Capullito
17/05/2009, 10:30
Como dos vecinas islas paradisíacas que se observan. Sin envidiarse nada y mostrándose orgullosa cada una de sus múltiples encantos. Así se ven las caras Cádiz y Real Unión, dos campeones de grupo que desde hoy empezarán a luchar por ser uno de los cuatro afortunados que abandonarán la Segunda División B para volver a disfrutar del fútbol profesional.
Lo que ha tardado en llegar el día D y la hora H... Vaya semanita. Lejos queda el fatídico, nunca mejor dicho, 15 de junio del año pasado, cuando se puso en Alicante la última piedra a un descenso que se construyó con excesiva mano de obra. Y entre ser un héroe o un villano sólo hay once metros de distancia.
Del trabajo en la sombra renació la ilusión, con hombres y no nombres que poco a poco fueron poniendo caramelos de distintos sabores en el paladar de los aficionados para ir borrando el sabor amargo. Gol tras gol, triunfo tras triunfo, récord tras récord. No ha sido fácil llegar hasta esta noche. El objetivo es una exigencia, pero es justo y necesario valorar como se debe el camino recorrido por Javi Gracia y sus pupilos. Es justo y necesario sobre todo si se mira hacia atrás por última vez, cuando arrancó la pretemporada sin tener claro en qué categoría se iba a jugar y con poco más de cinco profesionales trabajando a las órdenes del nuevo entrenador. Ha sido una tarea laboriosa, pero destinada a arrojar un resultado positivo cuya última piedra deberá colocarse el próximo domingo en Irún.
Ya toca mirar al presente y soñar con un futuro mejor porque a las nueve se emprende un viaje de ida y vuelta. También tiene las maletas preparadas el Real Unión, un histórico venido a menos con el paso del tiempo y que este año ha engordado su currículum eliminando al Real Madrid de la Copa del Rey y paseándose por el grupo I. Hay que tenerle respeto, como a todo en esta vida, pero nunca miedo. Porque sin el miedo no habría valientes. En Segunda División B, además, "no hay equipos supersónicos". Lo advirtió a mediados de semana Andrés Fleurquin, el capitán de un submarino amarillo que busca salir a flote con el empuje de la afición.
El Ramón de Carranza va a rugir y se va a poner la camiseta con el número 12 a la espalda, con permiso de Mariano Toedtli. Va ser difícil que el estadio rebose de cadismo y es normal que haya alguna laguna en el barrio, pero la imagen y el sonido van a ser espectaculares. Se buscará la Segunda División en un marco de primera. Antes, con el sol y el cielo también ataviados, las calles y las plazas de la ciudad se vestirán de amarillo y azul a la espera del pitido inicial.
Javi Gracia se lleva al estadio a todos sus hombres. Y allí decidirá qué hacer. Iñaki Alonso, técnico del conjunto vasco, hará lo mismo. Tanto uno como otro tienen la mente despejada de dudas y apostarán con casi toda seguridad por sus onces de gala. Los dos tienen dónde elegir. Alonso formó dos equipos prácticamente distintos para eliminar al Real Madrid de la Copa y Gracia ha ido mezclando hasta construir un bloque de hasta 18 futbolistas. El navarro sólo tiene la baja de Juanma Hernández, que se dislocó un hombro y pasará incluso por el quirófano. El jiennense se perderá tanto el partido de ida como el de vuelta y será una ausencia importante. Empezó siendo pieza clave en el esquema del nuevo Cádiz para irse a vivir posteriormente un tiempo a la sombra. Luego volvió para demostrar que es el segundo jugador del conjunto amarillo con mejor promedio goleador. Hasta que cayó lesionado.
