Joseno
20/04/2009, 17:02
ADIÓS A UN HISTÓRICO: LUIS CARLOS CUARTERO
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Sólo ha vestido la camiseta del Real Zaragoza y la Selección española.
Debutó en la temporada 1992/1993
Último "superviviente" de la generación de la Recopa de Europa 1995
Campeón de Europa Sub-21 1998
Campeón de Copa del Rey 2001
Campeón de Copa del Rey 2004
Campeón de la Supercopa de España 2004
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Video de la rueda de prensa ([Only registered and activated users can see links])
Resulta complicado escribir unas reflexiones objetivas cuando el sujeto sobre el que se realiza el análisis ha estado veinte años en el club, quince en el primer equipo y ha vestido en más de doscientos partidos la camiseta del Real Zaragoza. Si además el tipo se llama Cuartero, ha nacido en Pradilla y sólo ha defendido un escudo en su larga carrera futbolística, la cosa todavía se torna más espinosa. Para terminar, añadamos su carácter noble más una retirada forzada por el infortunio, y tendremos el perfil profesional y personal de Luis Carlos Cuartero.
Nos dice adiós un zaragocista de raza y así se nos rompe casi definitivamente el hilo que nos une con un tiempo glorioso. Cuartero aún jugó con los héroes de París, estuvo en los casi sucesivos títulos de Copa y fue el capitán que levantó orgulloso el trofeo al grito de "¡Viva la Virgen del Pilar!". "Fue mi mejor momento", me dijo una vez. Nunca envidié tanto a un futbolista. Pero hay mucho más. Sin ir más lejos, entre sus méritos está el haber sido el primer hijo de Pradilla en pisar China, que no es cualquier cosa. Doy fe, porque tuve la fortuna de verlo en directo.
Se termina una manera de entender el oficio. Será difícil que en este intrincado universo volvamos a encontrar a un jugador con unos valores tan arraigados como los que han guiado su carrera. Se va uno de los últimos representantes de una generación de futbolistas fieles, una especie en extinción sustentada aún en gente como Raúl o Puyol. La diferencia es que Cuartero fue del Zaragoza. Siempre he valorado su prudencia, su serenidad en los malos tiempos, su entrega a la causa. ¿Podría haber volado más alto? Quizá, pero él sólo habría pedido una tarde más, para sus hijos. No pudo ser. Escuchen su despedida, se va un caballero aragonés.
F.ORNAT
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Sólo ha vestido la camiseta del Real Zaragoza y la Selección española.
Debutó en la temporada 1992/1993
Último "superviviente" de la generación de la Recopa de Europa 1995
Campeón de Europa Sub-21 1998
Campeón de Copa del Rey 2001
Campeón de Copa del Rey 2004
Campeón de la Supercopa de España 2004
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Resulta complicado escribir unas reflexiones objetivas cuando el sujeto sobre el que se realiza el análisis ha estado veinte años en el club, quince en el primer equipo y ha vestido en más de doscientos partidos la camiseta del Real Zaragoza. Si además el tipo se llama Cuartero, ha nacido en Pradilla y sólo ha defendido un escudo en su larga carrera futbolística, la cosa todavía se torna más espinosa. Para terminar, añadamos su carácter noble más una retirada forzada por el infortunio, y tendremos el perfil profesional y personal de Luis Carlos Cuartero.
Nos dice adiós un zaragocista de raza y así se nos rompe casi definitivamente el hilo que nos une con un tiempo glorioso. Cuartero aún jugó con los héroes de París, estuvo en los casi sucesivos títulos de Copa y fue el capitán que levantó orgulloso el trofeo al grito de "¡Viva la Virgen del Pilar!". "Fue mi mejor momento", me dijo una vez. Nunca envidié tanto a un futbolista. Pero hay mucho más. Sin ir más lejos, entre sus méritos está el haber sido el primer hijo de Pradilla en pisar China, que no es cualquier cosa. Doy fe, porque tuve la fortuna de verlo en directo.
Se termina una manera de entender el oficio. Será difícil que en este intrincado universo volvamos a encontrar a un jugador con unos valores tan arraigados como los que han guiado su carrera. Se va uno de los últimos representantes de una generación de futbolistas fieles, una especie en extinción sustentada aún en gente como Raúl o Puyol. La diferencia es que Cuartero fue del Zaragoza. Siempre he valorado su prudencia, su serenidad en los malos tiempos, su entrega a la causa. ¿Podría haber volado más alto? Quizá, pero él sólo habría pedido una tarde más, para sus hijos. No pudo ser. Escuchen su despedida, se va un caballero aragonés.
F.ORNAT