gritos un conductor que le dé lo que no tiene: control, pausa, aceleración, los tiempos del juego, en definitiva.
Es cierto que si el Barça alcanza su máximo desarrollo, del que estuvo cerca durante buena parte del partido con un Messi hiperactivo, pese a la escasa colaboración de Henry y la presencia de Iniesta en el banco, al contrario le es difícil presentar sus argumentos en la construcción, porque va a tener muy poco la pelota. Pero algo más que perderla rápidamente debe esperarse del perfil del Inter, de sus futbolistas.
El Barcelona ha empezado con mando en un lugar de referencia y el Madrid, con la mayor goleada del primer 'round' de la Champions. Marcar cinco goles en Europa no es tarea fácil por modesto que sea el rival. Credenciales de campeón y de aspirante a una final que se disputará en el Bernabéu, y que mucho ha tenido que ver con el acelerón y la inversión en la reconstrucción emprendida por Florentino Pérez.
Este Madrid no gana, sin embargo, como antes, sino desde la voluntad de tener la iniciativa, que es para lo que fue contratado Manuel Pellegrini. En Zúrich, hizo una primera parte entera, por dominio y eficacia, y cuando titubeó el primero, producto de la lesión de Xabi Alonso, acabó con las dudas de la misma forma que abrió el marcador, con un obús de Cristiano Ronaldo. Dos zarpazos para sacudirse presiones, para liberarse, un día antes de la puesta en escena de un campeón ya liberado. Europa ha visualizado a la primera el gran duelo de colosos.