Nadie se quiere perder el partido. Pero el que no juegue animará desde el banquillo o desde la grada. Este equipo es una piña y, por encima de todo, se busca el bien colectivo. Casilla estará en la portería con la importante misión que afecta a todos de no encajar un gol. En la defensa, los laterales serán seguro para Cristian y Raúl López, aunque Cifuentes ha demostrado que es un recambio de garantías. La única duda puede estar en el centro de la defensa, donde Dani Fragoso es un fijo. A su lado estarán o Mansilla o Juanma Delgado. Se puede apostar más por el madrileño que por el onubense.
El doble pivote será para Fleurquin y Ormazábal, formando en las bandas Enrique y López Silva. El extremeño puede ser determinante a la hora de desequilibrar la contienda y el onubense poco a poco se ha ido ganando el respeto de cuerpo técnico y afición. Carlos Caballero deberá ser el Carlos Caballero de la primera vuelta para crear los espacios y el hombre más adelantado será Mariano Toedtli, que llega en buena forma y muy motivado tras dejar atrás su lesión.
En el Real Unión ni la portería tiene dueño. Jauregi y Otermin se disputan el puesto, pero es muy probable que sea el segundo, ex del Girona, quien se acabe poniendo los guantes. Al contrario que en el Cádiz, los dos centrales, muy veteranos, son fijos: Berruet e Iglesias. Los laterales los ocuparán Gabarain y Gurrutxaga. Y hasta el último momento no se verá quién se sitúa en la izquierda y quién en la derecha. El doble pivote del conjunto vasco lo formarán muy posiblemente Aitor Sanz y Beobide. Y las bandas se las repartirán Manu García, que jugará en la izquierda, y Juan Domínguez y Abasolo. Seguramente será Abasolo el que forme en la derecha. Aunque Domínguez suele desenvolverse en la mediapunta, todo hace pensar que será Eneko Romo quien se encargue de jugar entre líneas. Como Toedtli en el Cádiz, arriba es segura la presencia de Goikoetxea.
No sólo el Cádiz y el Real Unión se juegan el ascenso. También el árbitro, el madrileño Cuesta Ferreiro, busca dar el salto a Segunda División A. El premio dependerá muy mucho de lo que haga esta noche ante 20.000 espectadores.
Ayer disfrutaron los cules hoy me toca disfrutar a mi VAMOS CADIIIIZZZZ
Lo que ha tardado en llegar el día D y la hora H... Vaya semanita. Lejos queda el fatídico, nunca mejor dicho, 15 de junio del año pasado, cuando se puso en Alicante la última piedra a un descenso que se construyó con excesiva mano de obra. Y entre ser un héroe o un villano sólo hay once metros de distancia.
Del trabajo en la sombra renació la ilusión, con hombres y no nombres que poco a poco fueron poniendo caramelos de distintos sabores en el paladar de los aficionados para ir borrando el sabor amargo. Gol tras gol, triunfo tras triunfo, récord tras récord. No ha sido fácil llegar hasta esta noche. El objetivo es una exigencia, pero es justo y necesario valorar como se debe el camino recorrido por Javi Gracia y sus pupilos. Es justo y necesario sobre todo si se mira hacia atrás por última vez, cuando arrancó la pretemporada sin tener claro en qué categoría se iba a jugar y con poco más de cinco profesionales trabajando a las órdenes del nuevo entrenador. Ha sido una tarea laboriosa, pero destinada a arrojar un resultado positivo cuya última piedra deberá colocarse el próximo domingo en Irún.
Ya toca mirar al presente y soñar con un futuro mejor porque a las nueve se emprende un viaje de ida y vuelta. También tiene las maletas preparadas el Real Unión, un histórico venido a menos con el paso del tiempo y que este año ha engordado su currículum eliminando al Real Madrid de la Copa del Rey y paseándose por el grupo I. Hay que tenerle respeto, como a todo en esta vida, pero nunca miedo. Porque sin el miedo no habría valientes. En Segunda División B, además, "no hay equipos supersónicos". Lo advirtió a mediados de semana Andrés Fleurquin, el capitán de un submarino amarillo que busca salir a flote con el empuje de la afición.
