tesquiero
10/05/2009, 14:03
Valencia - Real Madrid | La contracrónica
Cerrado por defunción
Esto lleva camino de terminar como el final 'horribilis' del año de Queiroz. De derrota en derrota hasta el batacazo final. El Valencia no necesitó los goles de Villa para sonrojar a un campeón que hoy entregará su corona. ¡Elecciones ya, por Dios!
.Tomás Roncero | 10/05/2009
El Clavo Fundido. Se acabó. Uno no termina de escarmentar y eso que con 44 años ya debería olvidarme de que los Reyes Magos existen o seguir convencido de que los niños vienen de París. El Madrid anticipó su defunción deportiva mostrando su peor cara: la de la indolencia. La paella de Juande no tuvo en Mestalla ni arroz ni pollo. Se puede entender que un equipo que llevaba cinco meses construyendo un milagro se desinfle emocionalmente tras quedarse en la cuneta con el coche volcado y las cuatro ruedas boca arriba (o sea, el 2-6). Pero este escudo exige mucho más. Soy tan memo que todavía imaginaba que anoche el Valencia no podría frenar la rabia del bicampeón de Liga, que iba a resistirse a su triste final con un triunfo que obligase al Barça a sufrir esta tarde ante el Villarreal y dormir a sólo cuatro puntos a tres días de la final de Copa. Todo absurdo y alejado de la cr Todo absurdo y alejado de la cruda realidad. La que dibujaron esos locos bajitos que hacen del Valencia un equipo atractivo, español y seductor. Mata-Villa-Silva. Tridente diabólico. Ellos descubrieron la quinta velocidad. Ramos, Metzelder, Cannavaro y Heinze deben estar buscando todavía sus caderas por la playa de la Malvarrosa. Se han comido nueve goles en dos partidos. ¡Felicidades!
Chapeau, Valencia. Ese fue el grito de guerra de un rival que sí ha sabido sobreponerse a su particular Waterloo. Pese a haberse tirado media temporada sin cobrar un euro, ahí tienen a los boinas verdes de Emery. Jabatos y talentosos. Ellos sí que estuvieron a punto de tumbar al Barça hace dos semanas (2-2). Los míos debían estar cenando esa noche cigalas o jugando a la PlayStation porque no tomaron nota. Como dice mi amigo José Portas, fino entendido en la materia futbolística, "que estos tres últimos partidos los jueguen Parejo, Bueno, Acuña, Palanca y Alipio. Ellos sí tienen hambre". Tiene razón. El Madrid se ha convertido en un casting de Operación Triunfo, en el que hay tantos candidatos a abandonar la academia que cuesta imaginar cuántos sobrevivirán tras el inminente proceso electoral. ¡Qué pena terminar así!
Homenaje. El Valencia CF, viejo rival en la Champions no hace tanto tiempo, cumplía ayer cinco años desde que ganó su última Liga. Cañizares y Mendieta estaban en el palco para recordar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero su futuro promete si alguien pone la tela. En este vestuario manda la etnia española y hoy día eso es genética ganadora gracias a La Roja. Florentino (Pérez), Eugenio (Martínez Bravo), Eduardo (García) o Juan (Onieva), tomen nota. El Madrid debe recuperar ya su identidad. Y sí es en rojo y gualda, mucho mejor...
Sorry, Manolete. Mis amigos del Atleti eligieron un mal momento para pedirnos ayuda. No estamos pa ná. Tengo una corazonada: esto puede acabar todavía peor. Vaya semanita...
Cerrado por defunción
Esto lleva camino de terminar como el final 'horribilis' del año de Queiroz. De derrota en derrota hasta el batacazo final. El Valencia no necesitó los goles de Villa para sonrojar a un campeón que hoy entregará su corona. ¡Elecciones ya, por Dios!
.Tomás Roncero | 10/05/2009
El Clavo Fundido. Se acabó. Uno no termina de escarmentar y eso que con 44 años ya debería olvidarme de que los Reyes Magos existen o seguir convencido de que los niños vienen de París. El Madrid anticipó su defunción deportiva mostrando su peor cara: la de la indolencia. La paella de Juande no tuvo en Mestalla ni arroz ni pollo. Se puede entender que un equipo que llevaba cinco meses construyendo un milagro se desinfle emocionalmente tras quedarse en la cuneta con el coche volcado y las cuatro ruedas boca arriba (o sea, el 2-6). Pero este escudo exige mucho más. Soy tan memo que todavía imaginaba que anoche el Valencia no podría frenar la rabia del bicampeón de Liga, que iba a resistirse a su triste final con un triunfo que obligase al Barça a sufrir esta tarde ante el Villarreal y dormir a sólo cuatro puntos a tres días de la final de Copa. Todo absurdo y alejado de la cr Todo absurdo y alejado de la cruda realidad. La que dibujaron esos locos bajitos que hacen del Valencia un equipo atractivo, español y seductor. Mata-Villa-Silva. Tridente diabólico. Ellos descubrieron la quinta velocidad. Ramos, Metzelder, Cannavaro y Heinze deben estar buscando todavía sus caderas por la playa de la Malvarrosa. Se han comido nueve goles en dos partidos. ¡Felicidades!
Chapeau, Valencia. Ese fue el grito de guerra de un rival que sí ha sabido sobreponerse a su particular Waterloo. Pese a haberse tirado media temporada sin cobrar un euro, ahí tienen a los boinas verdes de Emery. Jabatos y talentosos. Ellos sí que estuvieron a punto de tumbar al Barça hace dos semanas (2-2). Los míos debían estar cenando esa noche cigalas o jugando a la PlayStation porque no tomaron nota. Como dice mi amigo José Portas, fino entendido en la materia futbolística, "que estos tres últimos partidos los jueguen Parejo, Bueno, Acuña, Palanca y Alipio. Ellos sí tienen hambre". Tiene razón. El Madrid se ha convertido en un casting de Operación Triunfo, en el que hay tantos candidatos a abandonar la academia que cuesta imaginar cuántos sobrevivirán tras el inminente proceso electoral. ¡Qué pena terminar así!
Homenaje. El Valencia CF, viejo rival en la Champions no hace tanto tiempo, cumplía ayer cinco años desde que ganó su última Liga. Cañizares y Mendieta estaban en el palco para recordar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero su futuro promete si alguien pone la tela. En este vestuario manda la etnia española y hoy día eso es genética ganadora gracias a La Roja. Florentino (Pérez), Eugenio (Martínez Bravo), Eduardo (García) o Juan (Onieva), tomen nota. El Madrid debe recuperar ya su identidad. Y sí es en rojo y gualda, mucho mejor...
Sorry, Manolete. Mis amigos del Atleti eligieron un mal momento para pedirnos ayuda. No estamos pa ná. Tengo una corazonada: esto puede acabar todavía peor. Vaya semanita...