El Ramón de Carranza va a rugir y se va a poner la camiseta con el número 12 a la espalda, con permiso de Mariano Toedtli. Va ser difícil que el estadio rebose de cadismo y es normal que haya alguna laguna en el barrio, pero la imagen y el sonido van a ser espectaculares. Se buscará la Segunda División en un marco de primera. Antes, con el sol y el cielo también ataviados, las calles y las plazas de la ciudad se vestirán de amarillo y azul a la espera del pitido inicial.
Javi Gracia se lleva al estadio a todos sus hombres. Y allí decidirá qué hacer. Iñaki Alonso, técnico del conjunto vasco, hará lo mismo. Tanto uno como otro tienen la mente despejada de dudas y apostarán con casi toda seguridad por sus onces de gala. Los dos tienen dónde elegir. Alonso formó dos equipos prácticamente distintos para eliminar al Real Madrid de la Copa y Gracia ha ido mezclando hasta construir un bloque de hasta 18 futbolistas. El navarro sólo tiene la baja de Juanma Hernández, que se dislocó un hombro y pasará incluso por el quirófano. El jiennense se perderá tanto el partido de ida como el de vuelta y será una ausencia importante. Empezó siendo pieza clave en el esquema del nuevo Cádiz para irse a vivir posteriormente un tiempo a la sombra. Luego volvió para demostrar que es el segundo jugador del conjunto amarillo con mejor promedio goleador. Hasta que cayó lesionado.
Nadie se quiere perder el partido. Pero el que no juegue animará desde el banquillo o desde la grada. Este equipo es una piña y, por encima de todo, se busca el bien colectivo. Casilla estará en la portería con la importante misión que afecta a todos de no encajar un gol. En la defensa, los laterales serán seguro para Cristian y Raúl López, aunque Cifuentes ha demostrado que es un recambio de garantías. La única duda puede estar en el centro de la defensa, donde Dani Fragoso es un fijo. A su lado estarán o Mansilla o Juanma Delgado. Se puede apostar más por el madrileño que por el onubense.
El doble pivote será para Fleurquin y Ormazábal, formando en las bandas Enrique y López Silva. El extremeño puede ser determinante a la hora de desequilibrar la contienda y el onubense poco a poco se ha ido ganando el respeto de cuerpo técnico y afición. Carlos Caballero deberá ser el Carlos Caballero de la primera vuelta para crear los espacios y el hombre más adelantado será Mariano Toedtli, que llega en buena forma y muy motivado tras dejar atrás su lesión.
En el Real Unión ni la portería tiene dueño. Jauregi y Otermin se disputan el puesto, pero es muy probable que sea el segundo, ex del Girona, quien se acabe poniendo los guantes. Al contrario que en el Cádiz, los dos centrales, muy veteranos, son fijos: Berruet e Iglesias. Los laterales los ocuparán Gabarain y Gurrutxaga. Y hasta el último momento no se verá quién se sitúa en la izquierda y quién en la derecha. El doble pivote del conjunto vasco lo formarán muy posiblemente Aitor Sanz y Beobide. Y las bandas se las repartirán Manu García, que jugará en la izquierda, y Juan Domínguez y Abasolo. Seguramente será Abasolo el que forme en la derecha. Aunque Domínguez suele desenvolverse en la mediapunta, todo hace pensar que será Eneko Romo quien se encargue de jugar entre líneas. Como Toedtli en el Cádiz, arriba es segura la presencia de Goikoetxea.
No sólo el Cádiz y el Real Unión se juegan el ascenso. También el árbitro, el madrileño Cuesta Ferreiro, busca dar el salto a Segunda División A. El premio dependerá muy mucho de lo que haga esta noche ante 20.000 espectadores.
Ayer disfrutaron los cules hoy me toca disfrutar a mi VAMOS CADIIIIZZZZ